-¿Escapar?-Lucía, lo miró con ojos enormes.
-Así es, mi amor- le dijo sonriente, caminando hasta ella, tomándola de ambas manos y besándoselas con rapidez- debes confiar en mí, yo me haré cargo de todo. Este fin de semana cuando todo esté lleno de clientes, escaparemos.
-¿Cuándo el lugar esté lleno?, me parece una locura, Vicent.
-Sé que lo parece, pero es mejor hacerlo así. Si lo hacemos cuando no haya clientes, será sospechoso que te saque de tu celda hasta el nivel de lujo, pero si lo hago un día así, no habrá problemas, todos creerán que un cliente te solicitó. Será difícil librarnos de la vigilancia de la entrada, pero ya lo solucionaremos, es nuestra libertad, debemos arriesgarnos- El corazón de Lucía, latió con rapidez dentro de su pecho llevaba un año en aquel infierno, la esperanza de volver a ver la luz del sol, casi hace que le salten las lágrimas.
-Será como tu digas- le respondió confiándole su vida, lo besó con ternura- eres una de las personas
El corazón de Lucía se detuvo, estaban perdidos, lo sabía. Barbas jamás dejaría que se marcharan, la única manera de salir bien librados seria asesinándolo. . .parecía un precio muy bajo por recuperar su libertad, pero lo cierto era que ya comenzaba a sentir el peso de la sangre en sus manos; había disparado a Pantera, Peligro había asesinado a Diente y ahora. . . tener a Barbas frente a ellos solo significaba algo; más muerte.Quería echarse a llorar porque no estaba pidiendo nada que fuese complicado o imposible.Libertad.Eso era lo único que quería. Libertad de caminar a dónde quisiera, libertad de abrazar a los suyos, libertad de escoger con quién acostarse, libertad de decir "No" cuando no quisiera que un hombre la tocará, libertad de amar y ser amada.No parecía ser algo de otro mundo, ni difícil de comprender, pero era obvio que Pantera y sobretodo Barbas, no estaban dispuestos a darle aquello con lo que soñaba. No le darían la tan a
Lucía, volvió a la conciencia sintiendo como su cuerpo era ultrajado y golpeada, no podía creerlo, ¡ el desgraciado la estaba violando de nuevo!Abrió los ojos y gimió por la fuerte bofetada que recibió. Comenzó a librar su propia batalla, no moriría en manos de ese desgraciado, no lo haría.Lo golpeó como pudo.-Quédate quieta, zorra...- gemía, mientras seguía dentro de ella.Lucía, se removió, lo golpeó, lo empujó, debía librarse de él. El cuerpo le ardía al igual que el rostro, el cual sentía bastante inflamado. Barbas, se inclinó para besarla, y Lucía giró el rostro para alejarlo de él.Un grito lleno el espacio cuando sintió como los dientes de Barbas le perforaban la piel.La estaba mordiendo, marcándola como si fuese un animal. Empuñó su mano y tomó un poco de tierra que le arrojó a la cara. Al sentir aquello en sus ojos se alejó, momento que uso Lucía para empujarlo y darle un fuerte patada en el abdomen.Se l
Lo dejó allí y cerró sus ojos, parecía sencillamente dormido aunque supiera que jamás volvería a verlo, que jamás escucharía su voz de nuevo, que jamás sentiría sus caricias, sus besos llenos de adoración, que jamás la miraría con toda esa ternura que guardaba solo para ella, jamás volvería a verle sonreír y aquello dolía terriblemente, aquello la estaba matando.Revisó el cuerpo de Vicent y extrajo de un bolsillo de la camisa el teléfono celular y del pantalón, las llaves del auto, debía llegar a como diera lugar.Rompió su vestido e hizo una especie de torniquete en su pierna. Gritó de dolor cuando tomó su brazo y lo acomodó en la manga del vestido era lo mejor que podía hacer. Miró a Vicent, por última vez y con pasos torpes emprendió el resto del viaje, había dado uno pasos cuando consiguió una rama larga y firme, la tomó para recargar su peso en ella y poder caminar mejor, se sentía débil, mareada y pronta a desmayarse, pero no debía detenerse.A los poc
Lucía, sintió como el letargo la iba abandonando de apoco, todo su cuerpo dolía y sus parpados se sentían extremadamente pesados. Suspiró débilmente y sintió una cálida mano sobre la suya, abrió los ojos con dificultad y pudo reconocer la tierna mirada de su padre, la alegría la inundó, ya no estaba en la fortaleza, estaba con su padre. . .era libre.Por más que hubiese querido llorar de felicidad, las lágrimas no acudieron a ella.-Princesa. . .- la suave voz de su padre llegó hasta ella, de inmediato sus ojos se llenaron de lágrimas y lo vio llorar.-Cariño. . .- la ahogada voz de su madre también se hizo presente, seguido de los sofocados sollozos, sus lindos ojos azules estaban llenos de alegría.-Hola-saludó débilmente.-Estamos tan felices de que estés aquí. . .- le dijo Neithan- felices de tenerte nuevamente, no sabes cuánto te queremos, muñeca.- Neithan, se inclinó para abrazarla.-No me toques- le dijo mirándolo con ojos enormes- no
-Padres de Lucía Carter- dijo el doctor, Allison y Neithan se acercaron con sus corazones latiendo aceleramente.-Necesitaremos que firmen unos formularios para autorizar los exámenes forenses pertinentes a su hija.-De acuerdo- dijo Allison.-Necesito que sean muy específicos, además de un reporte médico bien detallado, necesito todas las pruebas posibles para ayudar a mi hija, quiero que todos los detalles puedan respaldar su inocencia y el hecho de que actuó en defensa propia.-Como usted diga, comandante.-Gracias, Doctor. Aprecio toda su ayuda y colaboración para éste caso.- Tengo tres hijas, Comandante Carter, este caso me tiene sumamente sensibilizado, sólo espero que su hija pueda recuperarse de esto y llevar una vida al menos agradable.Un nuevo día había llegado y Lucía, seguía sedada por lo tanto Gabbe, había decidido caminar un poco para pensar, las ideas volaban
-Listo- dijo Neithan, con una enorme sonrisa mientras acomodaba la almohada de Lucía, detrás de su cabeza.La miraba con una profunda dulzura, que a Lucía la hacía sentir tan amada. siempre había Sido así, siempre junto a su padre había encontrado amor, paz absoluta, diversión y buena vida.sabía que él la adoraba; la luz de sus ojos, su princesa, su chiquita. eran algunos de los muchos apodos cariñosos que él le daba.Ahora estaba en una especie de vacaciones, un permiso indefinido, sabía que necesitaba protegerla, ese instinto que salía aflote cuando la miraba. Él sabía que ya no era una niña frágil y llorona, que los eventos vividos aquel último año la habían cambiado quizás, para siempre.Pensaba en cómo era antes y una parte de ella quería recuperarse. Volver a ser esa soñadora que miraba con adoración a Gabriel, que reía con las locuras de ocurrencias de Becca y su continuo acoso a su padre. Pero no sabía si sería posible. Aquello le d
-Nos alegra saber que estás mejor- le dijo Rafael, - estamos tan felices.-Muchas gracias- sonrió débilmente.-No tienes nada que agradecer, sabes que todos somos tu familia y daríamos cualquier cosa por ti- Lucía lo observó en silencio y asintió.-¿Te has sentido mejor, tesoro?- le preguntó Allison.-Un poco, no mucho, pero avance es avance.-Claro que si.-¿Qué les parece a esos dos niños si vamos por un trozo de tarta a la cocina?-preguntó Neithan.-¡SIII!-gritaron los niños felices, les dieron un beso a Lucía y bajaron de la cama para correr hacia Neithan, quien los miraba un poco abrumado.-¿Papá puede venir con nosotros?-preguntó Lorena.-Por supuesto, vamos por tarta.Allison y Lucía, se quedaron a solas. La madre fue hasta la cama donde tomó asiento.-¿Has podido dormir bien?- le preguntó mirándola fijamente.-No muy bien, pero Neithan siempre e
Lucía, estaba concentrada observando por la ventana, mientras su mente divagaba en todo lo que había sentido y experimentado este ultimo año, la conversación con Becca y con la psicóloga la había ayudado a aflorar cosas que creía que ya no experimentaba, esa sensación de llorar hasta sentir que te vacías por completo, de sentir un dolor que no daña, sino que ayuda a sanar, de tener la necesidad de recibir un abrazo. . .lo extrañaba tanto.La puerta de su habitación se abrió y su padre apareció con una hermosa sonrisa.-Gabbe, está en la sala y quiere verte.Lucía, sonrió y caminó hasta llegar a él, le dio un tierno beso en la mejilla, el cual su padre correspondió con un beso en la frente, desde que tuvo su confrontación con la vida el día anterior se sentía más en paz consigo misma y con el mundo, fue un proceso doloroso desprenderse de eso que sentía, pero fue productivo.-Vamos, no le hagamos esperar.Llegaron a la sala, donde Gabbe los esperaba.