“Tío Titus… Está bien… Me alivia saber que estarás cerca”.

Frente a la ventana francesa, Catherine colgó la llamada con una sonrisa.

En realidad, no estaba segura de la reunión general de mañana. Ahora que Titus había dicho que se presentaría, Catherine sintió como si el peso en su mente se hubiera vuelto finalmente mucho más ligero.

“Vete… No necesito que me enseñes…”.

“De acuerdo. Me iré. Dada tu actitud, ni siquiera volveré a venir aunque me lo ruegues mañana”.

“…”.

De repente, se escuchó una conmoción en el pasillo de afuera.

Frunciendo el ceño, Catherine se dirigió hacia la puerta y la abrió, solo para ver a la maestra que había contratado salir por la puerta en un ataque de ira.

Había algunos libros esparcidos por el suelo del pasillo del segundo piso.

Shaun estaba parado al lado de los libros. Tan pronto como vio irse a la maestra, la miró de lado con sus ojos oscuros que tenían rastros de agravio e ira.

Luego entró en el estudio e incluso cerró la puerta con fuerza.