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EL CEO: Enamorado de una madre soltera
EL CEO: Enamorado de una madre soltera
Por: wenefrida2022
Prólogo: "Un Encuentro en el Pasillo"

Prólogo: "Un Encuentro en el Pasillo"

Verónica estaba corriendo tarde para su trabajo en el centro de la ciudad cuando se encontró con un hombre desconocido en el pasillo del edificio. Su hijo, Gabriel, había perdido su mochila en el último minuto y ella estaba intentando recuperarla en su apartamento cuando se topó con él. El hombre era alto y musculoso, y parecía estar en su propia misión, revisando una caja llena de libros.

"Lo siento, no quería molestarlo", dijo Verónica, esperando que el extraño la dejara pasar. Sin embargo, el hombre la miró y sonrió.

"No hay problema, señora. Parece que también estás corriendo. ¿Algún problema?"

Verónica se sintió agradecida por la amabilidad del hombre y decidió responder. "Mi hijo se olvidó de su mochila en el apartamento. Tengo que volver a buscarla antes de ir a trabajar".

"Ah, sí, entiendo cómo son esas cosas", dijo el hombre, volviendo a revisar la caja de libros. "También estoy un poco apurado hoy".

Verónica se sorprendió al darse cuenta de que estaba mirando al hombre con más atención de lo que normalmente haría con un extraño. Se preguntó por qué él estaría llevando una caja de libros por el pasillo, y si eso significaba que era un escritor o un estudiante. No estaba segura de por qué se preocupaba por eso, pero algo en su apariencia la hacía querer saber más.

"¿Eres nuevo en el edificio?", preguntó Verónica, tratando de hacer una pequeña charla.

"Sí, acabo de mudarme aquí", respondió el hombre, levantando la caja con una mano. "Me llamo Christopher."

"Verónica", dijo ella, sonriendo tímidamente. "Es agradable conocer a alguien nuevo en el edificio".

Después de eso, ambos siguieron caminos separados, pero Verónica no podía sacar de su mente la imagen de Christopher. Su apariencia era atractiva, con su cabello oscuro y su piel bronceada, pero era más que eso. Había algo en su comportamiento que la hizo sentir cómoda, algo que parecía tranquilo y sin pretensiones. Verónica se sintió intrigada y, por primera vez en mucho tiempo, se encontró pensando en un hombre.

Esa noche, Verónica no podía dejar de pensar en Christopher. Lo había visto por solo unos minutos, pero su apariencia había dejado una impresión indeleble en su mente. Se preguntó si lo volvería a ver y si podrían tener otra conversación.

Al día siguiente, cuando salió de su apartamento para llevar a Gabriel a la escuela, se encontró con Christopher otra vez. Él estaba saliendo de su apartamento al mismo tiempo y parecía igualmente sorprendido de verla.

"¡Buenos días!", saludó él con una sonrisa.

"¡Buenos días!", respondió Verónica, sonriendo tímidamente. "¿Estás en camino a alguna parte?"

"Sí, voy a correr por el parque", dijo Christopher, señalando sus zapatillas deportivas. "Necesito quemar algunas calorías".

Verónica lo miró de arriba abajo, y no pudo evitar sentirse atraída por él. Había algo en su mirada profunda y en su voz grave que la hacía sentir segura, como si pudiera confiar en él. Pero, por otro lado, se recordó a sí misma que no estaba buscando una relación. Ya había tenido suficiente con su ex esposo abusivo y el dolor que le había causado.

Christopher también se sintió atraído por Verónica. Había algo en su sonrisa y en su mirada que lo hacía sentir vivo de nuevo. Después de la muerte de su esposa, había pasado años enterrando sus sentimientos y su dolor en el trabajo, tratando de distraerse de su propia tristeza. Pero Verónica lo hizo sentir diferente. Quería conocerla más.

Verónica sostuvo la mano de su hijo Gabriel mientras caminaban por el pasillo hacia la puerta de entrada del edificio. Era una mañana fría de lunes y ambos estaban un poco nerviosos por el primer día de Gabriel en el jardín infantil. Mientras se acercaban a la puerta, vieron a su nuevo vecino, Christopher, que estaba saliendo de su apartamento al lado del de ellos.

"Gabriel, mira, ese es nuestro nuevo vecino", dijo Verónica, sonriendo y señalando hacia Christopher. "Es muy amable. ¿Por qué no vas y le dices hola?".

Gabriel, un poco tímido, se aferró a la mano de su madre mientras ella se acercaba a Christopher. "Hola, Christopher", dijo Verónica con una sonrisa. "Este es mi hijo, Gabriel. Hoy es su primer día en el jardín infantil".

Christopher los miró con una sonrisa amistosa y extendió la mano hacia Gabriel. "Hola, Gabriel", dijo. "Es genial conocer a mi nuevo vecino. Espero que tengas un gran día en el jardín infantil".

Gabriel sonrió tímidamente y extendió su mano hacia Christopher. "Hola", dijo en voz baja.

Verónica suspiró con alivio mientras veía a su hijo hacer una conexión con su nuevo vecino. Sabía que la transición a su nueva vida iba a ser difícil, pero estaba agradecida por el pequeño rayo de sol que Christopher había traído a sus vidas. Tal vez, solo tal vez, había una oportunidad para ella y su hijo de encontrar la felicidad que tanto merecían.

A medida que caminaban por el pasillo juntos, hablando sobre sus vidas y sus trabajos, se dieron cuenta de que tenían más en común de lo que habían pensado.

A pesar de que habían estado hablando durante solo unos minutos, la conexión entre ellos se sentía real y profunda. Pero Verónica todavía se sentía un poco insegura. ¿Debería confiar en este extraño y permitirse ser vulnerable? ¿Debería permitirse sentir algo por alguien de nuevo? Sabía que tenía que ser cuidadosa.

Christopher, por otro lado, estaba seguro de lo que quería. Quería conocer más a Verónica, saber más sobre ella y su vida. Y estaba decidido a hacer todo lo posible para demostrarle que era alguien en quien podía confiar. Ya estaba imaginando cómo podría invitarla a tomar un café o una cena, pero sabía que debía ser paciente y no asustarla.

A medida que se acercaban a la entrada, se despidieron con una sonrisa. "Fue agradable hablar contigo, Christopher", dijo Verónica. "Sí, fue genial verte, Verónica", respondió él. "¡Hasta la próxima!".

Verónica no pudo detener su mente, pensando en la conversación que acababa de tener con Christopher. ¿Por qué se sentía tan diferente de cualquier otra conversación que había tenido con alguien antes? Tal vez era porque él la había escuchado de verdad. Tal vez era porque podía ser ella misma, sin miedo a ser criticada o juzgada.

Se sacudió la cabeza, tratando de sacudirse los pensamientos de su mente. No estaba buscando una relación, especialmente no con alguien que acababa de conocer. Pero no podía evitar sentirse atraída por Christopher. Tal vez solo podrían ser amigos, pensó. Después de todo, no tenía nada de malo en tener un amigo agradable.

Mientras tanto, Christopher se sentía emocionado y nervioso. No podía dejar de recordar el rostro de Verónica, su sonrisa al verle y sus ojos brillando.

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