Rodney ya había pasado por esto cuando la familia Snow había cortado todos los lazos con él la última vez.

Sin embargo, esa vez no se sentía tan inutil.

Aunque en ese entonces lo había perdido todo, al menos seguía teniendo a la mujer que amaba.

Sin embargo, las cosas eran diferentes ahora. Sarah todavía estaba con él, pero sentía que no tenía nada.

"Presidente Snow...". El asistente de Rodney, Hans, se acercó a su lado. Observó al hombre que se estaba agarrando la cabeza y estaba de rodillas en el suelo con una mirada triste.

Rodney levantó la mirada. Sus bonitos ojos se veían perdidos y vacíos.

"Presidente Snow, lo siento. Esta es mi... carta de renuncia. He trabajado con usted durante seis años, así que quiero entregarle esto personalmente antes de irme". Hans le entregó el documento de renuncia.

Rodney miró el documento y agarró el cuello de Hans con incredulidad. "Incluso tú también me estas dejando ahora. No importa cuanto haya caído, sigo siendo dueño de la Corporación