-Dígame algo Señorita Davies…

- ¿Qué pasa?

- ¿Dónde piensan vivir?

-No lo sé aún, tal vez alquilemos una casa o un departamento en el centro

-Jamás…

- ¿Eh?

-En el aeropuerto nos estará esperando mi hermano, usted y sus hermanas vendrán conmigo a mi casa

Adriana se sonroja de golpe

-Pero…¿Qué dirán de usted?

-Sencillo, que he llevado a mi novia, hijo y cuñadas a casa

- ¿Qué? – abriendo sus ojitos en total sorpresa

-Usted necesita a alguien que procure su bienestar…además Vladimir estará encantado con la idea de tener un sobrino

-Pero mi bebé…él…

-Será mi hijo, y llevará mi nombre – tomando la mano de la joven para besar su dorso

-Pero…

-Nadie volverá a hacerle daño…se lo juro, Señorita Davies

El resto del viaje fue ameno, Adriana por primera vez se sentía segura al lado de un hombre, tanto así que al quedarse dormida su cabeza descansaba plácidamente en el hombro de Dimitri quien solo observa mientras envía mensajes de texto a su hermano para tener su mansión lista para las visitas, y