Cuando Ada ve a Alessandro siente un furor que la consume, siente ganas de matarlo con sus propias manos, sin embargo no piensa fallarle al cabecilla, el hombre que depositó su confianza en ella. la mirada de Ada y alessandro se cruzan como espadas filosas deseando ver sangre. —llegó la dichosa esposa, tonta del millonario, bueno millonario por poco tiempo— sonríe —que afortunada eres que ni un accidente y menos las llamas te mataron Ada camina con firmeza hacia Alessandro y Myriam se acerca rápidamente porque no quiere que a su mejor amiga le pase algo. —Alessandro... — Ada lo menciona con enojo, con ese rencor que siente por él —que suerte tuviste— Alessandro la mira con desdén —¿Suerte?— sonríe un poco y arquea una ceja —de este mundo me voy cuando Dios lo decida no una poca cosa como tú— Alessandro empuña sus manos por la furia que le causó las palabras de Ada —vas a lamentar lo que has hecho —¿Me estás amenazando? no seas ilusa, no matas ni una mosca —por mi familia sacó
—¿Qué sucede?— pregunta Myriam al ver palidecer a Marcus —¡Marcus, apúrate!— le ordena Lukian—en este momento el jefe está ocupado, te devolveré la llamada lo más pronto posible— Marcus cuelga la llamada, sabe lo prepotente que es Lukian cuando quiere todo para ya—los dejaré a solas— el propietario sale del despacho al haber entregado los cofres para darles privacidad, pudo percibir lo destrozado que está Adams—gracias... — Ada suspira profundamente y espera que estén totalmente solos —mi amor... Estamos juntos con nuestros hijos... —siento no poder hacerlo, necesito estar solo—¡No Adams! No más, ya no estás solo ¿Me Amas? —más que a mí vida Adamaris— la mira con dolor y ella lo que hacen es abrazarlo—jamás desconfíes de mí— Ada musito y lo abraza más fuerte, ese abrazo Grey lo necesitaba —nunca me dejes— Adams suspira profundamente y se retira lentamente para mirarlo a los ojos. —eres mi amor, mi todo Adams. Ahora... Quiero pedirte algo muy especial, deja las cenizas de tu
Ada está perpleja, saber que su madre murió de esa manera le causa escalofríos, el dolor que siente en este momento la lleva años atrás al verla en el cajón color blanco sin vida, de todo lo que ella suplicaba porque su madre abriera los ojos o que le regalara aquella sonrisa que le causaba felicidad. Mira a Sonia con tanto odio, que le fue imposible detener las lágrimas. —¿Estás llorando? — se burla Sonia —eres una débil y aunque me quedé en prisión, me quedo con la satisfacción de haber destruido parte de tu vida —no tienes idea de lo que has desatado en mí— Ada habla entre dientes —y cada segundo de tu miserable vida vas a lamentar lo que le hiciste a mi madre, lo juro por ella— con eso finaliza la sentencia de Sonia y se marcha rápidamente haciendo oídos sordos a lo que Sonia le grita con furor. Al llegar donde está su esposo, inmediatamente lo abraza fuertemente. —¿Qué ha sucedido? ¿Qué te hizo?— la aparta un poco para mirarla de pies a cabeza —necesito que Sonia pague...
Adams y Eva están en el bar, platicando plácidamente sobre lo que ha sido de sus vidas en el tiempo que no se vieron. Además, Adams le comentó sobre la muerte del cabecilla lo cual Eva le dio el pésame ya que pudo conocer al abuelo Grey. —la vida sí que nos ha golpeado Adams— Eva bebió un sorbo de vino sin dejar de mirarlo —Así es y me parece increíble que te hayas casado —Pero nos vamos a divorciar, me canse, es un patán que no me valora ¡Mírame! Yo sigo igual de regia. Haber perdido a mi hijo, es algo que aún no asimiló, pero es una situación que me despertó para no soportar más los golpes de mi esposo—no te merece. Yo trato de ser un buen esposo —eso aún no lo comprendo. Un hombre como tú tan serio y que no se quería casar, lo hizo y resulta que la amas —mucho, Adamaris causa muchos sentimientos en mi, te la voy a presentar —¿De verdad? La verdad... Me sentiría incómoda luego de todo el sexo que tuvimos— Eva se ríe a carcajadas y Adams sonríe un poco —¡ADAMS GREY!— la voz
—señores— el abogado mira a Adams y luego a Alessandro—¡Está bien, voy a firmar! Aunque me parece una completa estupidez— Alessandro es el primero en firmar y lo hace con arrogancia—perfecto, señor Adams por favor— el abogado señala el documento con su mano derecha, para que Adams se apresure a firmar Adams tiene un mal presentimiento, sabe que su abuelo era desprevenido en muchas cosas, pero siente que esto es demasiado, por lo tanto mira el documento, se toma el tiempo de leerlo y Alessandro rodea los ojos. —¿Acaso te da miedo firmar?— bufó —¡Solo hazlo!— Alessandro está desesperado por saber lo que está escrito en el testamento—calma señor Alessandro, el señor Adams está en todo su derecho de leer— Interviene el abogado para que no se formé una discusiónAlessandro hace un gesto de desagrado y mira al abogado con desdén. Adams al ver que en el documento no dicen nada extraño, y que lo que mencionó el abogado era cierto, agarra el bolígrafo y firma el testamento. El abogado pas
—Abogado cualquier cosa que necesite, estoy a su disposición— Ada se dirige a la puerta, pero Adams la alcanza y la agarra de la mano—Ada... Esta no eres tú, por favor hablemos— Ada se suelta bruscamente del agarre de su esposo —te equivocas, esta siempre he sido yo —¡Eres una ladrona!— Alessandro está que se muere de la rabia —¿Yo?— sonríe Ada —¡Tú eres un mantenido! ¡Un ladrón, un asesino! — Ada sale del despacho —¡Abogado deme una explicación!— Adams le pregunta y el abogado suspira —no hay nada más que decir Adams, debes aceptar la decisión de tu abuelo— la respuesta del abogado hace que Adams niegue con la cabeza y pareciera que su mundo se estuviera derrumbando cada vez más, por lo tanto sale del despacho prácticamente corriendo para alcanzar Ada, cuando los escoltas tantean el tiempo, sueltan Alessandro—¡Te vas arrepentir!— Alessandro señala al abogado y luego sale del despacho—¡Adamaris!— Adams se apresura a alcanzarla y cuando estuvo a punto de agarrarla del brazo,
—¡No! ¡Tengo un avión que abordar! ¡Ustedes están equivocados!— Jacobo se angustia —¡Mi familia no se quedará de brazos cruzados! —guarde silencio señor, pierde el tiempo diciendo incoherencias. En prisión una amiga lo espera—¿¡Quien!? ¡Imagino que es Sonia, esa bruja es la única asesina! ¡Ahhhhh ya déjenme en paz!— vuelve a intentar escapar, pero es inútil Por otro lado, Alessandro está en una vieja casa abandonada y como era de esperarse, varios de sus hombres renunciaron, ya que arriesgan sus vidas por él y ahora sin recibir dinero, tomaron la decisión de irse y solo queda su hombre de confianza y un escolta. —señor ¿Qué vamos a hacer? Nos quitaron todas las armas, en cualquier momento esa mujer puede venir por nosotros y matarnos, yo no quiero morir, mi mujer está embarazada—¡Callate! Tu vida privada me tiene sin cuidado, necesito que busques algo de comer y de beber—señor... Todo el dinero que me he ganado con mucho esfuerzo lo he invertido en mi casa y mi esposa —¡Eres ta
—¡No lo sé! —tú lo sabes ¿Donde esta?— Ada siente sus manos sudar—yo no tengo nada que ver Ada, es Alessandro que esta demente—¡Habla de una vez!— el miedo la invade, pero no lo demuestra—muerta... —¿Qué?— se coloca de pie y sus piernas le tiembla—no tengo nada que ver, repito. Alessandro perdió la cabeza porque ella lo traicionó y eso me lo contó porque me dijo que tenía que buscar la forma de asesinar a Adams porque lo de Bianca no le funcionó—¿Dónde está Bianca?— le grita fuertemente—¡No lo sé Ada!— se defiende Jacobo—te exijo que llames a Alessandro y hables con él como si nada hubiera pasado, si no lo haces no saldrás de aquí ¿Entendido?— vociferó y Jacobo no comprende a Ada, luego de lo pasó entre ellas. Ada tiene el móvil de Jacobo y le marca a Alessandro, coloca el móvil en alta voz. —¡Ahora si me llamas!— contesta Alessandro con arrogancia y Ada mira a Jacobo con desdén, para que se apresure a sacar información—sí... Tú sabes muchas cosas de mi y no me conviene ir