SUPLICA
Se acerca lentamente hacia mi como un cazador astuto que tiene una firme convicción de atrapar a su presa. Frente a mí, sin poder moverme siento rozar sus labios como si se estuviera provocando a sí mismo, como si lo pidiera y al final se arrepintiera. Una y otra vez sus ojos parecían hablarme, y acto seguido unos golpes fuertes en la puerta nos sacaron de aquel univalente ambiente pesado.
—¡¿Sr, Abre la puerta?!, ¡¿Qué tanto tiene que hablar ustedes dos?! —dice agritos Virginia mientras golpea una y otro vez haciendo vibrar mi cuerpo. El Sr suspira hondo, cierra sus ojos con fastidio y se aleja
CINSERIDAD Empuño mi mano con fuerza mientras sus ojos me miran con intensidad, una especie de confusión lo embarga y después de un rato en el que solo nuestras miradas eran lo único que hablaban dice con fuerza. —Trae algo para vendarla, ¡Rápido! —dice en un grito, la chica se levanta del suelo con rapidez desapareciendo de nuestras vistas. Miro mi mano que está sangrando y sin entender por qué no siento dolor las cálidas manos del Sr la sostiene, miro hacia sus ojos y aun puedo ver la rabia, la confusión que siente. Como si se tratara de un niño que se acaba de equivocar y no entiende el porqué. —Mi Sr…. Yo —suelto tratando de hablar con él, pero antes de segui
Al bajar del Jet después un largo vuelo nos recibe un hombre de bigote mostacho y sin un pelo en la cabeza, su tamaño diminuto era tanto que parecía una bola de boliche andante. Mientras a su lado izquierdo iba una modelo que había visto hace poco en esas revistas que me traía Yuan para que estudiara inglés. No podía creer que alguien tan guapa y alta estuviera con este hombre, al llegar al frente del Sr, le regala un apretón de manos que el acepta con normalidad y sin más el hombre dice. —Al parecer usa su dinero muy bien, Sr, no me imagine que compraría un jet para llagar—el Sr se encamina hacia adelante y suelta. —Mientras otros derrochan el dinero en tonterías, yo hago inversiones a futuro, señor Giovanni —el hombre suelta una carcajada por la sarcástica palabrería del Sr, y dice. —Bueno en eso estamos de acuerdo, prefiero comprar a una buena mujer con tetas grandes y un culo descomunal. Ya saben lo que dic
¿UN SENTIMIENTO DE AMOR?Entramos en la cabaña y rápidamente nos encaminamos por todo el pasillo directo a su habitación, miro como la luz de la luna se cola por el las ventanas del pasillo dando un ambiente apacible. Cuando entramos a su cuarto me empuja con rapidez y cierra la puerta con fuerza.—¿Que hice?, ¿Porque está molesto conmigo de nuevo? —suelto preguntando nerviosa mientras la oscuridad lo baña en su totalidad.—Cada cosa que haces me molesta… y cada cosa que dices me molesta, todo de ti me molesta —unas lágrimas se escapan de mis ojos rodando por mis mejillas, él se acerca hasta mí, toma mi rostro en su mano alzándolo hacia &eac
Un poco de ti —Creo que atrae más de lo que quisiera permitir, Yuan… —digo acongojada por lo que siento, ella niega con tristeza y dice. —Ay… Lucia, te lo advertí —me lanzo a sus brazos para recibir ese dulce afecto que necesito más que nunca. —No podía seguir mintiéndome a mí misma. Había pasado dos días desde esa noche tan agridulce, a la mañana siguiente solo me había quedado un cuerpo adolorido, marcas de sus dedos y en mi cuello rojeces, pero el ya no estaba. Había hecho y desecho conmigo y yo lo único que tenia de él, eran recuerdos y un sentimiento por él que me quemaba como el mismísimo infierno, me entere que el Sr se había ido por negocios la misma noche y como siempre n
PLACER Y DOLOR —¿Quiero que me digas qué relación tienes con el hombre que me ataco? —me mira intensamente niega con una sonrisa. —Cómo puedo hacer para callar esa boca tan molesta… —dice alzando mi barbilla hacia él, pasa su pulgar por mi labio inferior rosándolo con suavidad, provocando un cosquilleo por todo mi cuerpo. El auto empieza acelerar después de un rato detenido enfrente de la universidad, una ventanilla del copiloto se cierra dejándonos en completa intimidad, después de un silencio largo en el que el Sr me miraba intensamente y yo a él, suelta. —Mate al padre de Elijah…. Cuando tenía 16 años en frente de él, fue la primera vez que maté a un hombre, y también fue la primera ve
¿JUSTICIA POLICIAL? EL SR —¡Puta m****a! —tire la copa de whisky que estaba bebiendo reventándola contra el suelo, otra vez mi cabeza punzaba con dolor. Camine de un lado a lado a otro por la habitación pensando que hacer, pero este era un problema gordo —¡Joder! —propine de nuevo sentándome con pesades en el sillón, cerré mis ojos con fuerza intentando calmar mis ánimos. —Ya cálmate… buscaremos una solución —dice Eros sirviéndome otra copa nueva. —¡Sa
Recuerdos del pasado —Acaso no escucharon cuando dije que no quiero que me jodan… —prolifera con rabia al sentir mi presencia en la habitación. El Sr se vuelve hacia la entrada viéndome en el umbral, me ignora por completo y posa de nuevo sus ojos en aquella bebida que sostenía en sus manos, ríe con desgana murmurando algo que no alcanzó a dilucidar, acto seguido bebe de su baso empinando su cabeza claramente alcoholizado hasta dejar el vaso completamente vacío, y con clara colera alza su mano y estalla contra el suelo haciéndolo añicos. —¡Dije que no quería ver a nadie!, ¡Largo de aquí! —propina con fuerza posando su mirada llena de violencia colérica en mí, con las piernas temblorosas camino hacia él muerta del miedo, sus facciones es
ERES MIA Ya era de madrugada y aun no podía dormir, recordaba las palabras del Sr una y otra vez como si quisiera torturarme a mí misma. Era tan hiriente… y tenía mucho por lo que sentirme herida en esta vida, pero nunca por nada a lo que realmente quisiera. Era mucho más doloroso el querer y que te despreciaran, a jamás recibir odio por alguien a la cual también aborrecías. Me levante de mi cama, y mire por la ventana la entrada de la mansión que estaba cubierta por una tranquilidad absoluta de la noche, había dos hombres cuidando el portón como siempre. De repente vi como un auto se detuvo en frente, y de él salieron todos, Yuan, Ares, Eros y por ultimo salió el Sr, los mire hablar entre ellos unos segu