Apenas llegamos a la mansión y tengo los nervios de punta, no quiero estar a solas con él. Antes de que pudiera reaccionar se baja del auto y yo lo sigo hasta que entramos a la enorme mansión.

-Buenas noches señor, en su estudio deje la documentación que llegó en la mañana- dice Anabell mientras hace una leve reverencia.

-Si eso es todo puedes retirarte- dice mientras camina hacia las escaleras sin hacer contacto visual con ella, es como si la chica no existiera.

- ¿Vienes o voy por ti Conejita? - sin contestar camino detrás suyo hasta que llegamos a la habitación.

-Antes que nada, entiende tu posición aquí, la única persona que puede decir sobre ti, soy yo, espero que esta vez si te quede claro que yo decido cada parte de tu vida, yo decido que es lo que comes, que haces en tu tiempo libre o que vistes. Tu único trabajo es ser una buena y obediente mascota, y acatar todo lo que yo diga, ¿tienes alguna duda?

-Eres un maldito demente, estás loco si piensas que me quedaré aquí, solo dé