Al día siguiente, Eliza se levantó antes de que el cielo estuviera completamente brillante y se dirigió en secreto al baño para tomarse una pastilla.

Después de eso, ella volvió a la cama. Al amanecer, respiró profundamente y se armó de valor para avanzar lentamente hacia Chester.

Chester abrió los ojos, solo para ver a una mujer con una cara y una figura bonita acostada sobre su cuerpo.

Pronto se despertó. Él sostuvo su cintura y se rio. “Bueno, eres bastante proactiva hoy”.

“¿Me vas a dar un apartamento?”. Eliza rodeó el cuello de él con sus manos alrededor. En ese momento, el rostro de ella originalmente frío parecía como si lo estuviera adulando.

“¿Lo quieres tanto?”. Chester acarició su delgada muñeca. “¿No has ganado mucho este año?”.

“Ganar dinero es difícil”. Eliza hundió la cara en su cuello. “No soy tan afortunada como Catherine y Freya de poder tener unos novios como Shaun y Ryan. Además, ellas tienen impresionantes antecedentes familiares”.

“Las admiras, ¿eh?”. Los o