Jacking le sonríe a su hijo que lo mira realmente asustado por lo que acaba de suceder. Y le responde apresuradamente a la respuesta que le hace Horus.—No, hijo, no. Solo me hiciste duplicar —le explica como si no fuera nada ante la mirada de susto que tiene su hijo.—¿Duplicar? ¿Qué quieres decir con eso?— preguntó Horus sin entender.—Nosotros, como Alfas Supremos, tenemos ese poder,— explicó Isis. —Tú también lo tendrás cuando seas el Alfa Supremo. Pero, mi Alfa, ¿qué va a pasar con esa materia que salió de ti?—Nada, mi Luna. Regresará a mí después. Recuerda que Mat no está, buscará el alma de mi lobo y cuando no la encuentre, vendrá a mí,— explicó Jacking, deseando con todas sus fuerzas que su doble encontrara el alma de su lobo. —Hijo, tienes todos los grandes poderes de Horus, lo sabes. Nunca más nadie podrá burlarse de ti. Pero no vuelvas a hacerme duplicar.—No lo haré padre, yo no sé ni porque dije ese conjuro del cual ya no recuerdo nada. Horus observaba a su padre con p
Aunque el vampiro trató de disimularlo, su voz estaba llena de expectación y alegría. Hubo un breve silencio antes de que el primer vampiro hablara de nuevo. —¿Crees que puedas acabar con todos ellos?—Estoy seguro, ahora vayan. Yo trasladaré al rey vampiro a su palacio. Esperaré por ustedes allá.—Pero allá están casi todos los vampiros demonios —objetó el segundo vampiro.—¿Están seguros?—Mat frunció el ceño.—Sí —contestaron al mismo tiempo y pasaron a contar lo que había acontecido. Después de atacar al rey vampiro y de que él lograra esconderse en su sarcófago, lucharon entre ellos. Empezaron a morderse unos a otros para succionar la sangre del rey, pero fueron evaporándose todos. Mat enseguida comprendió lo que había pasado, ante la mirada incrédula de los dos vampiros que le preguntaron el motivo de que eso hubiese sucedido.—¿Por qué dices eso? —preguntó el primer vampiro, con curiosidad.—La sangre del rey vampiro es muy poderosa, él tiene que procesarla antes de darla a
La luna Isis, se dirige a la cocina, y le pregunta a la nana si los ha visto. Ella le informa que Horus es el único que lo ha hecho. Sale de nuevo al salón sin dejar de protestar. Diciendo en voz alta que esas niñas, no sabe cuando van a regresar a tiempo del instituto. —Estaban con los demás chicos mamá —le dice Horus, al escucharla y se dirige a la cocina, se sienta en la mesa dispuesto a comer, seguido por ella— creo que iban a ir a casa del tío Amet.—Esa idea, de irse a estudiar lejos, no me gusta para nada —sigue hablando la Luna preocupada.—Mamá, debemos de conocer el mundo antes de casarnos —le recuerda Horus sin dejar de comer todo lo que le pone la nana delante.—No sé por qué sus mitades no aparecieron a los dieciséis años como a nosotros —sigue Isis protestando y diciendo cosas frustradas. Horus la deja, sabe que es que está preocupada y asustada por que el lobo de su padre Mat no ha regresado después que ha transcurrido tanto tiempo. Todos los están, la manada se si
Exclamó eufórico mostrando el libro ante la cara estupefacta de la luna Isis que no entiende el entusiasmo de su beta, por ese hecho, pero no le dice nada, sonríe y le contesta con suavidad.—Ya lo puedo ver Amet, veo que eso te hace feliz —vaya, sí que estaba preocupado por encontrar ese libro, piensa Isis sin dejar de observarlo.—¡No mi Luna, el libro no! —aclara rápido Amet al ver que ella no entiende porque él no se ha sabido explicar antes. —¡Me refiero a lo que tenemos que hacer para que Mat regrese! La Luna Suprema se queda mirando a el beta Amet como si no entendiera o hubiese escuchado lo que éste le acaba de decir. Llevan tantos años todos en la manada intentando encontrar en modo de hacer volver al lobo del Alfa Supremo que le parece imposible eso que acaba de decir el beta Amet, pero algo en cómo le brillan los ojos hace que su corazón comience a saltar acelerado con la emoción y la esperanza de que sea verdad. Por eso casi con un hilo de voz esperanzado pregunta. —¿Qu
Se hace un silencio después que Amet dice eso. Jacking suspira antes de girarse hacia él en espera de que le responda su nueva idea. Durante todos estos años en que su lobo ha faltado, él a cada rato le dice lo mismo. Y hace lo que le propone, pero al final es inútil. Pero no quiere quitarle las esperanzas, por eso lo escucha. Y al darse cuenta de lo que le propone, vuelve a suspirar y le recuerda.—Amet, olvidaste que Mat me dijo que solo lo podía llamar, si estaba en peligro extremo. Pero desde que vinimos para aquí, todo es paz y felicidad. Nuestros hijos crecen felices y normales. Y mi vida, es tan pacífica que no he corrido peligro una sola vez. Al terminar se vuelve a girar para observar la gran planicie que se extiende delante de los iluminada por la madre Luna que esa noche pareciera que quisiera brillar más que nunca.—Eso es verdad hermano —contesta Amet haciendo lo mismo, pero continúa dispuesto a convencerlo. —¿Pero, recuerdas el juramento que hicimos cuando éramos niños
En el reino de los vampiros, en el sombrío palacio real, el poderoso aullido de llamado de su hijo Horus resuena en los oídos de Mat, el lobo del Alfa Supremo. Al instante, su pelaje resplandece con un brillo sobrenatural, revelando su presencia ante los vampiros demonios que lo rodean. Con furia desatada, los vampiros se abalanzan sobre él, buscando acabar con su vida.En ese momento crítico, Mat se eleva en el aire, haciendo retumbar una andanada de truenos que sacude los cimientos del palacio. Un rayo rasga el oscuro cielo nocturno, iluminando la escena y permitiéndole ver claramente a sus enemigos vampiros. Con movimientos ágiles y precisos, aniquila a tres de ellos en un abrir y cerrar de ojos, pero aún quedan dos amenazas acechando en las sombras.Mat se detiene por un instante, observando atentamente su entorno. Un silencio sepulcral se cierne sobre el lugar, interrumpido solo por su respiración agitada. Sabe que debe responder al llamado de sus hijos y mostrar su furia para a
Todo es alegría y fiesta. Horacio y Juli, lanzan fuegos artificiales. Se arma una gran celebración al momento.—Ammyt, Hor y Ben junto a Nert, los lobos de Amet, Horacio, Bennu y su hermana, vienen a darle la bienvenida.—Vaya hermano, hasta que al fin regresaste —le dice Ammyt— disculpa, que me llevara tanto tiempo saber el modo de hacerte regresar.—No fue tu culpa, los dioses lo quisieron así —aclara Mat en lo que intercambia el saludo de lobos con su beta.—Bueno Mat, ahora al fin podremos celebrar las bodas con nuestras mitades —su delta le habla sonriente al tiempo que lo saluda.—¿Qué quieres decir, Horacio?—Pues tu humano Jacking, no ha querido casarse con su luna esperando por ti— le cuenta Bennu convertido en su lobo Ben.—Sí, mi hermano, deberás volver a marcar a tu Luna, para que al fin, podamos celebrar la boda de todos nosotros.—Eso es algo que haré dentro de poco, mi hermano —afirma Mat sin dejar de ver a su loba Ast—. No puedo permitir que mi Luna, no tenga mi marca.
Ya ha pasado un buen tiempo desde que Mat regresara por fin a la manada. Las bodas se realizaron con todo el esplendor, todos están contentos con su regreso. La manada desborda alegría y felicidad. Aparte del regreso de Mat, la noticia que sus hijos son mitades, que no tendrán que abandonar la manada, los ha llenado a todos de satisfacción. Isis no se cansa de abrazar y besar a Mat. Sobre todo desde que recibiera su esencia divina, le es imposible sacar las manos de encima de ellos. Exigiendo a Jacking todo el tiempo que le ceda el control a Mat. Jacking se pone celoso a veces, porque en muchas ocasiones toma características del humano del dios Mat, porque aún su lobo no sabe cómo controlar esa parte, cuando toma el control de su humano.—Pero mi Luna, últimamente solo quieres hacer el amor con mi lobo— protesta realmente molesto, al ver cómo adquiere algunas características del dios Mat.—Jacking, tú y yo estuvimos cien años haciéndolo sin él —trata de convencerlo Isis melosa. — E