“Olvídalo. Ya que me ayudaste esta vez, te invitaré a comer”, dijo Freya de repente, “Hay un restaurante mexicano que es bastante bueno abajo. Te invitaré a eso”.

Rodney estaba desconcertado. Él estaba sorprendido. “E-está bien”.

...

También era hora de salir del trabajo.

Rodney inmediatamente cerró su computadora y la siguió hacia abajo.

El restaurante mexicano estaba en el edificio de alado. Freya pidió una porción de quesadillas, guacamole, nachos y algunos otros platos.

Rodney miró el menú. No pudo resistirse a decir: “Este lugar es demasiado barato, yo…”

“¿Qué? ¿Esperas que te invite a comer comida cara?”. Freya parpadeó. “No vales la pena que yo gaste más de 500 dólares”.

“...”.

Rodney se quedó sin palabras. “No, yo puedo invitarte. No tengo la costumbre de dejar que las mujeres paguen la cuenta”.

“No, ya dije que yo te invitaría”. Freya negó con la cabeza.

“Entonces te invitaré a comer la próxima vez”, dijo Rodney con apuro. Había una palabra para eso. Era para corres