Prólogo: "Un Encuentro en el Pasillo"
Verónica estaba corriendo tarde para su trabajo en el centro de la ciudad cuando se encontró con un hombre desconocido en el pasillo del edificio. Su hijo, Gabriel, había perdido su mochila en el último minuto y ella estaba intentando recuperarla en su apartamento cuando se topó con él. El hombre era alto y musculoso, y parecía estar en su propia misión, revisando una caja llena de libros.
"Lo siento, no quería molestarlo", dijo Verónica, esperando que el extraño la dejara pasar. Sin embargo, el hombre la miró y sonrió.
"No hay problema, señora. Parece que también estás corriendo. ¿Algún problema?"
Verónica se sintió agradecida por la amabilidad del hombre y decidió responder. "Mi hijo se olvidó de su mochila en el apartamento. Tengo que volver a buscarla antes de ir a trabajar".
"Ah, sí, entiendo cómo son esas cosas", dijo el hombre, volviendo a revisar la caja de libros. "También estoy un poco apurado hoy".
Verónica se sorprendió al darse cuenta de que estaba mirando al hombre con más atención de lo que normalmente haría con un extraño. Se preguntó por qué él estaría llevando una caja de libros por el pasillo, y si eso significaba que era un escritor o un estudiante. No estaba segura de por qué se preocupaba por eso, pero algo en su apariencia la hacía querer saber más.
"¿Eres nuevo en el edificio?", preguntó Verónica, tratando de hacer una pequeña charla.
"Sí, acabo de mudarme aquí", respondió el hombre, levantando la caja con una mano. "Me llamo Christopher."
"Verónica", dijo ella, sonriendo tímidamente. "Es agradable conocer a alguien nuevo en el edificio".
Después de eso, ambos siguieron caminos separados, pero Verónica no podía sacar de su mente la imagen de Christopher. Su apariencia era atractiva, con su cabello oscuro y su piel bronceada, pero era más que eso. Había algo en su comportamiento que la hizo sentir cómoda, algo que parecía tranquilo y sin pretensiones. Verónica se sintió intrigada y, por primera vez en mucho tiempo, se encontró pensando en un hombre.
Esa noche, Verónica no podía dejar de pensar en Christopher. Lo había visto por solo unos minutos, pero su apariencia había dejado una impresión indeleble en su mente. Se preguntó si lo volvería a ver y si podrían tener otra conversación.
Al día siguiente, cuando salió de su apartamento para llevar a Gabriel a la escuela, se encontró con Christopher otra vez. Él estaba saliendo de su apartamento al mismo tiempo y parecía igualmente sorprendido de verla.
"¡Buenos días!", saludó él con una sonrisa.
"¡Buenos días!", respondió Verónica, sonriendo tímidamente. "¿Estás en camino a alguna parte?"
"Sí, voy a correr por el parque", dijo Christopher, señalando sus zapatillas deportivas. "Necesito quemar algunas calorías".
Verónica lo miró de arriba abajo, y no pudo evitar sentirse atraída por él. Había algo en su mirada profunda y en su voz grave que la hacía sentir segura, como si pudiera confiar en él. Pero, por otro lado, se recordó a sí misma que no estaba buscando una relación. Ya había tenido suficiente con su ex esposo abusivo y el dolor que le había causado.
Christopher también se sintió atraído por Verónica. Había algo en su sonrisa y en su mirada que lo hacía sentir vivo de nuevo. Después de la muerte de su esposa, había pasado años enterrando sus sentimientos y su dolor en el trabajo, tratando de distraerse de su propia tristeza. Pero Verónica lo hizo sentir diferente. Quería conocerla más.
Verónica sostuvo la mano de su hijo Gabriel mientras caminaban por el pasillo hacia la puerta de entrada del edificio. Era una mañana fría de lunes y ambos estaban un poco nerviosos por el primer día de Gabriel en el jardín infantil. Mientras se acercaban a la puerta, vieron a su nuevo vecino, Christopher, que estaba saliendo de su apartamento al lado del de ellos.
"Gabriel, mira, ese es nuestro nuevo vecino", dijo Verónica, sonriendo y señalando hacia Christopher. "Es muy amable. ¿Por qué no vas y le dices hola?".
Gabriel, un poco tímido, se aferró a la mano de su madre mientras ella se acercaba a Christopher. "Hola, Christopher", dijo Verónica con una sonrisa. "Este es mi hijo, Gabriel. Hoy es su primer día en el jardín infantil".
Christopher los miró con una sonrisa amistosa y extendió la mano hacia Gabriel. "Hola, Gabriel", dijo. "Es genial conocer a mi nuevo vecino. Espero que tengas un gran día en el jardín infantil".
Gabriel sonrió tímidamente y extendió su mano hacia Christopher. "Hola", dijo en voz baja.
Verónica suspiró con alivio mientras veía a su hijo hacer una conexión con su nuevo vecino. Sabía que la transición a su nueva vida iba a ser difícil, pero estaba agradecida por el pequeño rayo de sol que Christopher había traído a sus vidas. Tal vez, solo tal vez, había una oportunidad para ella y su hijo de encontrar la felicidad que tanto merecían.
A medida que caminaban por el pasillo juntos, hablando sobre sus vidas y sus trabajos, se dieron cuenta de que tenían más en común de lo que habían pensado.
A pesar de que habían estado hablando durante solo unos minutos, la conexión entre ellos se sentía real y profunda. Pero Verónica todavía se sentía un poco insegura. ¿Debería confiar en este extraño y permitirse ser vulnerable? ¿Debería permitirse sentir algo por alguien de nuevo? Sabía que tenía que ser cuidadosa.
Christopher, por otro lado, estaba seguro de lo que quería. Quería conocer más a Verónica, saber más sobre ella y su vida. Y estaba decidido a hacer todo lo posible para demostrarle que era alguien en quien podía confiar. Ya estaba imaginando cómo podría invitarla a tomar un café o una cena, pero sabía que debía ser paciente y no asustarla.
A medida que se acercaban a la entrada, se despidieron con una sonrisa. "Fue agradable hablar contigo, Christopher", dijo Verónica. "Sí, fue genial verte, Verónica", respondió él. "¡Hasta la próxima!".
Verónica no pudo detener su mente, pensando en la conversación que acababa de tener con Christopher. ¿Por qué se sentía tan diferente de cualquier otra conversación que había tenido con alguien antes? Tal vez era porque él la había escuchado de verdad. Tal vez era porque podía ser ella misma, sin miedo a ser criticada o juzgada.
Se sacudió la cabeza, tratando de sacudirse los pensamientos de su mente. No estaba buscando una relación, especialmente no con alguien que acababa de conocer. Pero no podía evitar sentirse atraída por Christopher. Tal vez solo podrían ser amigos, pensó. Después de todo, no tenía nada de malo en tener un amigo agradable.
Mientras tanto, Christopher se sentía emocionado y nervioso. No podía dejar de recordar el rostro de Verónica, su sonrisa al verle y sus ojos brillando.
Capítulo 1Verónica estaba ocupada tratando de mantener a su hijo de cuatro años, Gabriel, ocupado mientras trataba de arreglar el estante que se había roto. Gabriel corría alrededor de la pequeña sala de estar con su juguete favorito, un tren de madera, mientras Verónica se esforzaba por arreglar el estante con las herramientas que había encontrado en su caja de herramientas.Fue entonces cuando escuchó el sonido de alguien moviendo muebles en el apartamento de al lado. Miró por la ventana y vio a un hombre alto y guapo que llevaba una caja grande. La mirada de Verónica se detuvo en él mientras lo veía entrar en su nuevo apartamento, que estaba justo al lado del suyo. “Christopher”. Suspiro sin poderlo evitar.Después de unos minutos, se decidió a seguir con su trabajo, aunque no podía evitar preguntarse si su nuevo vecino, necesitaba ayuda con algo. Se concentró en su tarea, pero no pudo evitar escuchar algunos ruidos del apartamento de al lado.Finalmente, la curiosidad se apoderó
Capítulo 2Verónica estaba sentada en su escritorio, intentando concentrarse en su trabajo mientras su mente vagaba por pensamientos sobre Christopher. Desde que se habían conocido, se había sentido atraída por él y su presencia en su vida la había ayudado a superar algunos de los obstáculos que enfrentaba después de su divorcio.Sin embargo, sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de una voz familiar. Verónica se giró y se encontró cara a cara con su ex esposo, Pablo."¿Qué estás haciendo aquí?", preguntó Verónica en un tono de voz tenso y sorprendido."Vine a verte, Verónica. Quería hablar contigo", dijo Pablo en voz baja, tratando de mantener la compostura."No tengo nada que hablar contigo. Ya lo hemos hablado todo en el tribunal", respondió Verónica fríamente."Lo sé, pero eso fue antes de que me di cuenta de lo mucho que te extraño", dijo Pablo con una sonrisa forzada.Verónica se puso nerviosa y asustada. Pablo nunca había aparecido en su trabajo antes, y la idea
Capítulo 3Verónica estaba sentada en su sofá, todo estaba en silencio. De repente, escuchó un golpe en la puerta. Al caminar hacia la puerta, se preguntaba quién podría ser, ya que no esperaba a nadie. Al abrir la puerta, encontró a Christopher parado allí, sonriendo.Finalmente, la puerta se abrió y Verónica apareció, con una mirada preocupada en su rostro. "Hola Christopher, ¿pasa algo?", preguntó ella, el noto la expresión en su rostro."Estoy bien, pero noto que tú te ves angustiada", expresó Christopher con un tono dudoso y preocupado."Mi ex esposo apareció en mi trabajo ayer", explicó Verónica, sintiéndose un poco avergonzada por revelar su vulnerabilidad."Lo siento mucho, Verónica. Eso debe haber sido difícil", dijo Christopher, acariciando su brazo en un gesto reconfortante."Es solo que, a veces, me preocupa que no pueda escapar de él", dijo Verónica, sintiéndose un poco triste."Verónica, no tienes que enfrentar esto sola. Estoy aquí para apoyarte y protegerte, junto con
Capítulo 4Christopher había estado luchando con sus sentimientos durante semanas. Cada vez que estaba cerca de Verónica, su corazón latía más rápido y su mente se nublaba. Intentaba resistirse a la atracción, sabiendo que ella había pasado por tanto dolor en su matrimonio anterior y que él mismo estaba lidiando con su propio dolor. Pero después del incidente con el ex esposo de Verónica, Christopher sabía que no podía seguir negando sus sentimientos.Una tarde, Christopher decidió que era hora de hablar con ella. Llamó a su puerta y ella abrió, sorprendida de verlo allí."¿Christopher, todo está bien?" Preguntó Verónica, mirando su expresión seria."No, no todo está bien," respondió Christopher. "Hay algo que necesito decirte."Verónica frunció el ceño, preocupada por lo que estaba por venir. Christopher se pasó una mano por el pelo, nervioso, antes de continuar."Verónica, he estado luchando con esto durante semanas. No puedo evitar sentir algo por ti. No puedo seguir negando mis s
Capítulo 5Verónica se encontraba en la habitación, con las manos temblando mientras intentaba empacar sus cosas. Hacía meses que había estado planeando este momento, el momento en que finalmente dejaría a su esposo abusivo y comenzaría una nueva vida con su hijo. Su corazón latía con fuerza en su pecho mientras arreglaba su equipaje y el de su hijo, asegurándose de que nada se quedara atrás.De repente, escuchó la puerta abrirse y sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que no tenía mucho tiempo antes de que su esposo llegara a la habitación, pero estaba decidida a salir de allí sin importar lo que pudiera pasar.Sin embargo, antes de que pudiera terminar de empacar, su esposo apareció en la puerta, con una mirada de furia en sus ojos. "¿Qué demonios estás haciendo?", gritó, acercándose a ella con un puñetazo.Verónica trató de protegerse, pero fue golpeada una y otra vez, su cuerpo temblando con dolor. Intentó gritar, pero su esposo la agarró del cuello, impidiéndole respira
Capítulo 6Christopher caminaba por las calles de la ciudad, tratando de olvidar el largo viaje que acababa de hacer. Aunque estaba contento de volver a casa, también sentía un nudo en el estómago al pensar en Verónica. Sabía que ella había pasado por mucho y no quería presionarla para comenzar una relación.Christopher suspiró mientras dejaba su maleta en el suelo. La sensación de estar en su propio apartamento después de un largo viaje lo reconfortaba, pero al mismo tiempo, la tensión de no saber qué pasaría entre él y Verónica lo atormentaba. Decidió darse una ducha y relajarse un poco antes de pensar en ella.Durante la noche, Christopher no pudo dejar de pensar en Verónica y en lo mucho que le gustaría hablar con ella. Se sentía un poco triste y frustrado por no haber tenido la oportunidad de verla hoy, pero también comprendía que ella tenía su propia vida y sus propias responsabilidades.Al día siguiente, Christopher se levantó temprano y decidió ir al gimnasio para despejar su
Capítulo 7Christopher caminaba por el pasillo de su edificio, tratando de mantener la calma. Había pasado una semana desde la última vez que había visto a Verónica, y estaba ansioso por verla de nuevo. A pesar de vivir en el mismo piso, sus horarios habían estado fuera de sincronía y no habían coincidido en los últimos días.Finalmente, llegó al final del pasillo y giró la esquina hacia su apartamento. Justo cuando estaba a punto de abrir la puerta, escuchó un ruido detrás de él. Se volvió para ver a Verónica parada frente a su puerta, con la cabeza gacha y aparentemente nerviosa."Hola, Christopher", dijo ella tímidamente, sin atreverse a mirarlo directamente a los ojos."¡Verónica! Ha pasado tanto tiempo, ¿cómo estás?" respondió Christopher, tratando de calmar sus propios nervios."Ehmm, lo siento mucho por no haber estado disponible últimamente, he estado muy ocupada con el trabajo y otras cosas", se disculpó Verónica, moviendo inquietamente su pie."No te preocupes, lo entiendo p
Capítulo 8La lluvia caía sin cesar en la carretera, como si el cielo hubiera decidido descargar toda su furia en aquel momento. La mujer, llamada Ana, conducía su vehículo con una expresión tensa en su rostro. Su hijo de cinco años, Sergio, estaba sentado en el asiento trasero, con un pequeño juguete en sus manos y una sonrisa en su rostro inocente.De repente, el teléfono de Ana sonó. Miró la pantalla y vio el nombre de su esposo, Christopher, parpadeando en ella. Con un suspiro, presionó el botón para contestar."¿Hola?" dijo Ana, tratando de mantener la vista en la carretera."Ana, cariño, ¿estás bien?" preguntó Christopher, su voz preocupada."Estoy bien, Chris, solo estoy conduciendo en esta tormenta", respondió Ana, mientras ajustaba el volante para mantener el control del vehículo."Escucha, necesito que me digas que me amas. Solo quiero escuchar esas palabras de tu boca", dijo Christopher, su voz temblorosa.Ana sonrió, pero estaba confundida. "¿Por qué me preguntas eso, Chri