Capítulo 30

Gideon Cross

Beso su hombro la suave piel con aroma a vainilla es todo un deleite, termino de retiras las últimas piezas de tela que se interponen entre la calidez de nuestros cuerpos, ¡Cielos! Cuanto deseo estar entre sus piernas mi miembro está completamente erecto.

Su piel se eriza por el toque de mis labios, emite dulces gemiditos. ¡Mi nena también está impaciente!

Coloco su cuerpo cálido sobre el acolchonado sofá que hoy será nuestro lecho, su belleza tiene un brillo en la tenue oscuridad que me enloquece, me desplazo sobre ella lamiendo entre la cara interna de sus muslos firmes. Mi dulce ratoncito contrae sus músculos abdominales ante las sensaciones que estoy provocando con mi boca en sus terminaciones nerviosas.

Sus armónicos gemidos son música para mis oídos, con lentitud continua mi asalto con mis labios en su centro, lamo sus pliegues que se encuentran inflamados por la necesidad.

¡Si nena muéstrame cuanto me deseas!

Llevo mi pulgar a su botón necesitado con movimientos c
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