Rania cambió su lujosa ropa por un uniforme de servicio, recogió su cabello y salió de la habitación, y haciendo cruces el los pasillos, llegó al ala Este, a una habitación en lo alto de la mansión.
Vio a Jhon parado con las manos en los bolsillos mirando a la nada, cuando vio a una mujer con el rostro cubierto acercarse a él. —¿Fátima? ¿Que hace con Jhon? No escuchaba nada de lo que decía pero veía los gestos de discusión que tenían. Miró la hora y ya casi era la hora de que Alih llegue. —Por Alá...Alih llegará y no podré hablar con el.. Tifa..¿Tifa..como lo citas en este lugar?.. —se lamentó y momento después, fue cuando vió que Fátima se alejaba seguida por Jhon. Al ver que los guardias se acercaban a el. Rania Al-khalifa sentía los nervios a flor de piel, temía ser reconocida por uno de ellos, y aún así decidió ir a hablar con Jhon. —¡Alá...Alá!. ayúdame por favor. —expresó con angustia y vio a Jhon ser traído por los guardias, cuando intento seguir a Fátima. Bajó corriendo fue a la cocina, mezclo agua y un poco de hierbas aromáticas y la llevó dónde Jhon. Caminó temerosa y se acercó a él. —Buenas noches señor, la señora Rania le envió un té. —dijo fingiendo la voz, y sorprendida por tan inesperada la respuesta. —Dile a tu señora que lo único que quiero de ella es que desaparezca de mi vida. —Jhon habló sintiendo bullir su sangre. —No comprendo señor, la señora está muy preocupada por usted. —respondió Rania sin entender. —Claro..se nota su preocupación, y por eso se va con su prometido. —¿Que? ¿Que está diciendo? —Rania no entendía nada. —Que no entiendo porque quiere casarse cuando es evidente que todo está bien entre ellos. —respondió Jhon girando se, y mirarla con desprecio. —No entiendo...yo...Pero si yo... —Disculpa...esto no es tu culpa. Déjame solo. —pidió Jhon dando la espalda, entonces Rania sorprendida ante esa respuesta, decidió rebelar su identidad ante él para aclarar la confusión, se llevó la mano para retirar su velo cuando escuchó la voz de Tifa. —El señor Khalid te necesita niña. Vamos. —la detuvo Tifa interrumpiendo su intensión. —Yo... Tifa tomó del brazo a Rania y se giró, miró a Jhon y luego miró a Tifa haciendo gesto de negación. —Ve muchacha ...no te preocupes por mi. —dijo Jhon. —Es urgente. —afirmó Tifa y Rania salió a pasos agigantados seguida por ella. —¿Tifa ..que sucedió esta noche? —No entiendo como es que el señor Khalid cree que saliste con Alih. —¿Quee? Fátima estuvo aquí, no se que habló con Jhon y salió. —No lo sé señora...toda esta confusión cada vez más la pone a usted mal ante los ojos de los demás.. Rania y Tifa llegaron a la habitación, se cambió lo más rápido que pudo y fue a la oficina de Khalid. —Todo esto se sabrá esta noche...le diré a mi padre que compruebe que Fátima no está en la mansión. Entró a la oficina y la sorpresa fue tanta que se tambaleó al ver la imagen que tenía frente a ella. —Hola hermana, no puedo creer que aún sigas enlodando el nuestro nombre de padre, estas comprometida con Jhon y aún sigues llamando a mi prometido. ¿Que clase de mujer eres.? —habló Fátima fingiendo molestia. Khalid miró furioso a Rania y esta, sintiendo temor quedó con las palabras atragantadas en su garganta, miró a Fátima sonreír mientras limpia sus lágrimas en el pecho de su padre. —Quedas encerrada en tu habitación hasta el día de tu boda que será mañana en la noche, tus pecados no te permiten tener algo digno de ser visto porque Alá no mira el pecado y desobediencia. Rania caminó nuevamente de vuelta a su habitación, sentía impotencia ante toda esa situación llena de malos entendidos. —Niña..no debiste quedarte callada, debiste desenmascarar a esa arpía, y discúlpame por llamarla así, pero es tan mala sangre que no parece ser tu hermana. —No puedo Tifa, mi padre seguía capas de imponerme otro castigo. Lo único bueno de todo esto es que no me casaré con Alih, sino con Jhon. —habló sonriendo y tomando las manos de Tifa —Ni niña...recuerda que el no desea casarse contigo. —Tifa, le diré que soy la mujer del velo, entonces el no pensará igual, no le soy indiferente. Tifa la miró, sentía que nada sería tan facil y Rania lo imaginaba. — Niña, temo que no será fácil, el tiene una mujer en su corazón, y contra eso es difícil luchar. —Mi Tifa, yo seré la dueña de su corazón, Jhon me amará tanto como lo estoy haciendo yo. —respondió Rania segura de que era amor lo que sentía por Jhon. —Mi niña, solo espero no salgas lastimada en el intento. —Cuando el vea que soy yo....estará contento y cambiará de opinión, ya lm verás. Las horas transmitieron, Jhon caminaba de un lado a otro en medio del gran salón, estaba listo esperando ser llevado a la mansión por orden de Khalid y realizar la ceremonia. Y uno de los guardias entró. —El señor Khalid espera ir usted señor Maxwell. —dijo, y Jhon caminó en dirección a la salida. Subió al auto y fue llevado a un ayuntamiento donde se realizaría la íntima ceremonia. Mientras Jhon era llevado al ayuntamiento. Rania escogía su mejor vestido para realizar su boda. —No es justo ni niña...tu te mereces una boda de reina, no esto a escondidas. —renegó Tifa ayudando a vestirse. —No importa Tifa, lo único que me importa es que esta noche me casaré con él, ya después todo será más fácil, cuando le diga que soy yo la mujer del velo. Tifa suspiró profundo, cerró los ojos haciendo un gesto de negación y terminando de subir la cremallera del vestido. —Lista mi niña, estás hermosa. —dijo Tifa arreglando el velo de la feliz novia. Una de las muchachas del servicio tocó la puerta y entró al momento de escuchar la autorización de pasar. —Señora, su padre la estera en el ayuntamiento. —informó y salió. Rania sonrió y miró a Tifa, esta tomo sus manos y luego la abrazó. —Voy a preparar mis cosas niña, no dejaré que te marches sola. —No Tifa, no te preocupes, todo estará bien, pero te irás conmigo luego de nuestro viaje de bodas. —Yo te espero en tu nueva residencia. —Como desees Tifa. —respondió y se dispuso a salir, en los pasillos vio a su madre junto a Fátima. —Madre, dame tu bendición. —pidió inclinándose frente a ella. —¿Deshonras a la familia y pides mi bendición? No tienes vergüenza Rania. —respondió con indiferencia mientras Fátima sonreía. Rania sintió estrujar su corazón, tenía sentimientos encontrados, nunca creyó que el día más feliz de su vida, sería también en más triste por la misma razón...su boda. Estaba feliz y deseaba demostrarlo, y sentía tristeza que no podía mostrar. Sonrió levemente y continuó su camino seguida por Tifa, que sentía la impotencia de no poder gritarle la verdad en la cara de todo lo injusto que estaban siendo. Miró a Rania, sus ojos brillantes por las lágrimas que amenazaban con salir, la vio parpadear y se adelantó poniéndose frente a ella —Mi niña...¿Segura de que es lo que deseas? —preguntó angustiada por toda aquella tensión que se sentía. —Si Tifa....es lo que deseo, casarme con Jhon e irnos de aquí. —respondió con voz suave y sollozante. Tifa abrazó a Rania y ella correspondió. —Somos de la misma edad, pero tampoco soy una anciana, con la capacidad para dar una bendición como tus padres lo harian...solo espero que mi bendición te pueda llegar, porque lo hago de corazón. Que Alá te cuide y te proteja siempre mi señora, y te de toda la felicidad que te mereces y se haga justicia, a esta injusticia. —dijo Tifa que era diez años mayor que ella, y habían crecido juntas, siendo una compañía de la otra, y muchas veces siendo el apoyo de una hermana en lugar de madre. Rania abrazó a Tifa, sabía que sus palabras y afectos eran sinceros. —Eres como mi hermana Tifa, lo sabes, y se que tus deseos son sinceros. —respondió Rania para luego continuar. Llegaron al salón donde esperaban por ella. —Señora Rania, su padre espera por usted. —dijo el chófer y ella lo siguió. Subieron al auto y fue trasladada al ayuntamiento. Rania sentía estremecer su cuerpo, su corazón retumbaba en su pecho tan fuerte que podía escucharse así mismo, miró pasar el paisaje frente a ella, sus pensamientos eran una confusión total y de lo único que estaba segura era de que si deseaba casarse con Jhon Maxwell. Metida en sus cavilaciones no se percató de que estaban frente al lugar que sellaría su destino. —Niña, ¿Me estás escuchando? —llamó su atención Tifa. —¡Eh! Si...si tifa, disculpa me. Estoy nerviosa. —respondió sonriendo forzadamente. —Llegamos mi niña, es hora de enfrentar y aceptar tu destino. —Seré feliz Tifa, jhon me amará como yo lo estoy amando. —Alá lo quiera así mi señora, Alá lo quiera. Vamos. —dijo arreglando su velo y encaminando se al interior del ayuntamiento. Rania, caminaba con la cabeza gacha, con el corazón lleno de temor y el espíritu abatido. A sus dieciocho años, se enfrentaba a la perspectiva de un matrimonio forzado con un hombre al que apenas conocía, pero que despertó en ella un sentimiento que no conocía, y que jamás sintió por Alih, a pesar de estar prometida a él, desde muy pequeña, y nunca tuvo la oportunidad de tratar a otro hombre hasta que se encontró con Jhon en esa playa. Sus padres habían decidido casarla con Alih, un rico y heredero del país vecino, en un intento desesperado por asegurar su propio futuro financiero. Rania sabía que no tenía voz ni voto en esta decisión, tanto en esa decisión de comprometerla con Alih y ahora con casarla con el hombre que supuestamente la había deshonrado, En su cultura, las mujeres eran consideradas poco más que posesiones, destinadas a obedecer a sus padres y luego a sus maridos. A pesar de sus lágrimas, súplicas e intentos por aclarar el malentendido, su familia estaba decidida a seguir adelante con la boda. Rania se sentía atrapada en una pesadilla de malos entendidos sin fin, con el único consuelo de que en algún momento pudiera aclararlo todo. En un principio, la noticia de su boda había sido recibida con alegría por su parte, Pero para los últimos acontecimientos vividos con un joven desconocido la hizo ver qué había mucho más allá que ser la novia de un hombre al que había tratado muy poco, y la idea de casarse sin conocer el verdadero amor, la llevó a aislarse para meditar sobre su futuro junto a Alih, y aceptar su destino. Mientras se preparaba para la ceremonia, Rania, se sentía como un cordero siendo llevado al matadero. Recordaba las palabras de Jhon, de que jamás la amaría. Sus manos temblaban y su corazón latía con fuerza mientra camina a paso lento, miró a su padre con el ceño fruncido, miró al Jhon del mismo modo, marcando una seriedad y un notorio disgusto. El la miró fijamente también con el ceño fruncido, haciendo que Rania tragara el nudo formado en su garganta. Llegó a la presencia de Khalid siendo ignorada por el. —Padre...tu bendición. —pidió inclinándose frente a él siendo ignorada una vez más. Siguió su paso y estuvo frente a jhon que la miró fijamente a los ojos. Sus miradas se encontraron, Rania vio en esa mirada de Jhon, desprecio, haciendo sentir un frío recorrer su cuerpo. —¡Hola! Yo,...—pronunció en un susurro. Siendo ignorada también por él.Jhon, estaba desesperado, daba vueltas en esa sala como un león enjaulado, salió al jardín para tomar un poco de aire fresco, por que sentía, que se asfixiaba, parado mirando al oscuro cielo, y con los pensamientos puestos en un lejano recuerdo.—Arielle, mi Ari, no...no eres mia.. nunca lo fuiste y jamás lo serás. —se dijo mentalmente, cuando sintió unos pasos acercarse, deduciendo que eran los guardias. —Seguramente estas pensando en algún amor, con el cuál no podrás estar porque serás mi esposo. —siceó con burla la mujer con el rostro cubierto, Jhon se giró y la fulminó con la mirada deduciendo que era la mujer con la que se casaría por las palabras que dijo, dio un paso y estuvo tan cerca de ella, miró sus ojos destellantes de burla, e imaginó su sardónica sonrisa, y no tuvo más que apretar sus puños y dientes tan fuertes.—No entiendo tu capricho mujer,....tu sabes que nunca pasó nada entre nosotros, que jamás te violenté, y tú me arruinas mi vida forzando me a un maltit0 matri
Jhon, estaba furioso por todo lo que estaba pasando, pasó por la ceremonia y luego enfrentar la realidad...su nueva realidad, hacia un mes atrás estaba preparado para unir su vida a la mujer que amaba y ahora estaba casado con una completa desconocida.Después de dejar a Rania tirada en el suelo, salió del ayuntamiento, subió a un Uber y salió del lugar rumbo a la solitaria playa donde había pasado mucho tiempo ahí poniendo sus pensamientos en orden Caminó por la orilla de la playa descalzo y con las manos en los bolsillos, después de caminar decidió sentarse en la arena y bebió de la botella, sus pensamientos eran un caos, no entendía como en menos de un mes de estar ahí en un país desconocido, estaba casado con una mujer a la cual nunca había visto su rostro.—Por dios...esto es una maldit4 pesadilla. —se reprochó asi mismo. Las horas pasaron, Jhon sentía una presión en el corazón, a su mente llegaban los recuerdos de esa mirada cristalina de la que ahora era su esposa, tirada e
RANIA EN EL HOSPITAL Rania después de intentar hablar, explicar y rebelar su identidad ante Jhon, y este responder agresivamente, y luego dejarla ahí tirada, lloró tanto por sentirse desdichada, a causa de eso fue a parar al hospital.—La paciente está estable....Solo fue una baja de presión, pero pronto estará completa mente recuperada. —informó el Galeno.—Gracias a Alá, ¿Puedo pasar a verla? —pidió Tifa...y el Galeno indicó la habitación donde estaba Rania.Rania Al-khalifa, escuchó hablar al médico dando indicaciones a Tifa, se puso de pie y sigilosamente salió de la sala de emergencias, subió al Uber y dió la dirección.Todo el trayecto fue mirar pasar el paisaje, y en su mente se repetía una y otra vez las palabras de Jhon "No me casé contigo, para ser el marido cariñoso lo sabes muy bien ¿Cierto?. Mi corazón no te pertenece, ni mi vida. Estoy decidido a seguir mi propio camino, aunque eso signifique dejar atrás todo este absurdo matrimonio, sigue tu vida como quieras...no
Eran las siete de la mañana, cuando Mustafá golpeó la puerta de la habitación de Jhon.-Pasa Mustafá. -ordenó desde el sofá con algunas botellas tiradas. Y sabiendo que era el único amigo que podía encontrarlo ahí.-Hey....otra vez. ¿Creí que habías superado lo que tanto te atormenta. -dijo Mustafá entrando y mirando el desorden que había.Jhon levantó la mirada y se carcajeo.-Sabes Mustafá....vine a este país desconocido con la idea de olvidar definitivamente a una mujer que no es y...no será jamás para mí. ¿Sabes por qué? Porque soy un imbécil, por esperar....y ahora veo que lo único que esperé fue perderla. -habló aún arrastrando las palabras.-¿Perderla? ¿Porque la perdiste? ¿Que hiciste? -preguntó Mustafá.-¿Que hice? Nada hice...nada más que esperar a que ella fuera una mujer realizada, ¿Y que pasó? Que se casó con otro...se realizó conmigo amando a otro....eso pasó Mustafá. Y ahora estoy casado con una mujer que no amo...que me obligó a casarme con ella, con eso de sus costumb
Rania miró fijamente la lejanía del mar, suspiró profundo cerró los ojos y lo miró, no tenía idea de como empezar.—Yo...—dijeron al unisono y rieron.—Las damas primero. —dijo Jhon sonriendo.—Tu enviaste mensajes primero, así que serás tu quien empiece. —respondió Rania cediendo su lugar.—¿Puedo saber que pasó esa noche? ¿Por qué te fuiste de ese modo? ¿Por qué intentaste ahogarte? —preguntó Jhon sintiendo curiosidad.Rania suspiró profundo cerrando los ojos y vio ahí la oportunidad de aclararlo todo. —¿Recuerdas que te dije que estaba comprometida?—Si....lo recuerdo. ¿No te casaste?—Si...si lo hice, me casé esa noche que me sacaste del mar. —respondió Rania mirándolo a los ojos.—¿Que estás diciendo mujer? ¿Que te hizo para que tomes esa decisión?—El no me ama...y jamás lo hará, fue muy claro. —dijo Rania abriendo paso para rebelar su identidad. Jhon sintió estrujar su corazón al recordar lo que le dijo a Rania.—Sabes...esa noche también me casé...me casé con una mujer que ja
Jhon salió del departamento magistral mente ignorando a Rania, entró al ascensor, bajó, salió y subió a su auto para ir a la construcción del palacete para Fátima, nunca se imaginó que lo que mas le apasionaba, se le estaba volviendo algo muy estresante.....su trabajo en ese palacete.Llegó fue directo a su oficina temporal con la intensión de empezar a realizar su trabajo para luego ir a la obra que se realizaba.Miró cada detalle realizado, caminó por los lugares donde estaban los obreros cuando su teléfono sonó.—Señor, su esposa está aquí. —recibió la llamada y colgó.Continuó en su labor sin prestarle atención y sin importar que su esposa lo esperaba.Una hora después de revisar la obra, subió a su auto y fue a un restaurante más cercano donde estaba Mustafá esperando por el.—Buen día amigo. —saludó Jhon sentándose frente a él.—Jhon. ¿Te pasó algo? Te ves contrariado amigo.—No se si estar feliz o arrepentido.—¿Que te pasó amigo? Cuéntame y si puedo ayudar, con gusto.—No sé s
Rania llegó y jhon levantó la mirada, se detuvo a ver solo sus ojos, pues era lo único que veía de su rostro.—Siéntate. —pidió Jhon tratando de ser un poco sensible.Rania se sentó a un lado extremo quedando frente a el.—Yo .. —dijeron al unisono y ella se carcajeo.—Tu primero. —dijo Rania cerrando los ojos.—No, las damas primero...¿Qué me ibas a decir? —expresó Jhon indiferente a la risa de ella.—Gracias....solo quería darte las gracias por este momento de compartir conmigo.—Fue una casualidad.—Lo se, porque de planearlo no estaríamos aquí. ¿Que hacías por aquí?Preguntó mirando fijamente a Jhon, lo vio parpadear y tragar grueso.Jhon sentía un nudo en su garganta sabiendo que no era una casualidad que el estuviera ahí. Rania y Jhon se miraron fijamente a los ojos, ella esperando que él sea sincero y el deseando que no fuese ella la mujer que deseaba ver. Pero ahí estaba nuevamente compartiendo con Rania.—Rania...no podemos confundir las cosas, tu me pediste darle una oport
Jhon volvió a la oficina, y pasó el resto de la tarde sumergido en sus planos.Realizó llamadas con su equipo de Nueva York, sin siquiera preguntar por los trabajos pendientes de Arielle. Cerraba los ojos, apoyando su cabeza en el respaldo de la silla, y masajeando su cien.—Rania .. Rania... por qué eres tan conformista mujer...y tú, Ainar... Ainar. —pensó, tomó su teléfono y buscó el contacto de Ainar, leyó el mensaje una y otra vez "También deseaba verte, después de nuestra apasionada noche deseaba volver a verte.'Cerró los ojos, y dejó el teléfono sobre el escritorio. Volvió a centrarse en su trabajo sintiendo una confusión total, sin poder concentrarse al cien por ciento en lo que hacía.—Esta situación me volverá loco, Rania pidiendo darle una oportunidad a esta locura de matrimonio. ¡Aash! Maldici0n. —se empujó y la silla rodó, se puso de pie, fua al minibar se sirvió un vaso de whisky y lo bebió de un solo sorbo, luego otro y otro. —Voy a ponerle punto final a esta situaci