—Elie… Elie… ¿Es cierto que usted golpeó a una de sus compañeras de sed?
—¿Es cierto que se acostó con el director para obtener el papel?
—Elie, por favor conteste nuestras preguntas, Elie…
El sonido incesante de los periodistas, preguntando las cosas más absurdas habían llegado a sus oídos, lo curioso, era que entre ella, más intentara aclararlo, aquellos solían inventar cosas aún más terribles.
Según todas aquellas personas ruines, ella terminaba siendo como la única persona con la suficiente maldad como para actuar de manera poco, ética.
Qué barbaridad, Elie López, solo era una actriz que se concentraba en su trabajo, una mujer que le importaba muy poco los rumores que la rodeaban, muchos la consideraban indiferente y rebelde.
Algunos indicaban que no era más que un ser incompresible, otros, admiraban su trabajo, otros con el afán del morbo a que haría, solían llamarse sus admiradores y solían, incluso, muchas veces, crear peores rumores de los ya existidos.
—Esa mujer puede que sea muy hermosa, pero sin duda no es más que una…
—Silencio puede escucharte, recuerda que suele siempre estar muy al pendiente de sus rumores y envía a sus amantes a golpearte…
Una exclamación de terror se escuchó tras ella, Elie solo sonrió, aun con los lentes cubriendo sus hermosos ojos, y pensó en el hecho de que nunca había actuado de tal forma.
Solo había ocurrido una vez y había sido ella, quien le había dado una paliza al hombre, aquel se había atrevido a sobrepasarse con el afán de ser no solo su admirador, sino también hombre enamorado.
Era algo que nunca permitiría, por lo que decidió darle una paliza, digna de alagar por su padre.
Pero de nuevo el sonido del flash de la cámara y los gritos llenos de malos comentarios de los periodistas habían traído a la realidad a Elie, quien frunció el ceño y decidió que las cosas no serán tan faciales en aquel país.
Se suponía que regresaría con tranquilidad, que nadie sabría sobre su regreso, pero las cosas nunca solían ser como ella deseaba, las personas solo la buscaban con la intensión de crear malos rumores, de hacer de su vida un problema.
Todos en aquel país eran de aquella manera, iniciando por aquel hombre que esperaba en la entrada del aeropuerto, quien al ser visto solo fue acaparado por los periodistas, dándole una excusa perfecta para poder escapar.
—Elie… Elie…
Parecía que ella no había logrado escucharlo, pero solo parecía, pues ella siguió camino hacia el estacionamiento, con el afán de encontrar otra salida, el hecho de tener que lidiar con otra víbora más en su día de bienvenida, no tan bienvenida, era algo que deseaba evitar.
Fue una lástima que los problemas parecían perseguirla, pues de la nada un pequeño niño había chocado contra ella, en bien había pisado el estacionamiento, en lo que noto el leve movimiento de nervios de su parte.
Había dos cosas a las que Elie López no podía negarse, aquellos eran los animales y el otro era los pequeños niños, sobre todo como aquel, el hermoso niño frente a ella, que imagino que tendría unos hermosos cinco años. Justamente como lo tendría él, sí aún estuviese vivo.
—Pequeño bebé, ¿Qué ocurre?
Ella no tuvo tiempo de nada más, aquella simplemente noto como un par de hombres enormes, la habían empujado haciéndola caer al suelo pavimentado y sucio, mientras el pequeño niño dio un estruendoso grito qué logro alertarla
—¿Qué se supone que hacen? Esta no es la manera de tratar a un niño…
Aquellos habían ignorado las palabras de Elie, quien noto como uno ellos, cargaba al pequeño a pesar de sus gritos y su acto de rebeldía, era más que suficiente.
Ella no permitiría que las cosas se presentaran ante sus ojos sin más.
No estaba dispuesta a que aquel pequeño fuese robado, por la simple y llana razón que no había hecho nada, cuando podía hacerlo.
Elie se levantó de prisa de aquel sucio suelo y sin pensarlo dos veces, camino hacia el hombre, a quien le toco el hombro; y justamente cuando aquel giro sobre sus talones para observarla, ella le dio un fuerte golpe en la barbilla.
Aquello había sido más que suficiente, aquel se había tambaleado y ella terminó por darle otro golpe que lograría derrotarlo en el mismo sitio, por lo que mientras sacudía su mano con un fuerte de dolor por aquel terrible golpe.
Noto como el hombre soltaba al niño y corría hacia ella, era justo lo que deseaba, por lo que Elie con maestría había evitado el golpe de aquel y antes de que siquiera pudiese levantar la cabeza, le había acertado una estocada final en las costillas.
—No te levantes más, porque si lo haces te irá peor, créeme…
No había necesidad de golpearlo de nuevo, aquel se había quedado doblando intentando recuperar su aire, el tiempo era suficiente para que ella pudiese escapar, por lo que llego hacia el pequeño y lo observo a los ojos.
Aquel que parecía evadir su mirada, estaba nervioso, temblaba, no debió haber sido tan ruda, pero no había otro camino, era eso o que robaran el pequeño, por lo que se arrodilló ante él, aun con los ojos fijos en el par de hombres sospechosos y hablo suavemente.
—Hey… tranquilo, hay que irnos, ¿sí? ¿Te irás conmigo?
El pequeño niño levantó su mirada, sus ojos azules llenos de lágrimas y su expresión llena de lo que parecía tantas cosas, Elie lo comprendió de inmediato, él necesitaba un más poco de compresión especial, un poco más de cariño.
Fue por eso que busco su pañuelo en sus bolsillos y lo ofreció con una tenue sonrisa, para que este limpiase su rostro lleno de lágrimas, quien lo tomo con delicadeza, mientras parecía observarla sin alejar su mirada por un segundo.
Él parecía buscar algo en ella, no, parecía haber encontrado algo, pues aquel tomo su mano extendida y sus ojos brillaron de una manera que aquella sin duda había quedado maravillada.
—Buen niño, ahora vamos a la oficina de personas perdidas, tus padres deben estar buscándote, no me iré hasta que encontremos a tus padres, ¿está bien?
Él no había hecho una sola señal, pero ella consideró que era más que suficiente, por lo que sonrió con delicadeza y simplemente camino con este de la mano, mientras ella les daba una última mirada a los hombres un poco preocupada.
Debía tener cuidado con aquellos extraños y agresivos hombres, por lo menos aquello pensó, mientras ingresaba a las escaleras del aeropuerto, evitando como siempre los ascensores.
Pero entonces, justamente, cuando había dado unos cuantos pasos hacia los primeros escalones, un hombre se mostró ante ella, aquel bajaba con toda la elegancia de un depredador, mientras ella se preguntaba quien era aquel.
No tuvo tiempo de hacer preguntas, al niño que había dado un gruñido y mucho menos al hombre que había hablado ante su sorpresa.
—Deme una razón, para no hacerle pagar a la mujer que robo mi hijo…
--Dime que solo puedes subir a mi auto y ya, no hay problema, yo estaré encantado de tenerte conmigo esta noche…Ella sonrió llena de ilusión ante las palabras del chico frente a ella y noto como su mejor amiga se había puesto en medio de los dos con una gran sonrisa y hablo llena de lo que parecía mucha emoción—De eso nada, hoy haremos nuestra despedida de soltera, ya bastante tenemos con el hecho de que han inventado sin control que su repentino matrimonio no es porque Elie está embarazadaLas mejillas de la pequeña chica de apenas dieciocho años se habían tornado completamente rojas, ella no había estado de aquella manera con su novio de cinco añosNo negaba que lo amaba, lo adora demasiado, pero no se sentía suficiente, Elie observo a su amiga de manera recriminatoria, mientras Noah Turner, cinco años mayor que ella, solo observo a su novia negando lleno de diversión—No escuches a esta tonta, cuando nos interese los chismes de los demás hablaremos Emma…Aquel par se conocían des
Habían pasado cerca de cuatro semanas, Noah no había mostrado una sola señal de querer hablar con ella después de aquel improviso, parecía que ella de verdad no había existido en su vidaIncluso la habían sacado de varias producciones en las que trabajaba, su carrera que se mostraba llena de muchos ascensos, ahora estaba en picadaEl padre de Noah, quien era el director de su empresa, simplemente le había indicado que debía tomar vacaciones hasta nuevo aviso, pues nadie quería firmar con una chica infielEra curioso, ellos mismo se habían encargado de esconder su relación con su hijo, la escusa era que cuando estuviesen casados podían hacer pública, ahora era una infiel, con la que nadie quería trabajarEra más que claro que el hombre lo había hecho con la intensión de vengarse de ella, por lo que Elie no tenía mucho que hacer, ella no tenía forma de poder ayuda, no tenía a quien aferrase, su vida artística estaba acabadaMientras en aquel instante esperaba en el hospital con su amiga
Se podía decir que la mirada completamente sorprendida de parte de Elie, era por el hecho de haber sido confundida con una roba niños, también se podía decir que era porque el hombre se veía aterrador ante sus ojosPor lo menos eso podría llegar a pensar cualquier, era la imagen que solía dar aquel, un hombre imponente, frío y terrorífico, aquel era Azriel Cox, unos de los hombres más temidos e importantes de la ciudad APero era todo lo contrario, ante los ojos de Elie, solo llegaba el pensamiento que jamás había visto un hombre tan hermoso, un poco frívolo y completamente atemorizante, pero ¿quién no le gustan los chicos malos?Aquel pensamiento había sido dejado de lado, cuando este frunció el ceño y sus hermosos ojos ya no se veían enojados solamente se veían frustrados, parecía que había hecho un gran error, en solo llegase a pensar en las banalidadesPero ella tenía que ser sincera, un hombre como aquel no se veía todo el tiempo, sin contar con el hecho de que aquel hombre se le
En uno de los lugares más importantes de toda la ciudad A, un niño estaba completamente en silencio, su mirada se podía decir que estaba furioso, mientras su padre, sin prestarle mucha importancia solo estaba leyendo algunos documentos en su computadora—Mi joven amo, no puede seguir a cualquier mujer que viene hacia usted, no todas son buenas, además escapar, el amo, tuvo que salir de una gran reunión, para poder encontrarlo al recibir la llamada de la señoraNo hubo un solo sonido, aquel solo se quedó en silencio, mientras el secretario, solo negaba con la cabeza, no había manera que este lograrse sacarle información a aquel pequeño, no había manera que mostrara interés en algoEl pequeño era tal cual, como su jefe, pero pensándolo bien, el secretario observo de nuevo aquel pequeño que se mostraba indiferente como siempre, por lo que acerco su mano hacia aquel, fue justamente cuando el niño dio un gran gritoAquel logro hacer que el secretario se asustara y se alejara un poco, en lo
La madrugada pintaba los colores más hermosos, el azul del cielo era notable entre un hermoso rosa y naranja, una sinfonía perfecta para cualquiera que pudiese verlo, sin duda la imagen más perfecta del mundoPero nada era suficiente para poder apartar la vista de aquella mujer que se encontraba frente a una pequeña tumba sin cuerpo frente ella, esta observaba fijamente el lugar con ojos llenos de lágrimas y con una expresión desoladaHabía pasado tanto tiempo de ello, ella simplemente había dejado la tumba de su hijo con hermosas flores decorativas, mientras le prometía que algún día volveríaAsí había pasado, el problema es que no sabía qué decirle, no sabía cómo disculparse por cinco años de ausencia, por su tumba maltratad y sucia, por el hecho de que este no tuviese alguien que lo cuidara como merecíaElie había pasado toda la noche limpiándola, la había lavado y había cortado el césped que estaba tan alto que parecía de verdad que había pasado una eternidad desde su partidaLo c
Elie sin poder creerlo, observo al pequeño niño con aquella pancarta en sus manos y una pequeña sonrisa, mientras ella se preguntaba si era alguna broma Fue tanto así que observo a sus alrededores, el pequeño estaba solo, ella no lo comprendía ¿Cómo supo donde vivía? ¿Con quién había llegado a su hogar? Un niño tan pequeño no debería estar solo por la ciudad Incluso para ella siendo una adulta le parecía problemático, ¿Qué sería de aquel pequeño? Ella no sabía cómo siquiera interpretar la situación, seguía observado al pequeño quien bajo lentamente la pancarta y la observo al parecer decaído Lo que faltaba, ella había hecho sentir mal al pequeño niño con esa actitud de anciana tan suya, fue entonces cuando intentó forzar una sonrisa, pero este tomo su teléfono y de la nada apareció un letrero en aquel moderno aparato “no te agrado mi visita” Qué triste, ella no quería demostrarle que estaba molesta, solo estaba preocupada, ellos se habían conocido, no de la mejor manera, por lo q
El hotel Dynasty era uno de los lugares más importantes de toda la ciudad A, las personas solían sentirse como reyes, mientras rogaban a ser tan importantes, siquiera para pagar una comida en aquelPero al hombre que estaba sentado en el bar del restaurante, no era más que una molestia, él era el dueño y vivía lo bastante ocupado para siquiera ir aquel lugar a menos que fuese algo demasiado importanteAquella conocida no era importante para nada, pero había mucho que hacer, su madre había sido una molestia, por lo que estar en aquella cena, no sería de gran importanciaAzriel sabía cómo fastidiar lo suficiente a las mujeres, con las que tenía aquellas citas a ciegas, siempre hacía lo mismo, se sentaba en el bar, y aunque sabía que está allí, las hacia esperar una eternidad, mientras tomaba con tranquilidad su tragoMuchas cuando él llegaba, solían mostrar su verdadero ser, al estar cansadas de ser ignoradas, mientras otras eran expertas en aparentar no estar molestas, solían mostrarse
Contrario a lo que cualquiera creería, Elie no pensaba en el hecho de haber tenido una gran discusión con aquel hombre, era todo lo contrarioSu preocupación se iba solamente en aquel pequeño niño en el living del hotel, lo había dejado solo demasiado tiempo, temía que alguien pudiese hacerle algoNo debió dejarlo allí sin más, ella debió llevarlo consigo, pero ¿Cómo haría algo tan irresponsable? Sin duda alguna no podía hacer algo tan insensato, Emma había actuado como ella esperabano negaría que la había poseído la vergüenza y los deseos incorregibles de correr de allí, pero no le daría al gusto a ninguno de los presentes, ella demostraría que era fuerte, que no se dejaría pistera de aquellosDebía darse prisa, caminar hacia al ascensor, había subido, rezando porque aquel no se detuviera en el camino, y ahora lo haría de la misma forma, no podía esperar más, su pequeño estaba allí¿Su pequeño? ¿De dónde sacaba tal barbaridad?Ella negó con la cabeza, aquel pensamiento era ridículo