Neithan, estaba sentado en su oficina con la angustia taladrándole las entrañas.
Había liberado a muchas chicas pero no a Lucía, no a su hija. Se alegraba de haberle devuelto la felicidad y libertad a esas jovencitas pero lamentaba no haber encontrado a su pequeña e imaginarse que estaba pasando por situaciones similares estaba por consumirlo totalmente.
Su teléfono timbró y lo tomó. Era un número bloqueado, solo aparecía , pero no había ningún número, era una situación extraña, suspiró y atendió la llamada.
-¿Bueno?
-¿Neithan, eres tú?- escuchó esa voz en un pequeño susurro y su corazón saltó dentro de su pecho. Se puso en pie de inmediato.
-¡¿Lucía?!- preguntó con voz temblorosa.
-Si papito, soy yo- escuchó como contenía el sollozo.
-Nena, mi amor, mi tesoro- decía rápidamente mientras las lágrimas bañaban sus mejillas- ¿estás bien?, ¿dónde estas?
-No estoy bien- seguía hablando muy bajito- pero al menos sigo con vida. Te
Peligro...Me quedo por horas en mi habitación, mirando el techo, buscando una explicación a estos desconocidos sentimientos que me abruman y se mueven inquietos en mi pecho, esa sensación desconocida, inexplicable, algo completamente nuevo para mí.Jamás, jamás había sentido aquello...y todo con un simple beso, un pequeño roce de sus labios...esos labios dulces e inocentes...la misma inocencia que esta perdiendo encerrada en este lugar, esa misma inocencia en la que yo soy participe, de ver cómo pierde poco a poco. Es algo horrible, don dos emociones bailando en mi pecho.Me siento terriblemente confundido porque desde que la conozco a despertado sentimientos en mi, sentimientos como protección, confianza, hasta cariño, pero... ¿será que esos sentimientos han estado camuflando, sentimientos más intensos?No sé si puede ser posible. Ni siquiera sé si puedo sentirlos, si tengo derecho a ellos. No soy una buena persona, no he Sido un ciudadano modelo, no
Allison, se negaba a salir de la cama, la depresión se había apoderado de ella con todo, no hacia más que llorar y lamentar la ausencia de su hija, dolorosas preguntas le rondaban la cabeza.¿Dónde estaba?¿Con quién?¿Habría comido?, ¿habría dormido?, ¿estaría con vida?, era espantoso vivir de aquella manera tan miserable, añorando la presencia de su hija sin saber si volvería a verla.-Ya no quiero que estés triste, mami.-Lo siento cariño, es que...son cosas difíciles de comprender- abrazó al pequeño, acercándolo a su pecho.-Quiero ver a Luci, lleva mucho tiempo de viaje mami, quiero verla- se quejaba Lorena y el corazón de Allison, se oprimía con más fuerza, tanto que creía que no podría respirar.-Lucía, no puede volver ahora- dijo conteniendo las lágrimas- estará de viaje un tiempo más, pero cuándo vuelva le haremos una gran fiesta, para que así sepa cuando la hemos extrañado- los miró con ojos llenos de lágrimas.
Un año ha pasado desde la desaparición de Lucía, sus amigos y familiares no dejan de lamentar su ausencia y su padre no deja de atormentarse por no haber podido encontrar a su hija y por el hecho de nunca más haber recibido una llamada de ella.Sospechaba que quizás alguien la escuchara hablando con él y. . . y. . . la hubiesen asesinado.Le costaba pensarlo, le hería, le dolía, pero no debía engañarse. A pesar de eso seguía en su búsqueda, completamente dispuesto a encontrarla y no rendirse, mientras no tuviese un cuerpo, seguiría luchando por su hija.Gabbe llegó a casa destrozado, aquel había sido el acto de grado más triste que pudiese imaginar y no solo porque le faltara Lucía, sino porque once chicas del instituto habían desaparecido sin dejar rastro.Bien, había obtenido su titulo en la preparatoria, estaba listo para ir a la universidad. . . o al menos eso decían, porque él se sentía terriblemente devastado y la universidad no era s
-¿Escapar?-Lucía, lo miró con ojos enormes.-Así es, mi amor- le dijo sonriente, caminando hasta ella, tomándola de ambas manos y besándoselas con rapidez- debes confiar en mí, yo me haré cargo de todo. Este fin de semana cuando todo esté lleno de clientes, escaparemos.-¿Cuándo el lugar esté lleno?, me parece una locura, Vicent.-Sé que lo parece, pero es mejor hacerlo así. Si lo hacemos cuando no haya clientes, será sospechoso que te saque de tu celda hasta el nivel de lujo, pero si lo hago un día así, no habrá problemas, todos creerán que un cliente te solicitó. Será difícil librarnos de la vigilancia de la entrada, pero ya lo solucionaremos, es nuestra libertad, debemos arriesgarnos- El corazón de Lucía, latió con rapidez dentro de su pecho llevaba un año en aquel infierno, la esperanza de volver a ver la luz del sol, casi hace que le salten las lágrimas.-Será como tu digas- le respondió confiándole su vida, lo besó con ternura- eres una de las personas
El corazón de Lucía se detuvo, estaban perdidos, lo sabía. Barbas jamás dejaría que se marcharan, la única manera de salir bien librados seria asesinándolo. . .parecía un precio muy bajo por recuperar su libertad, pero lo cierto era que ya comenzaba a sentir el peso de la sangre en sus manos; había disparado a Pantera, Peligro había asesinado a Diente y ahora. . . tener a Barbas frente a ellos solo significaba algo; más muerte.Quería echarse a llorar porque no estaba pidiendo nada que fuese complicado o imposible.Libertad.Eso era lo único que quería. Libertad de caminar a dónde quisiera, libertad de abrazar a los suyos, libertad de escoger con quién acostarse, libertad de decir "No" cuando no quisiera que un hombre la tocará, libertad de amar y ser amada.No parecía ser algo de otro mundo, ni difícil de comprender, pero era obvio que Pantera y sobretodo Barbas, no estaban dispuestos a darle aquello con lo que soñaba. No le darían la tan a
Lucía, volvió a la conciencia sintiendo como su cuerpo era ultrajado y golpeada, no podía creerlo, ¡ el desgraciado la estaba violando de nuevo!Abrió los ojos y gimió por la fuerte bofetada que recibió. Comenzó a librar su propia batalla, no moriría en manos de ese desgraciado, no lo haría.Lo golpeó como pudo.-Quédate quieta, zorra...- gemía, mientras seguía dentro de ella.Lucía, se removió, lo golpeó, lo empujó, debía librarse de él. El cuerpo le ardía al igual que el rostro, el cual sentía bastante inflamado. Barbas, se inclinó para besarla, y Lucía giró el rostro para alejarlo de él.Un grito lleno el espacio cuando sintió como los dientes de Barbas le perforaban la piel.La estaba mordiendo, marcándola como si fuese un animal. Empuñó su mano y tomó un poco de tierra que le arrojó a la cara. Al sentir aquello en sus ojos se alejó, momento que uso Lucía para empujarlo y darle un fuerte patada en el abdomen.Se l
Lo dejó allí y cerró sus ojos, parecía sencillamente dormido aunque supiera que jamás volvería a verlo, que jamás escucharía su voz de nuevo, que jamás sentiría sus caricias, sus besos llenos de adoración, que jamás la miraría con toda esa ternura que guardaba solo para ella, jamás volvería a verle sonreír y aquello dolía terriblemente, aquello la estaba matando.Revisó el cuerpo de Vicent y extrajo de un bolsillo de la camisa el teléfono celular y del pantalón, las llaves del auto, debía llegar a como diera lugar.Rompió su vestido e hizo una especie de torniquete en su pierna. Gritó de dolor cuando tomó su brazo y lo acomodó en la manga del vestido era lo mejor que podía hacer. Miró a Vicent, por última vez y con pasos torpes emprendió el resto del viaje, había dado uno pasos cuando consiguió una rama larga y firme, la tomó para recargar su peso en ella y poder caminar mejor, se sentía débil, mareada y pronta a desmayarse, pero no debía detenerse.A los poc
Lucía, sintió como el letargo la iba abandonando de apoco, todo su cuerpo dolía y sus parpados se sentían extremadamente pesados. Suspiró débilmente y sintió una cálida mano sobre la suya, abrió los ojos con dificultad y pudo reconocer la tierna mirada de su padre, la alegría la inundó, ya no estaba en la fortaleza, estaba con su padre. . .era libre.Por más que hubiese querido llorar de felicidad, las lágrimas no acudieron a ella.-Princesa. . .- la suave voz de su padre llegó hasta ella, de inmediato sus ojos se llenaron de lágrimas y lo vio llorar.-Cariño. . .- la ahogada voz de su madre también se hizo presente, seguido de los sofocados sollozos, sus lindos ojos azules estaban llenos de alegría.-Hola-saludó débilmente.-Estamos tan felices de que estés aquí. . .- le dijo Neithan- felices de tenerte nuevamente, no sabes cuánto te queremos, muñeca.- Neithan, se inclinó para abrazarla.-No me toques- le dijo mirándolo con ojos enormes- no