Ryan volteó la cabeza de Freya. "¿Sabes que si no te secas el cabello a tiempo después de lavartelo, tendrás frecuentes dolores de cabeza en el futuro? Eres una adulta, pero ni siquiera sabes cómo cuidarte".

Freya, que estaba con gripe, parecía insatisfecha por ser criticada. "No es asunto tuyo".

"Si no es asunto mío, ¿de quién es?". Ryan le sopló el rostro con el secador.

"Ryan Snow, eres tan molesto". Ella extendió su mano y le golpeó el brazo, pero no fue nada fuerte.

El cuerpo de Ryan se tensó cuando escuchó la voz coqueta de ella.

Pensó para sí mismo que ella acabaría torturándolo hasta la muerte algún día.

Efectivamente, no fue fácil secar su largo cabello. Tardó casi diez minutos en secarse completamente.

Después de haber comido la mitad de la avena, Freya no quiso más.

"¿Eso es todo?". Ryan frunció el ceño. "Come un poco más".

"No. No tengo ganas de comer". Freya apartó la mirada y se acurrucó en el sofá como una niña.

"Yo mismo cociné la avena, así que deberías termi