Ethan salió de la oficina del presidente.

Su corazón todavía se sentía enojado, pesado y en conflicto.

Por un lado estaba su tío, y por el otro estaba su amada novia de la infancia.

¿Qué debía hacer?

Finalmente, se dio la vuelta y se dirigió al departamento de secretaría. Se topó con Regina justo cuando estaba a punto de entrar.

Ella bajó la cabeza rápidamente cuando lo vio, mostrando una cara de pánico y desconcierto.

“Déjame preguntarte. ¿Cuánto tiempo llevas con mi tío?”. El apuesto rostro de Ethan la miró con frialdad.

“Gerente Lowe, no me pregunte eso. Siempre he tenido sentimientos no correspondidos por el Presidente Lyons. Fui yo quien lo sedujo”, Regina fingió de repente estar triste. “Hace un momento, el Presidente Lyons me llamó y me dijo que fuera a su oficina. Supongo que quiere que me vaya”.

“Es desvergonzado seducir a un hombre casado. Eres despreciable”, la criticó Ethan.

Regina bajó la cabeza y se mordió los labios en silencio, pero fingió que se le atragantaba