Los dos magníficos reyes sufrían por la inusual situación, una que jamás habían visto, pero que les estaba tocando vivir, más tenían algo muy claro, ninguno de los dos quería separarse de su amada, ninguno de los dos la iba a dejar

— ¿Qué es lo que sugieres que hagamos, lobo? esto es algo para lo que no tengo una solución, es un hecho que no vamos a poder vivir lejos ninguno de los tres

— Sugiero que te hagas a un lado, que vayas a vivir con nosotros pero que respetes el vínculo de mi luna y mío, vamos a tener familia, un cachorro viene en camino, no destruyas un hogar

— ¡¿Creés que voy a renunciar a mi alma destinada solo por qué tú así lo quieres?! ¡eso no va a pasar, me quedaré a su lado como su rey, con todos los derechos que sé tengo, ella te ama pero también me ama a mí, la prueba está en que no se quiere ir sin mí!

— ¡Mírala como está, ella está débil, pálida, dudo que pueda ser consciente de la realidad a cabalidad! ¿creés que está en condiciones de pensar con sensa