CAPITULO 65

El concejo se mira desconcertado, lo hablan por un par de segundos, y deciden negar la solicitud de Mateo.

— Luciana y sus hijos conservarán su apellido pero no sé puede autorizar que seas su padre, pues tú tienes una esposa y un heredero que espera quedarse con lo que le pertenece.

Mateo frunce el ceño, el deseaba ser ese apoyo que ella necesita, sabe que le espera un momento doloroso, que le espera una situación complicada para el futuro.

— Pilar puede autorizarlo, Luciana y en algún momento Antonio fueron parte de nuestras vidas, solo quiero ayudar — Mateo le suplica al concejo está oportunidad, lo necesita el quiere de cierta manera ser el salvador de su amada.

— No, es una orden, podrá ayudarla pero solo si ella lo admite, pues es evidente que la relación de amistad de la que usted habla, se ha roto en este juzgado — el juez le da un golpe al martillo y termina lo que fue una larga sesión.

Mateo decide regresar a su manada, no quiere estar más allí, además debe estar