Dentro de la casa, el olor de la comida flota en el aire mientras todos se encuentran alrededor de la mesa, compartiendo una cena improvisada pero deliciosa. Thalia, al principio estaba preocupada y algo tensa ante la idea de cómo resultara ese momento tan improvisado, pero al ver como todos se encuentran compartiendo en calma, sus miedos mueren. El suave sonido de las conversaciones y el clink de los cubiertos contra los platos hace que todo se sienta aún más cercano y familiar. A su lado, Leonardo está totalmente cómodo y feliz mientras interactúa fácilmente con sus padres y su hermana, por otro lado, Alessandro y Enzo también se han adaptado fácilmente al ambiente familiar.Para sorpresa de Thalia, el padre de Leonardo, Andres, se encuentra en una amena conversación con su Nonno, e incluso, la están sosteniendo en un italiano impecable. Le bastó con escuchar algunas palabras para darse cuenta de que el mayor no solo habla italiano con fluidez, sino que lo hace con el mismo acento s
Leonardo se encuentra sentado en la cama, completamente inmóvil, con la prueba de embarazo en sus manos. El papel que sostiene parece pesar más de lo que realmente debería, y es que no es para menos, por su mente pasa todo el mundo de responsabilidades, emociones y decisiones que, hasta ese momento, habían sido desconocidas para él, pero que ahora se muestran como su posible nueva realidad. Su mirada se pasea una y otra vez por las palabras escritas en el papel, como si quisiera estar seguro que lo que leyó en un primer momento aún sigue escrito allí, como si necesitara releerlo para asegurarse de que no hay ningún error. El resultado positivo lo mira de vuelta con una contundencia que no se puede negar. Las letras son claras, definitivas. En su interior, un inmenso vendaval de emociones comienza a formarse, emociones que van desde la sorpresa hasta la felicidad más absoluta, pero también una profunda preocupación. Y es que aquel no es el tipo de noticia que pueda procesarse de inme
◊ MANAROLA - ITALIA ◊◊ TIEMPO ACTUAL ◊La casa de Alessandro se encuentra llena de risas y vibrantes emociones. La decoración del jardín es bastante sencilla pero no por ello menos elegante, con detalles que reflejan el cariño que la familia ha puesto en la ocasión especial: el bautizo de las trillizas. Flores blancas adornan las mesas, y el aroma de la comida fresca llena el aire, invitando a todos a disfrutar de la celebración. Los invitados charlan animadamente, algunos sostienen copas de vino y otros están reunidos en grupos alrededor de la sala, compartiendo anécdotas y risas. Todo respira un ambiente de amor y alegría, y Thalia se siente agradecida de ser parte de esta ocasión tan importante para su familia.Desde la distancia, observa a su hermano, quien, con una sonrisa de oreja a oreja, juega con las pequeñas trillizas en un rincón de la sala. Las niñas ríen y balbucean mientras él las hace reír con juegos y gestos cómicos, su amor por ellas siendo totalmente evidente en cad
La sorpresa golpea a Thalia como una ola helada al escuchar la voz de la joven frente a ella decirle "mamá" con una familiaridad que no solo la desconcierta, sino que la deja sin palabras. Cada fibra de su ser quiere entender qué está sucediendo, pero su mente está en blanco, incapaz de procesar la situación. Se queda inmóvil, paralizada mientras su mirada va de la chica, una adolescente de unos catorce años de cabello oscuro y ojos azules de mirada ansiosa, a Donatella, quien está de pie junto a la joven con su típica expresión fría, aunque hay algo en sus ojos que parece un destello de culpa y ansias.Los segundos se sienten eternos mientras Thalia intenta comprender por qué esta joven la llama “mamá” sin siquiera haberla visto antes. Su corazón late con fuerza, una mezcla de confusión, sorpresa y miedo. Respira profundamente, intentando calmar el torbellino de emociones que amenaza con apoderarse de ella nuevamente, pero la situación se siente irreal, como si de un momento a otro e
Al salir de la habitación, lo primero con lo que Thalia y Leonardo se encuentran es con Donatella y Enzo sentados en la sala en total silicio. Donatella está sentada en el sofá principal, con la mirada perdida en un vaso de licor que sostiene entre las manos, mientras Enzo se encuentra a su lado, con una expresión dura y seria, su silencio reflejando la incomodidad que siente por la situación. Enzo siempre ha sido un hombre de pocas palabras, pero Thalia conoce bien la gravedad del silencio de su Nonno.Leonardo cierra suavemente la puerta detrás de ella, y el sonido hace que ambos mayores levanten la vista, alertados de su presencia. Thalia camina hacia el centro de la sala y se detiene frente a ellos, su mirada fija en Donatella. No necesita palabras para que su madre comprenda lo que está esperando.—Me gustaría que pudiéramos hablar solo nosotros— son las primeras palabras de Donatella mientras descruzándose de piernas y brazos se fija en Enzo quien por un momento guarda total sile
Donatella alza lentamente la vista hacia ellos y, tras unos segundos de pausa, termina por regresar su mirada al vaso de licor. Dejando salir un pesado suspiro termina por volver a ver a los dos menores antes de atreverse a hablar una vez más.—Sé muy bien que mi relación de madre e hijos contigo y con tu hermano no es la mejor del mundo, pero siempre he procurado estar para ustedes así fuera desde las sombras—dice, cada palabra calculada y pesada, pero no por ello falsa—. Después de que escucharas mi conversación con tu abuelo poco antes de lo ocurrido con Nicole y Thiago…bueno, eso me sirvió para entender que, si no quería perderte totalmente, necesitaba hacer algo. Después de que toda la situación de Thiago y Nicole se arreglará, pagué a un investigador privado para que buscase al médico que atendió el parto de Thalia. Necesitaba obtener pruebas… de que todo lo que hice fue llevado por el miedo. Mis acciones no fueron por el deseo de hacerte daño, sino por el temor de perder a perd
En un rincón del jardín, apartado de la música y las risas que se han retomado en la fiesta, Thalia, Leonardo y Victoria se encuentran sentados en un banco bajo la suave luz de las linternas colgadas entre los árboles. La adolescente parece nerviosa, su mirada recorre el lugar como si aún no terminara de creer que está ahí, junto a sus padres. Leonardo, consciente de la timidez de Victoria, decide empezar a contar su historia, ofreciendo un primer paso hacia el vínculo que sabe deben comenzar a construir.—¿Sabes? —dice Leonardo, su voz baja y tranquila—, la primera vez que vi a tu madre supe que ella era el amor de mi vida. Estaba rodeada de gente, pero, de alguna forma, parecía estar en un mundo propio, su sola presencia brillaba más que todos los demás. Y ya lo vez, no me equivoqué.Thalia sonríe suavemente al escuchar esas hermosas palabras. Sus ojos brillan, y sus dedos se entrelazan con los de Leonardo. Victoria observa a sus padres en silencio, fascinada, como si fuera la prime
La luz del sol acaricia suavemente los adornos florales y las sillas blancas dispuestas con esmero en el amplio jardín. Los invitados ya están ubicados, las miradas llenas de emoción. Aunque no son muchos los invitados, si son personas que comparten la felicidad de ver el feliz desenlace en la historia de Thalia y Leonardo, esa boda representa la completación de su amor. Mientras la ceremonia está a punto de comenzar, y el aire se llena de murmullos de felicidad. Entre ellos, sobresale la voz de Thiago, quien, con una sonrisa de oreja a oreja, sostiene con orgullo una pequeña cajita de terciopelo que contiene los anillos de los novios.—Thiago, no corras con los anillos de la tía —llama Nicole mientras termina de acomodar un mechón de su cabello.—¿Y si dice que no? —pregunta Thalia mientras mira a su cuñada.—¿Estás jugando? Leonardo te ama con locura.—Y es un tonto por hacerlo.—Sí bueno, de eso se trata el amor— responde en tono divertido mientras termina de acomodar la pajarita de