“Iré contigo. Tiene que haber un abogado presente durante una transferencia de propiedad de una empresa”. Shaun siguió a Catherine con preocupación.

Aunque su esposa era inteligente, la ley tenía demasiados puntos ciegos. Tenía miedo de que ella estuviera en desventaja.

“Realmente no necesito que me sigas. Se la transfiere a alguien que conozco…”.

“Es más fácil ser engañado por un conocido”. Shaun insistió.

Catherine volteó la cabeza y puso los ojos en blanco sin palabras. “Puedes ir a hacer tus propias cosas”.

“Querida, creo que estás... ocultando algo”. Shaun era inteligente y se dio cuenta de que algo andaba mal. De repente se puso de mal humor. “No se la estás transfiriendo a alguien que no puedo conocer, ¿verdad? Por ejemplo, alguien más joven y apuesto”.

El rostro de Catherine se oscureció. “¿Eres tonto?”.

“Escuché que se estaban divirtiendo en la casa club con un Joven Amo de Newcastle”. Los celos llenaron la mirada de Shaun. “La pasaste muy bien y nunca pensaste en lo so