Rahmi

Rebeca abrió la puerta con una blusa que más parecía un camisón, con todas las piernas al descubierto y prácticamente desnuda, me enojé y poseí de tanta rabia.

Una ira que no sé de dónde vino, algo que nunca antes había sentido.

¡Mierda!

Todo iba tan bien con mi amor y de repente ella está desnuda frente a otro hombre. Esa blusa hasta mostraba su vagina.

Dios mío, el mesero debe haber tenido una erección y no puedo creer que se haya desnudado frente a un hombre extraño. Sé que soy un extraño para ella, pero ni siquiera puedo soportar imaginar que un hombre la vio desnuda y probablemente la deseaba.

Maldita vida, mi niña bonita estaba tan triste y no soporto estar sin Rebeca. Fue tan malo pasar todos estos meses solo pensando en ella. Pensé que nunca volvería a verla en toda mi existencia y ahora que la he tenido una vez más, mi situación solo ha empeorado y todavía la cago.

Como no iba a estropearlo, sabiendo que estaba desnuda, llevaba una blusa, pero transparente y corta.

¡Mie