Barbas. . .
La ira me consume y la frustración se adueña de mi, se supone que la chica sería mía, se supone que yo sería el primero. Me acerco al Jefe y lo miro con seriedad.
-Pensé que teníamos un acuerdo, Pantera.
-Lo siento Barbas, ese cliente me dio casi el triple de lo que tu podías ofrecer, no podía rechazarle.
-Pero teníamos un acuerdo- digo tensando la mandíbula.
-Tampoco es que es el fin del mundo Barbas- me dice relajado- escoge a cualquier otra.
-No quiero a otra, Pantera, la quiero a ella.
-Ya es tarde- se encoje de hombros- quizás la quieras más tarde o mañana, cuando su valor haya disminuido considerablemente.
-Pantera... soy un buen trabajador, pensé que me tendrías ciertas...consideraciones.
-Y te las tengo, Barbas. La tendrás, pero no ahora, cálmate que la chica no irá a ningún lado.
Observamos como Peligro se acerca con el rostro serio y pensativo.
¡Lo odio!
Odio que siempre quiera hacerse el
Peligro, corrió escaleras arriba, debía intentar solucionar esto de alguna manera. Encontró a Pantera, echo una furia. Bebía de un vaso de whisky.-Pantera...-Te advierto una cosa, Peligro, si vienes a interceder por ella, estás perdiendo tu tiempo. Casi le arranca la piel al cliente, he tenido que enviarle dos chicas y ofrecerle otras dos por mañana y pasado, porque según el cuatro chicas usadas no eran suficiente, pero con otras dos así compensar el precio y los daños. ¿Sabes lo que significa eso?-Que has perdido dinero.-¡EXACTO!- gritó furioso- se supone que ese número me dejaría una enorme ganancia, pero no, terminó arruinando mi noche. Tengo ganas de bajar y torcerle el cuello hasta que deje de respirar- sus ojos inyectados en sangre, hubiesen hecho retroceder a cualquiera.-Pantera, lo comprendo, pero sabes que la celda de castigo es un infierno, esa chica está débil y...-¿Y a ti qué te importa?- le dijo enojado- no es tu familia,
Peligro...Mientras en la tercera planta se lleva a cabo el segundo fin de semana del mes, de manera exitosa ya que esta a todo dar con clientes y las chicas elegidas por ellos, son de las más costosas, entre ellas varios de mis números, yo no dejo de pensar en Lucía.Ella ya lleva una semana de castigo en aquel miserable lugar, debe estar muy débil debido a que Pantera no ha autorizado el pase de alimentos para ella, no he querido indagar mis hasta donde llegará su castigo por temor de enojar a mi tío y también por no querer complicar más las cosas.Después de lo que catalogó Pantera como; una de las mejores noches. Se retiró a su habitación, quería descansar un poco.Se recostó en la cama de lado y se dejó arrastrar por sus pensamientos. Lucía, debía sentirse miserable, confundida, realmente hambrienta, daría lo que fuera p
El corazón de Peligro dio un enorme salto dentro de su pecho.¿De qué diablos estaba hablando Pantera?, ¿Barbas, sería su cliente? No, aquello no podía estar ocurriendo, debía ser una broma. Posó sus oscuros ojos en Barbas, quien le sonrió de lado con una mirada cínica.-Eso no puede ser- dijo Peligro, conteniendo la ira-No puedes hacer eso, Pantera.-Puedo hacer lo que me plazca, Peligro, éste es mi negocio, aquí solo mando yo. Yo y nadie más.-Pero. . .-No hay peros que valgan, le di una buena oportunidad a esa chica, un buen cliente, una de las mejores suites y la muy perra no supo agradecerlo, he estado buscando el castigo adecuado y...-Pensé que estaba recibiendo su castigo- dijo un enojado Peligro- ha estado dos semanas sin alimento, en aquella inmundicia oscura, eso es suficiente castigo.-Yo soy quien decide los castigos y no tú. Sé que ella le teme a Barbas, además es evidente que él está muy interesado en ella y por s
-No...No puede estar pasando otra vez- dijo Lucía con ojos llorosos, sintiendo que la angustia impedía que el oxígeno llegara a sus pulmones.-Te diré algo, 1258 espero que esta vez no lo arruines o ambas estaremos perdidas. Increíblemente Pantera, ha decidido darte una segunda oportunidad, de hecho llegué a pensar que te mataría, pero no, decidió dejarte con vida.-¡Estar en aquel hueco oscuro no es vivir!- dijo con voz temblorosa.-Al menos respirabas, eso ya es mucho.-Claro, respiraba el hedor del orine y el excremento- gimió, ya sin poder contenerse.-Creo que eres bastante malagradecida, en medio de todo tienes cosas buenas y no sabes aprovecharla.-No veo nada bueno en ser violada- secó las lagrimas que se deslizaban por sus mejillas.-Solo no compliques las cosas 1258, mientras más te resistas, será peor para ti.-¿Sabes que es lo irónico de todo?- le dijo con el labio inferior temblando- cuando estaba en casa, solo quería mori
Allison no podía dejar de llorar, un fuerte dolor se había instalado en su pecho, logrando oprimirlo con desesperación, sentía que la pena le ahogaba.-No llores así Ali, me destrozas el alma- le decía Rafael mientras acariciaba su cabello.-No puedo evitarlo- gimoteó- me duele demasiado, quiero a mi niña conmigo.-Ella regresará pronto- le aseguró intentando darle fuerza.-Me siento tan culpable, me siento desdichada y vacía...siento que si la hubiese cuidado más, si yo la hubiese protegido más...quizás...-Nada ganas con torturarte, mi amor. No podemos cambiar lo que pasó, no podemos corregir lo que ya está hecho, solo nos queda rogar por una segunda oportunidad y seguro la tendremos.-¿Puedes asegurarlo?- ahogó un sollozo- puedes asegurarme que tendré a mi nena nuevamente conmigo.-Quiero tener
Becca, llegó temprano al instituto, lo sentía tan frío y solitario como desde aquel día en el que Lucía, desapareció.Al entrar al aula, se sorprendió, en un asiento estaba Miriam, quien parecía completamente deshecha, sus gemidos y sollozos inundaban el lugar, Rebecca se sintió confundida sin saber qué hacer. Se acercó lentamente hasta llegar junto a ella.-Miriam...- le susurró. La rubia levantó el rostro- ¿te puedo ayudar en algo?-Yo...Bárbara, desapareció- gimió.-¿Qué?- Becca, le miró sin comprender nada. ¿Desaparecida?-Bárbara, desapareció- sollozó nuevamente- nadie sabe nada de ella desde hace varios días- se secó las mejillas- su madre está desesperada...desapareció junto a otras dos chicas del instituto, no sé que está ocurriendo Becca, pero tengo miedo- Rebecca, tembló internamente.¿Chicas estaban despareciendo como si nada?, ¿de qué diablos se trataba aquello?, quería correr hasta su casa y no volver a salir jamás.
Neithan, atendía los últimos asuntos pendientes del día anterior para salir en el operativo de búsqueda. No podía creer lo que estaba ocurriendo en la ciudad, incluyendo a Lucía, cuatro chicas habían desaparecido, según algunos informantes habían en la ciudad dos grandes galpones dónde se estaban llevando a cabo operaciones ilícitas como venta de drogas y venta de mujeres, chicas normales que eran reclutadas y convertidas en esclavas sexuales.Se sorprendía de que todo aquello hubiese estado ocurriendo en sus narices y no se hubiese dado cuenta. Quizás en alguno de esos dos lugares encontraría a su hija, aunque no sabía qué esperar y en qué condiciones se encontraba si estaba siendo sometida a la esclavitud sexual. Su corazón se llenó de pena y las lágrimas acudieron a sus ojos, su pobre e inocente Lucía, aquello sería difícil de superar, pero estaba dispuesto a todo con tal de tenerla en casa.Aún recordaba la primera vez que la tuvo entre sus brazos, la primera v
Lucía, despertó del agitado sueño que tenía, su respiración acelerada y el cuerpo bañado en sudor.Las pesadillas eran constantes desde que había llegado a ese infierno, pero desde que Barbas abusara de ella, se habían intensificado. Nunca pensó que diría algo así pero, era una pena que no hubiese muerto, así al menos no tendría que verlo de nuevo, aunque no sabía si eso hubiese sido mejor, pues seguramente el castigo de Peligro hubiese sido más espantoso, o ese Pantera, hasta se hubiese atrevido a matarlo.Se giró sobresaltada cuando la puerta se abrió. La Loba, llegaba con su "comida".-Hola, preciosa- la saludó con una enorme sonrisa- he traído algo de bocado- le tendió la bandeja, Lucía se sentó en la cama, la tomó y se dispuso a comer. La Loba, se sentó con ella al borde de la cama y la miraba comer en silencio.-Gracias...- le dijo Lucía de pronto.-¿Porqué?-Por no ser desagradable, por hacerme compañía, por hablar conmigo...-N