Malachi mira fijamente a Luca, tratando de asimilar lo que acaba de decir. "No, no puede ser", protesta Malachi en su tono de Alfa. Ambos se lanzan miradas intensas. "Yo tampoco quiero que muera", coincide Luca con Malachi. "Espera un maldito minuto. ¿Qué quieres decir con que tengo que morir?", pregunto con curiosidad. Luca me mira. "Quiero decir que te tendrían que drenar hasta la última gota de sangre para romper la maldición. Es posible, y podríamos tener una poción lista para traerte de vuelta a la vida, pero no hay garantía de que funcione", proclama Luca, frotándose la mano por la cara en señal de frustración. Sin decir más nada, continúo dirigiéndome hacia la casa de Sukie. "¿Chloe? ¿Qué estás haciendo?", grita Malachi, corriendo detrás de mí. Siento que me agarra del brazo y me doy la vuelta para mirarlo. Lo miro a los ojos, y veo que están inundados de preocupación. "Voy a hacer lo que hay que hacer", declaró, y continuó con mi camino. "No, no puedes hacerlo Chloe", grita
Veo cómo el lobo de Amelia se abalanza sobre Luca y miro frenéticamente a Malachi. Lo fulmino con la mirada cuando veo cómo se dobla de risa. ‘Supongo que seré la única que hará algo al respecto’, pienso, corriendo hacia la pelea. Debo haber llamado la atención de Malachi, ya que su risa se convierte en preocupación cuando se da cuenta de que intento meterme en la pelea. "No interfieras, Chloe", grita Malachi por encima de los fuertes gruñidos que provienen de Amelia. Yo solo pongo los ojos en blanco con fastidio. Me alejo rápidamente de él y pongo mi atención en Amelia. "¡Amelia, para!", grito, pero su cola gira y me tira al suelo. "Uf", resoplo mientras pierdo el aliento, pero recojo una pequeña piedra y la lanzo contra la loba de Amelia. Ella se estremece y se vuelve hacia mí, inclinando la cabeza hacia un lado, confundida. "¿Puedes dejar esta locura, por favor?", exclamo, poniéndome delante de Luca para defenderlo. "No le harás daño", le ordeno, levantando la mano para que todos
Después de transformarme en mi loba, me invade una sensación de libertad. Mi cuerpo y mi mente se sienten completos. Ambas partes de mi ser, bruja y loba, están por fin juntas, pero tendré que regodearme en esta sensación en otro momento. Mi loba suelta un gruñido feroz mientras se acerca a Amelia y Paul. Como tu Luna, te digo que te alejes ahora’, ordeno a través de nuestro enlace mental, y mi mirada se posa en Paul. Este se aparta bruscamente de Luca para dirigir su mirada hacia mí. “Sí, Luna", el lobo de Paul inclina la cabeza en señal de respeto, y deja de mirarme a los ojos. Dirijo mi atención a Amelia, y me pongo delante de ella. ‘Eres mi mejor amiga, pero necesito que me respetes como tu Luna y te detengas’, le digo, erguida con poder al ponerme cara a cara con ella. ‘¿Por qué te pones del lado de ese brujo?’. Suelta un chasquido de disgusto mientras su mirada permanece fija en Luca. ‘Tienes que confiar en mí como tu amiga’, le digo con ánimo. Aprieto mi frente de loba contra
Salgo del porche y me precipito hacia Paul. "¿Qué demonios quieres decir con que se ha ido?", gruño, deteniéndome a centímetros de su rostro. Paul retrocede, y evita hacer contacto visual conmigo. "Chloe, lo siento. Me hizo prometer que no diría ni una palabra cuando lo atrapé caminando hacia la entrada esta mañana. No puedes culparlo. Malachi hizo lo que cualquier buen Alfa haría: no dejaría que su Luna muriera por él", dice Paul, defendiendo a su Alfa, antes de encontrarse finalmente con mi mirada. Se me escapa un gruñido y, aunque Paul es mucho más alto que yo, consigo rodear su garganta con la mano. Utilizo tanto mis poderes de bruja como la fuerza de mi loba para levantarlo frente a mi pequeño cuerpo. "¿Cómo pudiste dejar que se marchara?", le pregunto indignada. "No solo me has decepcionaste a mí, tu Luna, sino que has decepcionado a toda la manada", declaro con un gruñido bajo. Oigo pasos corriendo hacia nosotros y sé que debe ser Amelia. Me volteo rápidamente, soltando un
Miré a la multitud alrededor de mí, dándome cuenta que todas sus miradas estaban puestas en Luca, pero estaba confundida. “¿Quién diablos es Sloan?”, le pregunto con una mirada perpleja en mi rostro. Sukie es la primera en dar un paso hacia mí, pero se voltea para dirigirse a la multitud. “No hay nada más que ver aquí. Por favor, vuelvan a sus tareas”, grita ella, y todos vuelven lentamente a sus tiendas de campaña. Sukie se voltea hacia mí con un suspiro. “Sloan es una cazarrecompensas. Ella es una excelente rastreadora. Ya que no somos lobos y no tenemos forma de rastrear los olores, acudimos a ella cuando necesitamos encontrar a alguien”, explica Sukie, mientras su mirada se desvía ligeramente hacia Luca.Mis cejas se arrugan aún más, y mi confusión solo crece mientras trato de encontrarle sentido a sus palabras. “No entiendo, ¿cómo una humana puede ser una buena rastreadora?”, pregunto, pidiendo una mejor explicación. Veo a Sukie y Luca intercambiar miradas antes de voltearse haci
Me encuentro tirada de frente al suelo, llenándome la boca de tierra. Lo escupo y me pongo de pie, sabiendo que estoy buscando a Sloan. ‘Ugh, es rápida’, pienso, cuando de repente ella salta sobre mi espalda y envuelve su brazo en mi cuello. Agarro su brazo y la giro sobre mi hombro, golpeándola contra el suelo. Sabía que era ella. y me quedé viéndola ponerse de pie rápidamente, sin inmutarse por el golpe que recibió del suelo.Sus calculadores ojos de color verde como el mar me miran fijamente, pero no dejo que me intimide. “Estamos aquí para hablar contigo. ¿Puedes escuchar, en lugar de atacarnos?”, gruño en voz baja. Sloan se para con las manos en la cadera. Ella inclina la cabeza hacia un lado cy frunce el ceño, mientras su larga cola de caballo rubia se balancea detrás de ella. “¿Qué quieres, niña loba?”, sisea Sloan, y no puedo ocultar mi disgusto ante su comentario, pero continúo de todos modos. “Necesitamos un rastreador”, le explico, aún tratando de recuperar el aliento luego
Mientras continúo caminando hacia la cabaña de Sukie, me obligo a no voltearme hacia Amelia y Paisley. Si veo el rostro de Paisley una vez más, sé que puedo perder el valor de morir por el hombre que amo. Al mirar hacia adelante, veo a Sloan y Luca de pie junto a la puerta de la cabaña. Ambos giran en mi dirección cuando me acerco lentamente por la acera, deteniéndome a unos centímetros de distancia. “¿Qué estás haciendo, Luca?”, pregunté, cruzando los brazos sobre mi pecho. Él mira a Sloan y luego a mí. “No puedo dejarte hacer esto, Chloe. Es demasiado peligroso”, respondió él, dando un paso hacia mí y agarrando mi mano. Lo miro con los ojos entrecerrados. “Luca, nuestro amor se quedó en el pasado. Malachi es mi futuro, y haré todo lo que tenga que hacer para que él sobreviva. No quiero lastimarte, pero si me haces elegir entre tú y él, siempre lo escogeré a él”, le digo, apartando mi mano y pasando junto a él y Sloan para entrar en la cabaña.Una vez que entro, veo a Sukie y Cypress
Entrecierro los ojos cuando siento un fuerte destello de luz, y veo a todos parados a mi alrededor. “¿Funcionó?”, les pregunto, pero nadie responde ni me hace caso. Intento alcanzar a Malachi, pero mi mano lo atraviesa. Me doy cuenta de que mi cuerpo se siente ligero y aireado, pero noto que hay algo detrás de mí. Me doy la vuelta y, de repente, todo cobra sentido. Mi espíritu flota mientras mi cuerpo físico sigue yaciendo en la silla, pero esta vez sin vida. Quiero alegrarme de nuestro éxito, pero en unos segundos me arrancan hacia el cielo. Alargo la mano hacia mi cuerpo, aterrorizada de que este sea el final y no pueda volver esta vez. Cierro los ojos por la prisa e imagino a Paisley, a mi hermana, a su familia, y a todos los otros que dejo atrás. ‘Esto tiene que funcionar’, pienso, tratando de tranquilizarme. Cuando vuelvo a abrir los ojos, estoy volando a través de un cielo lleno de nubes, estrellas brillantes y una luna que brilla en un hermoso azul iridiscente. Retiro mi mir