La persona al otro lado inmediatamente se rio. "Finalmente no tengo que vigilar a ese b*stardo Lucifer todos los días".

"Tendrás un día libre".

A las 5:00 p.m., justo cuando Catherine había terminado de empacar y estaba lista para irse, hubo una repentina conmoción afuera.

"Presidente Hill, no puede entrar".

Con un pum, la puerta de la oficina de repente se abrió de golpe y Shaun irrumpió con una fría y enojada presencia.

Varios guardias de seguridad detrás de él dijeron con pánico: “Lo sentimos, Presidenta Jones. Él insistió en irrumpir. No pudimos detenerlo en absoluto".

"Está bien. Ustedes pueden salir". Catherine agitó la mano. Ella sabía lo capaz que era Shaun. No mucha gente estaba a la altura de su extraordinaria habilidad.

Sin embargo, apenas dijo eso, Shaun caminó hacia ella y la agarró por el cuello de la camisa. Luego la levantó como si fuera un pequeño pollito. Su voz y sus ojos estaban llenos de ira.

“Catherine Jones, tienes mucho coraje. ¿Cómo te atreves a golpe