"Joven Amo Harrison, ¿quieres venir también? Mira, no queda nadie en tu habitación". Stephen se rio con satisfacción mientras se acercaba a la puerta.

"Jod*te, Stephen Campbell. Lo haz hecho a propósito, ¿no?". Chase golpeó la mesa con rabia y se puso en pie.

"Bueno, todos son gente inteligente que sigue donde está el dinero". Stephen levantó las cejas. "Quizá pronto también tengan que dejar de ser la familia más exitosa de Melbourne".

"Debes estar soñando si crees que puedes llegar a la cima acostándote con una desvergonzada". Chase señaló a Rebecca y se rio sarcásticamente. "¿Una mujer barata como ella? Todavía era la prometida de otro el mes pasado. Vigila tu espalda".

La indiferencia llenó la cara de Rebecca en cuestión de segundos. "Joven Amo, cuida tu espalda. De lo contrario, una vez que mi padre se convierta en el presidente el próximo mes, puede acabar con la familia Harrison del todo".

Catherine, que estaba escuchando a un lado, comenzó a reír. "No seas tan engreída. Ser