LA VERDAD 2

SABRINA

Le confesé a Fabio que yo soy la mujer con la que estuvo aquella noche en su despedida y que las niñas eran suya.

Él no dijo nada, simplemente abrazo a las niñas y se quedó jugando con ellas hasta que se durmieron, las llevamos a sus cunas y luego salimos de la habitación.

En cuanto cerré la puerta de la habitación Fabio, me tomo por la cintura con una mano y la otra la coloco en mi nuca, lo mire sorprendida.

Pero cuando iba a hablar sus labios se unieron a los míos, al principio no correspondí al beso, pero luego me dejé llevar y lo bese, sus manos acariciaban mi cuerpo.

Aunque no podía seguir, recordé lo que me dijo Lucía, ella no estaba molesta conmigo porque lo que hicimos fue bajo los efectos de la droga y el alcohol, pero ahora es diferente, ninguno de los dos ha tomado una gota de alcohol o ha probado ninguna droga, así que lo aleje.

—¿Qué haces? No vuelvas a besarme nunca — hablé agitada mientras me alejaba de él y bajaba la escalera seguida por él.

—¿Por qué? Tenemos dos hijas y tú me gustas Sabrina, ¿por qué no puedo besarte? —cuestiona Fabio

—Te vi crecer, eres el mejor amigo de mi hijo, el hijo de mi mejor amiga ella jamás me lo perdonaría y mi hijo me odiaría. No vuelvas a besarme nunca.

Si tenemos dos hijas, pero no fue planeado simplemente el destino jugo en nuestra contra esa noche y ambos sin saberlo terminamos en aquel hotel, pero no por eso va a pasar algo más entre nosotros —hable muy agitada y molesta, con él y conmigo por haberle correspondido por un momento.

—¿Por qué no puede pasar nada entre nosotros?, Sabrina me gustas desde hace años, la razón por la que acepte esa beca fue para alejarme y tratar de olvidarte, pero me fue imposible, siempre estuviste en mis sueños —expreso Fabio muy cerca de mí.

—Esto no puede ser, así que mantente alejado de mí, la única relación entre tú y yo son las niñas, nada va a volver a pasar entre nosotros, no me arriesgaré a perder a mi hijo y a mi mejor amiga —hable muy nerviosa por sus confesiones.

—Aunque ahora te niegues a aceptarlo, tú me amas tanto como yo a ti, te voy a hacer cambiar de opinión y te mostraré que vale la pena luchar por amor —expreso Fabio y salió de la casa

FABIO

Necesito pensar y buscar la manera de que Sabrina y yo podamos estar juntos y ser una familia junto a nuestras hijas.

Sé que será difícil, pero si logro convencerla de que podemos luchar juntos y ser una familia, aunque ella se resiste, prefiere callar sus sentimientos y seguir adelante sola, para no tener ninguna discusión con mi madre o Mauricio.

Camine desde la casa de Sabrina hasta la casa de mi madre, no quedaba muy lejos así que camine para poder pensar y respirar.

Cuando llegue a la casa de mi madre busque la llave que esconde los bajo la maceta y luego entre, busque en la cocina una cerveza y me quedé sentado en la oscuridad de la sala sin encender la luz.

No puedo creer que tuve a la mujer que amo entre mis brazos y no lo recordaba, me perdí dos años de la vida de mis hijas.

Y ahora puede que ni siquiera pueda estar con Sabrina, pero no me voy a cansar de intentarlo y si no lo consigo por lo menos tendré a mis hijas a las cuales podre abrazar.

Dure mucho rato en la oscuridad de la sala y pensando en como convencer a Sabrina de que vale la pena arriesgarse por amor.

Aunque creo que va a ser algo difícil, para ella lo más importante siempre fue su hijo y estoy seguro de que él se opondrá a cualquier relación entre su madre y yo.

De hecho, aún no sé cómo tome el hecho de que soy el padre de sus hermanas, después de estar un rato en la oscuridad las luces se encendieron y fue porque llegó mi madre.

—Hijo, ¿qué haces ahí me asustaste? —indaga mi madre

—Pensando, mañana comenzaré los trámites para darles mi apellido a mis hijas —respondí sin dejar de mirar al frente

—Eso me parece muy bien, pero mañana cumplen dos años, ¿no podrías esperar un par de días para eso y así no perderse su fiesta? —comenta mi madre y sí que tiene razón

—Tienes razón, me perdí su primer cumpleaños, ya no perderé más de ellas, estaré cada día a su lado —respondí pensativo

—Así se habla, desde que comencé a sospechar que eran tuyas me volví adicta a cuidarlas y luego lo confirme y ya no pude dejarlas, por eso vivía con Sabrina hasta hoy que regresaste —mi mamá

—Y ¿cómo lo tomo Mauricio? —quise saber, pues lo conozco a veces puede ser muy difícil de tratar.

—Al principio le costó aceptarlo, pero él sabe que lo que todos hicimos los llevó a esa habitación, ellos te drogaron y nosotros hicimos tomar alcohol a Sabrina, así que todo conspiró para que eso pasara.

No solamente ustedes son responsables de lo que paso esa noche, todos hicimos algo para que eso pasara. En pocas palabras todos pusimos nuestro granito de arena —mi mamá analiza todo muy bien.

—Y yo apenas y recuerdo esa noche, todo esto parece un sueño — comenté algo abrumado por todo

—Pero no lo es, tienes dos hermosas niñas que mañana cumplirán dos años, así que ve a descansar porque mañana temprano iremos por sus regalos —mi mamá me apresura a irme a la cama.

—Está bien mamá y quiero que me cuentes todo lo que les gusta, quiero consentirlas como no pude hacerlo estos dos años —pedí a mi mamá mientras me ponía de pie.

—Así será hijo, pero será mañana ahora a descansar, a partir de ahora comienza un nuevo capítulo en tu vida, el capítulo de un padre, así que hay que prepararse —aconseja mi mamá

Cada uno se fue a su habitación y si mi madre tiene razón ahora comienza una nueva etapa en mi vida, una etapa donde tengo dos hijas con la mujer que amo y voy a comenzar a luchar por conquistarla y que juntos podamos ver crecer a nuestras niñas.

Sabrina se niega, pero sé que si insisto ella terminará aceptando mi amor.

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