Alisé las arrugas invisibles del vestido de novia de corte A que era de color lila y blanco.

"Deja de hacer eso, lo vas a arrugar si sigues haciendo eso". Mi madre frunció el ceño en un tono muy distinto al suyo.

"Estoy nerviosa". Le respondí, y ella suspiró.

"¿De qué, cariño? Te vas a casar con un hombre del que has estado enamorada prácticamente toda tu vida y está predestinado por la Madre Selene. Ustedes han pasado por lo bueno y lo malo en el último año y han salido muy fuertes juntos, a partir de ahora todo lo que viene va a ser mejor". Ella me tranquilizó, tratando de calmar mi pánico.

"Es que... no sé...", suspiré. ¿Es así como se sienten los pies fríos?

"¿Es el rechazo en tu mente?". Mi mirada cayó, no queriendo admitir que anoche no pude dormir casi nada porque la escena seguía reproduciéndose en mi mente.

"Oh, Allison". Ella me dio un abrazo.

"No sé qué me pasa, mamá", murmuré en su hombro, sintiéndome molesta conmigo misma.

"No hay nada de malo en ti, cariño. Hoy va