Había muchas cosas que la madre del gran Azriel Cox, no llegaba a inmiscuirse, una de ellas era la empresa, los negocios oscuros que su esposo había dejado a su hijo y entre ellas la adecuación de Dylan CoxNo era que ella no quisiera hacerlo, no era que ella no quisiera ser alguien que pudiese tener voto en aquello, después de todo la mujer deseaba más que nada liberar su hijo de la presión de tener un hijo como el que teníaElla no comprendía porque razón, Azriel no recluiría a Dylan en un lugar especial para niños como el, Azriel tenía grandes ambiciones, podía llegar a ser un gran hombreconseguir una esposa amorosa, que le diera un digno sucesor, alguien que pudiese guiar en el futuro y sobre todo que se dejase guiar, Dylan no tenía tal futuro, de hecho, la mujer estaba convencida, que la única razón por la que su hijo no lograba prosperar, tanto en el amor como personalmente y muchas veces profesional, era por estar todo el tiempo al mando del pequeño frente a ella, fue justamen
Una mujer altanera y clasista, una que no le importaba en lo más mínimo lo que su hijo pudiese pensar, una que hablaba con toda la intensión de hacerlo miserableAlgunas veces, Azriel se preguntaba que había impulsado a su madre a ser tan cruel con el hijo de su hijo, aquel era también su sangre y aunque Dylan no fuese como el niño que ella deseabaSu preciado hijo tenía mucho de que ser admirado, era inteligente, metódico y ahora que habían conocido a Elie López era amoroso y detallista, no comprendía porque su madre jamás había logrado esforzarse un poco con Dylanni siquiera lo intentara, pero lo hiciera de verdad, si tan solo ella le mostrara más amabilidad, pero aquella impuesta por ellaPero al final ¿Qué podía exigir él? Su madre había actuado muy parecida con él, su madre había sido ruda y apática con su crecimiento, donde de no ser por su padre, el no sería quien eraAquel había demostrado tanto cariño y comprensión por quien era, que solo le dijo que aquello iba en los genes
La mirada Elie estaba fija en la puerta aquella que acababa de ser cerrada, no podía creer que hubiera personas tan hostiles, ella solo había ido a aquel lugar a pesar de sus pensamientos negativosPor qué en cuanto había visto aquel muñeco de pingüino, solo había pensado en aquel hermoso niño, con el que no había perdido contacto en todos aquellos días, este se había propuesto a conversar a diarioEnviaba saludos de buenos días, buenas tardes y buenas noches, solía preguntarle que hacía y como iba su díaElla bromeaba con Abigail Campbell, llamándolo su pequeño amante, pues el pequeño niño sin duda era todo un galán, seguramente todo aquello lo había aprendido de su padreAquel que era hermoso y seguramente tenía una extensa experiencia con las mujeres, aunque no negaría que se había asustado un poco al ver la expresión llena de furia de su parte cuando bajaba por aquellas escaleras con la mujer sujeta del brazo, se traba de su madreElie observo al pequeño niño a su lado, el pequeño
Los dos tanto padre como hijo, habían observado de manera tensa a la mujer, aquella que parecía más que decidida, fue entonces, cuando Azriel comprendió que no lograría convencerlaPor lo menos no de aquella manera, que su hijo, no lograría con seguir su favor, que ella se quedara a su lado, porque, aunque la expresión de Dylan parecía la de un niño completamente destrozadoPodía notar como ella, aunque había una expresión lastimara ante los ojos llenos de dolor su hijo, ella estaba plenamente convencida que no lo haríaEsa mujer era digna de aquella familia, una mujer decidida y llena de lo que pareció firmeza, más cuando no importaba que se atreviera, ella había tomado una decisiónPero Ariel conocía otro punto débil, algo que ella, podía jurar que era más fuerte que su deseo de vivir en paz y aquello era la venganza, aunque su hijo, parecía o darse por vencidoPues aquel se levantó y camino hacia ella tomando su mano con fuerza y mostrando su teléfono, con los ojos llenos de lágrim
La expresión de Elie era todo un poema, esta no sabía qué decir, como expresar o que legar hacer en aquel instante, solo observaba al hombre arrodillado frente a ella, con aquellos ojos que tanto le gustabaAquel no alejaba su mirada ni por un segundo, sus ojos estaban más que fijos en ella, como si de verdad esperase alguna palabra de ella, como si esperara que ella le contestara algo en concreto, cuando estaba completamente en blanco—¿Usarlo? ¿Cómo usarlo? No a que se refiere yo—Sabes muy bien a que me refieroNo, ella no sabía nada, de hecho, solo llegaba a su mente algo muy distinto de lo que estaba segura de que él estaba querido decir, pues ella cuando estaba frente a aquelSu cerebro tenía la tendencia a no llegar a digerir la información de igual forma, de hecho, ella solo llevaba a pensar en cosas banales, en pensamiento llenos de una mujer bastante débil, tanto de mente como de cuerpoCiertamente Azriel Cox, tenía todo lo que le gustaba y le hubiese querido tener a Elie Ló
No sabía si aquel pacto con el diablo sería una bendición o una maldición ara su futuro, pero lo único que podría afirmar Elie López, es aquel brillo que llego a recorrer por completo a Azriel CoxEste parecía más que complacido con la respuesta, parecía haber conseguido la respuesta que espero por mucho tiempo, fue tanto así que este término de curar la herida de Elie y sonrió con delicadezaComo si hubiese adquirido una compra que deseaba desde hace tanto tiempo, como el hecho de haber tenido la mejor adquisición de su vida, ¿podría ella retractarse? Algo le decía que no—Debe cambiarse, vamos…¿Cambiarse? ¿Cómo lo haría? Estaba segura de que su pantalón estaba arruinado, pero entonces antes de que el hombre saliera de la habitación, fue hacia su enorme armarioAquel que tenía solo ropa negra y blanca en el lugar, mostró una sudadera con unos pantalones de Chantal, todo perfecto para que ella pudiese ajustarlo a su pequeña cinturaPor lo menos lo intentará, mientras él conseguía rop
La mirada llena de desconcierto entre el hombre frente Elie y ella, podía decirse que era completamente extrañaMientras este no podía alejar la mirada de aquella, ella hacía lo mismo, sus ojos estaban enfocados en el hombre frente a ella, aquel que parecía estar ensimismado al igual que ella en su aparienciaEllos dos de verdad qué se parecían, eran lo que se podía decir dos gotas de aguas, Elie se conocía lo suficiente, sus facciones rubias y delineadas, sus ojos verdes celestes y muchas cosas más, que podía jurar que este hombre teníaEran tan parecidos, sin duda aquello de que tenían un doble en alguna parte del mundo era posible, Elie pudo percatarse en el hecho de que su doble era un hombrePero antes de que ella pudiese decir una palabra para cortar la tensión que había en el lugar, la voz de Amelia, aquella que había olvidado por completo que estaba en el lugar logro sacarlos de su burbuja de evaluación—También buscas algo de mi hermano, no hay duda que no eres más que una…—
La expresión de Elie había cambiado en cuanto había cerrado la puerta de su pequeña casa, aquel lugar parecía sombrío y lleno de todo lo que ella tanto odiabaElie había tenido tantas experiencias en este lugar, aquel lugar que ella consideraba suyo, aunque a la vez lo sentía tan ambiguo, tan lejos de ellaCuantos sueños no había llegado a tener cuan do estuvo sentada en aquel sillón frente aquel televisor, cuantos días no durmió frente aquella pantalla con la única intención de no ir a la fría camaElla recordaba las vistas de su padre y amigos cuando apenas tenía pequeños papeles, cuando la compañía Turner le había entregado aquel lugar con la intensión de darle una vivienda, según ellos“digna”No más que una ratonera, pero para ella, era lo más maravilloso del mundo en aquel entonces, Elie sonrió con tristeza cuando observo el viejo silla y algo en su pecho llego a hacerle bastante dañoFue entonces cuando recordó las palabras del banquero, de aquel que había indicado que las cosa