Ethan no supo que responder ante aquellas palabras, por lo que apretó sus manos en puño y enfrento la mirada divertida de Azriel

Aquella que mostraba cuando él tenía toda razón, algo que él no negaría era cierto, pero no le daría el privilegio de mostrarlo, por lo que solo encogió de hombros y hablo como quien no le importaba

—Ella debe aprender a compartir, después de todo no habrá diferencias entre ellas, serán tratadas igual

Azriel sonrió con malicia hacia Ethan, aquel que no compendia a que iba todo aquello, fue entonces cuando Azriel le dijo las palabras que lograron acabar con toda esperanza que de ellas pudiesen vivir en paz

—Tu hermana es hija de sirvienta, pero es una perra loca

Ethan se mostró furioso, por lo que señalo a su dedo y pareció ser mucho más que claro en el disgusto que le causa aquellas palabras

—No te atrevas a hablar de esa manera de mi hermana, no voy a permitirlo

—Ves… ¿cuántas veces no escuchaste esa frase de la hija de la sirvienta, para tu hermana?

Aquell