Isabella Holmes En cuatro horas y media me encuentro en Washington, estoy agotada y hambrienta, entro a un restaurante cualquiera y cuando las parrillas que están comiendo casi todos comienzo a salivar, un mesero conduce a la mesa y me da la bienvenida entregándome la carta. —No la necesito quiero
El problema lo tengo yo, que le permití hacer conmigo lo que él quería, el problema es mi carne que desea sus besos, el problema es mi corazón anhelando un te amo de sus, el problema soy yo que teniendo hombres mejores pretendiéndome, y no me refiero a Jimmy, que ya saco el cobre, solo siento amor y
—Te traje unos regalos.— Le digo con voz cantarina. —No es necesario que me compres tantas cosas.— Me dice ella sonriendo, pero le brillan los ojos le encanta que la consienta. —Si es necesario, porque mientras pueda te daré la vida de reina que te mereces.— Le digo y caminamos hacia el auto no he
Isabella Holmes —Maneje mucho estoy agotada voy a acostarme un rato.— Les informo y subo las escaleras cuando llego arriba volteo y me encuentro con que Andrew no me ha quitado la mirada de encima, eso me incomoda Entro a mi habitación me quito la ropa y cuando me estoy poniendo el pijama entra,
No solo quiero sentar cabeza, quiero sacarme de la cabeza a esa rubia boca floja, comienzo a salir con Scarlet después de una cena con mis padres y luego de tres citas y de un sexo regular, le pido que sea mi novia. No siento con ella la mitad de lo que me hace sentir Isabella, ¿pero qué futuro pod
Al siguiente día despierto en mi cama con Scarlet pegada a mí como una garrapata me siento asfixiado, nunca me ha gustado ser un amante meloso, no es lo mío. Me levanto con cuidado de no despertarla y me d no tengo doy un baño, cuando entro a la habitación ella se estira como una leona satisfecha y
Andrew Cole Me siento como un maldito enfermo cuando para tener sexo con otras mujeres incluso con Scarlet, necesito cerrar los evocar su cuerpo, engañarme a mí mismo y pensar que es ella la que gime mi nombre. Estoy diseñando en este momento un sustituto de el liquido encéfalo raquídeo, encargad
Apenas terminamos de comer le llegan a los padres de Isabella un mensaje.—Isabella, no escribe para decirnos que necesita unas vacaciones, que regresa en unos días y que no nos preocupemos.— Dice el señor Rodrigo extrañando. —Esto es algo muy extraño, ella no es así.—Dice su madre, que ya no conoce