—Traigan algo de comer. — Ordena karim a sus hombres, y yo ruedo los ojos. Suspiro resignaday como una niña pequeña, no quiero discutir no tengo las energías para hacerlo. Een menos de cinco minutos ellos nos entregan la comida caliente, los niños son alimentados por sus niñeras y también nos
—No hay espacio para los chicos de seguridad en la casa de tu padre, por eso iremos a mi hotel. — Me dice el —Pero es un lugar público, el asesino puede hospedarse allí— Le digo con temor. —Tomaremos un piso solo para nosotros, no debes preocuparte por nada del mundo, no dejare que nada te pase. —
Hamet —Va a hacer exactamente lo que diga si no quieres que mate a tu madre y a tú amiga tienes media hora para venir a la casa de tus padres. — Le digo a la reina y ella comienza a llorar desesperada. — ¿Por qué haces todo esto?— Le pregunto llorando. —Veras, fui uno de los hombre de mayor conf
Alexa El palacio blanco se viste de fiesta, es el cumpleaños número dieciocho de mi hija menor, un vestido de princesa color blanco puro, ella es preciosa, se parece mucho a Karim, pero tiene mis ojos azules, Mi padre me acompaña hoy, nunca dejamos de hablar desde que nos reencontramos En cambio
Alexandra se dirige a las escaleras después de bailar, no le quito los ojos de encima, el príncipe Ramsés, sube rápidamente como si la estuviera siguiendo, pero yo estoy para cuidar a mis hijos de esos buitres por lo que sigo de forma sigilosa. Cuando mi hija entra a su habitación, el muy descarado
Karim No me importa que ya hayan pasado veinte años desde que estamos juntos, siento que la amo cada día más y hoy he decidido demostrárselo una vez más. Un camino de rosas de color rosa, desde la entrada de la habitación hasta la cama, donde también hay pétalos que forman un corazón, velas encen
Andrew Cole ¡Tu abuelo esta avergonzado de ti!, ¿Sabes todo lo que están diciendo los medios? ¡Creen que eres gay!— Ladra mi padre alterado. Andrew rueda los ojos aburrido, está cansado de esa persecución por parte de su abuelo. — ¡Todos tus primos están casados!— Se queja mi padre. —No lo soy,
—No voy a permitirlo, mi abuelo no puede hacerme esto. — Respondo mas para mí que para ella, que me observa con aires de superioridad, nunca una mujer me había visto de esa forma. —Ya lo hizo. — Responde ella, ¡sentándose muy tranquila y sonriente en mi escritorio! Inmediatamente llamo a mi abuelo