Estoy frente a frente con la persona que he estado llorando noche tras noche. ‘No puede ser’, pienso, dándome una bofetada en la cara. "AUCH", grito, frotándome la mejilla. Malachi se limita a mirarme con incredulidad. "¿Por qué demonios acabas de hacer?", pregunta, levantando una ceja en señal de pregunta. "Em, pensé que era otro sueño, y me estaba asegurando de que eres real esta vez", le explico, aún desconcertada. Su risa, que tanto he echado de menos, llena el aire. "Te aseguro que soy muy real", dice, flexionando sus bíceps hacia mí. "Oh, sí, definitivamente eres tú", digo con una risita, poniendo los ojos en blanco. Me sacudo el humor, me aclaro la garganta y recupero la compostura. No puedo resistirme a apartar un mechón de cabello extraviado de su frente. "¿Dónde has estado?", pregunto, mirando fijamente sus preciosos ojos marrones, con el corazón saltando en mi pecho. "Esas brujas me dispararon con una bala de plata", dice, y su expresión se oscurece por los recuerdos. "Cyp
Mis manos se caen cuando veo al lobo de Malachi salir volando por el bosque y estrellarse contra un árbol cercano. Su cuerpo cae, inmóvil, al suelo del bosque, estrellándose contra el tronco de un árbol. Saliendo de mi asombro, jadeo y corro al lado de Malachi. Me pongo de rodillas para detenerme junto a su forma humana. "¡Malachi! Por favor, despierta", le suplico, con mi cuerpo tumbado sobre su cuerpo desnudo y apoyando la cabeza en su pecho. “Tiene un latido", pienso emocionada. "¡Luca, está vivo! ¡Ven a ayudarme!", grito levantando la cabeza para que Luca se acerque, pero él me mira estupefacto. Aprieto los labios y lo miro fijamente. "Bien, ya voy", resopla, levantando las manos en señal de derrota. Luca se acerca, tomándose su tiempo. "¿Puedes darte prisa?", gruño, pero Luca muestra su enfado poniéndome los ojos en blanco. Cuando por fin llega, se arrodilla junto a Malachi y le pone dos dedos en el cuello para comprobar si tiene pulso. "Está vivo, pero apenas. Su ritmo cardíac
Malachi mira fijamente a Luca, tratando de asimilar lo que acaba de decir. "No, no puede ser", protesta Malachi en su tono de Alfa. Ambos se lanzan miradas intensas. "Yo tampoco quiero que muera", coincide Luca con Malachi. "Espera un maldito minuto. ¿Qué quieres decir con que tengo que morir?", pregunto con curiosidad. Luca me mira. "Quiero decir que te tendrían que drenar hasta la última gota de sangre para romper la maldición. Es posible, y podríamos tener una poción lista para traerte de vuelta a la vida, pero no hay garantía de que funcione", proclama Luca, frotándose la mano por la cara en señal de frustración. Sin decir más nada, continúo dirigiéndome hacia la casa de Sukie. "¿Chloe? ¿Qué estás haciendo?", grita Malachi, corriendo detrás de mí. Siento que me agarra del brazo y me doy la vuelta para mirarlo. Lo miro a los ojos, y veo que están inundados de preocupación. "Voy a hacer lo que hay que hacer", declaró, y continuó con mi camino. "No, no puedes hacerlo Chloe", grita
Veo cómo el lobo de Amelia se abalanza sobre Luca y miro frenéticamente a Malachi. Lo fulmino con la mirada cuando veo cómo se dobla de risa. ‘Supongo que seré la única que hará algo al respecto’, pienso, corriendo hacia la pelea. Debo haber llamado la atención de Malachi, ya que su risa se convierte en preocupación cuando se da cuenta de que intento meterme en la pelea. "No interfieras, Chloe", grita Malachi por encima de los fuertes gruñidos que provienen de Amelia. Yo solo pongo los ojos en blanco con fastidio. Me alejo rápidamente de él y pongo mi atención en Amelia. "¡Amelia, para!", grito, pero su cola gira y me tira al suelo. "Uf", resoplo mientras pierdo el aliento, pero recojo una pequeña piedra y la lanzo contra la loba de Amelia. Ella se estremece y se vuelve hacia mí, inclinando la cabeza hacia un lado, confundida. "¿Puedes dejar esta locura, por favor?", exclamo, poniéndome delante de Luca para defenderlo. "No le harás daño", le ordeno, levantando la mano para que todos
Después de transformarme en mi loba, me invade una sensación de libertad. Mi cuerpo y mi mente se sienten completos. Ambas partes de mi ser, bruja y loba, están por fin juntas, pero tendré que regodearme en esta sensación en otro momento. Mi loba suelta un gruñido feroz mientras se acerca a Amelia y Paul. Como tu Luna, te digo que te alejes ahora’, ordeno a través de nuestro enlace mental, y mi mirada se posa en Paul. Este se aparta bruscamente de Luca para dirigir su mirada hacia mí. “Sí, Luna", el lobo de Paul inclina la cabeza en señal de respeto, y deja de mirarme a los ojos. Dirijo mi atención a Amelia, y me pongo delante de ella. ‘Eres mi mejor amiga, pero necesito que me respetes como tu Luna y te detengas’, le digo, erguida con poder al ponerme cara a cara con ella. ‘¿Por qué te pones del lado de ese brujo?’. Suelta un chasquido de disgusto mientras su mirada permanece fija en Luca. ‘Tienes que confiar en mí como tu amiga’, le digo con ánimo. Aprieto mi frente de loba contra
Salgo del porche y me precipito hacia Paul. "¿Qué demonios quieres decir con que se ha ido?", gruño, deteniéndome a centímetros de su rostro. Paul retrocede, y evita hacer contacto visual conmigo. "Chloe, lo siento. Me hizo prometer que no diría ni una palabra cuando lo atrapé caminando hacia la entrada esta mañana. No puedes culparlo. Malachi hizo lo que cualquier buen Alfa haría: no dejaría que su Luna muriera por él", dice Paul, defendiendo a su Alfa, antes de encontrarse finalmente con mi mirada. Se me escapa un gruñido y, aunque Paul es mucho más alto que yo, consigo rodear su garganta con la mano. Utilizo tanto mis poderes de bruja como la fuerza de mi loba para levantarlo frente a mi pequeño cuerpo. "¿Cómo pudiste dejar que se marchara?", le pregunto indignada. "No solo me has decepcionaste a mí, tu Luna, sino que has decepcionado a toda la manada", declaro con un gruñido bajo. Oigo pasos corriendo hacia nosotros y sé que debe ser Amelia. Me volteo rápidamente, soltando un
Miré a la multitud alrededor de mí, dándome cuenta que todas sus miradas estaban puestas en Luca, pero estaba confundida. “¿Quién diablos es Sloan?”, le pregunto con una mirada perpleja en mi rostro. Sukie es la primera en dar un paso hacia mí, pero se voltea para dirigirse a la multitud. “No hay nada más que ver aquí. Por favor, vuelvan a sus tareas”, grita ella, y todos vuelven lentamente a sus tiendas de campaña. Sukie se voltea hacia mí con un suspiro. “Sloan es una cazarrecompensas. Ella es una excelente rastreadora. Ya que no somos lobos y no tenemos forma de rastrear los olores, acudimos a ella cuando necesitamos encontrar a alguien”, explica Sukie, mientras su mirada se desvía ligeramente hacia Luca.Mis cejas se arrugan aún más, y mi confusión solo crece mientras trato de encontrarle sentido a sus palabras. “No entiendo, ¿cómo una humana puede ser una buena rastreadora?”, pregunto, pidiendo una mejor explicación. Veo a Sukie y Luca intercambiar miradas antes de voltearse haci
Me encuentro tirada de frente al suelo, llenándome la boca de tierra. Lo escupo y me pongo de pie, sabiendo que estoy buscando a Sloan. ‘Ugh, es rápida’, pienso, cuando de repente ella salta sobre mi espalda y envuelve su brazo en mi cuello. Agarro su brazo y la giro sobre mi hombro, golpeándola contra el suelo. Sabía que era ella. y me quedé viéndola ponerse de pie rápidamente, sin inmutarse por el golpe que recibió del suelo.Sus calculadores ojos de color verde como el mar me miran fijamente, pero no dejo que me intimide. “Estamos aquí para hablar contigo. ¿Puedes escuchar, en lugar de atacarnos?”, gruño en voz baja. Sloan se para con las manos en la cadera. Ella inclina la cabeza hacia un lado cy frunce el ceño, mientras su larga cola de caballo rubia se balancea detrás de ella. “¿Qué quieres, niña loba?”, sisea Sloan, y no puedo ocultar mi disgusto ante su comentario, pero continúo de todos modos. “Necesitamos un rastreador”, le explico, aún tratando de recuperar el aliento luego