Era la noche del 24, cuando estábamos celebrando la Navidad con una buena cena. Mamá había pasado el día cocinando y yo ayudé con algunas cosas. Odiaba cocinar, pero ayudar no estaba tan mal. Aunque no lo habían confirmado, supuse que Luciano podría pasar a cenar. Por eso tuve mucho cuidado en elegir un vestido ajustado, de manga larga, liso, rojo y completado con botas camperas cortas. El estilo granjero empezaba a atraerme, especialmente con las bonitas botas. Solo tenía un par, pero estaba considerando seriamente comprar más. Mi cabello era romo y ya no era lacio ni encrespado. Lo peiné y lo dejé como estaba, natural. Realicé un maquillaje ligero, apostando por un labial rojo del mismo tono que el vestido. Me miré al espejo y cuidé el detalle de mi collar de estrellas que se veía. Cuando bajé, esperaba encontrarlo allí, pero me equivoqué. Mi padre no estaba sentado junto a la chimenea, envuelto en sus cosas, como siempre. Y mamá tampoco estaba más en la cocina. Los dos estaban vest
- ¿Por qué no quieres decirme lo que pasó? - le preguntó.- ¿De verdad quieres saber, Luciano? ¿Porque?- Curiosidad. – dijo con una sonrisa enigmática.- Pues entonces vámonos... Jonathan está de regreso, pero no sabe por cuánto tiempo. ¿Y adivina qué? Vino acompañado. Sí... Traje a una chica australiana... Amiga... Solo amiga. dije irónicamente.- ¿Y eso te dolió?"En cierto modo, sí…" dije sinceramente.- ¿Tú...? ¿Resolviste la situación?- No... No sé si lo resolveremos algún día, ¿sabes?- ¿Le explicaste lo que pasó la noche que te persiguió?Lo miré, quien no tenía ningún sentimiento aparente en sus palabras o expresiones.- ¿Hubo una explicación? Yo pregunté.Me miró y respondió:- No sé... Tú me dices.- Yo... bebí demasiado en la fiesta. - Me desvié. - Me sentí terrible entre mis amigos. No esperaba eso. Parece que sin Helena a mi lado nada tiene tanto sentido.- ¿Cómo bebiste?- Bebí hasta que no respondí a mi propio cuerpo, ¿sabes?- ¿Porque hizo eso?- Porque soy un cobard
Pasaron unos días y Luciano no venía a la finca de mis padres. No estaba seguro de cuán regulares eran sus visitas, pero pensé que eran más frecuentes. Todavía no pregunté por él y mis padres tampoco mencionaron nada. El miércoles mi coche volvió del taller. Y estaba en perfectas condiciones de nuevo. Mi papá me hizo prometer que no pondría a nadie en peligro por conducir y le aseguré que sería prudente. Se moría por volver a girar la llave y sentir su potencia. No sabía cocinar, era un pésimo conductor... Deben pensar que era un inútil. Pero trataría de encontrar algo que hacer que mostrara que tenía la capacidad de hacer algo importante. Cuando fui a encender la camioneta, mis padres estaban alerta, esperando otro desastre de mi parte. Pero me lo tomé con calma, menos de veinte por hora, para asegurarme de que estaban bien y no preocuparme.Salí lentamente por la puerta principal, después de todo, el accidente había ocurrido allí. Mientras tomaba el camino, noté que Luciano se detuv
- ¿Que crees? – preguntó mientras yo devoraba esa sabrosa comida como si no hubiera un mañana.- Es perfecta.Él se rió:- Exacto... Solo tu madre cocina mejor.- Cierto... Pero la comida es muy picante... Casera... Sin palabras.- Si me pidieras elegir un restaurante en todo el mundo, elegiría este. - El confesó.- Estoy sorprendido por esta revelación. - Admití. - ¿Pero por qué?- La comida es la misma que cuando vine aquí con mis padres.Lo miré. Me imaginé lo que sintió.- Me gusta la infancia... Los recuerdos... - Dije.- Sí... Siempre veníamos aquí los fines de semana a almorzar.- Algunas cosas se quedan en la memoria para siempre... Que bueno que vengas aquí a sentir eso...- Recordaré en el futuro que yo también estuve aquí contigo. - Él sonrió.- Tú... ¿Alguna vez trajiste a Anna aquí?La pregunta lo sorprendió. Me miró y tardó en responder. Y ya me arrepentí de haber preguntado. ¿Por qué parecía que quería saber todo sobre esa mujer? Tenía muchas ganas de hacerlo, pero al m
La noche siguiente mis padres invitaron a Luciano a cenar. Obviamente aceptó. Hacía tiempo que no comía con nosotros. Cuando llegué , sus visitas a mi familia eran más frecuentes. Últimamente, debido a mi presión sobre él, tal vez ha estado asustado. Nunca he sido una mujer que tome la iniciativa con los hombres en mi vida, todo lo contrario, siempre he sido algo tímida en comparación con mis amigos y conocidos. Siempre era la última en tener compañía en los clubes. Además, siempre fui muy exigente y por eso muchas veces terminaba solo. Aunque estaba interesada en un hombre, tenía algunas reservas acerca de decir que sí la primera vez. Y solo tenía sexo cuando había amor. Así que no era una mujer experimentada para mi edad. Sin embargo, Luciano ya me había hecho tomar la iniciativa dos veces, pues entendí que el beso del día del regalo de Navidad había sido de común acuerdo. Nunca se me pasó por la cabeza arrancarle la camisa a un hombre como un salvaje y querer entregarme a él sin im
Cuando bajé con mi maleta, mamá y papá ya me estaban esperando en la sala. Noté que estaban un poco aprensivos, pero no dijeron nada. Creo que en el fondo tenían miedo de que Luciano o yo saliéramos lastimados. Después de todo, tenían mucho amor por los dos. No podía explicarles que todo saldría bien, porque yo tampoco estaba seguro. Entonces, lo que dimos por sentado fue un viaje entre dos buenos amigos.- Cuidar del exceso de sol. - advirtió mi padre. “Y no bebas hasta el punto de no saber lo que estás haciendo.- Papá, está bien. Me comportaré, lo prometo. Ya no soy un niño.- Pues cariño, ella estará con Luciano. No hay problema. - tranquilizó a mi madre.- Bueno, este es mi miedo. dijo seriamente.Estaba confundido por lo que dijo, pero no tuve tiempo de preguntar. Fui a la puerta y me siguieron. El auto de lujo de Luciano me estaba esperando. No sé qué me sorprendió más, si ese auto o el conductor que me abrió la puerta. Luciano ya me estaba esperando y me senté cómodamente mien
- Disculpe, señor y señora Leblanc, pero hay un teléfono urgente para usted.Inmediatamente nos soltamos y nos miramos preocupados. Inmediatamente sentí un miedo increíble de lo que podría ser. Prácticamente corrí a la recepción, dejándolo atrás. Cuando descolgué el teléfono, escuché a Samantha:- Ari, ¿eres tú?- Sí... ¿Qué pasó, Samantha?- Helena y Daniel tuvieron un accidente automovilístico...- ¿Como asi?- Estoy en el hospital... Tengo miedo, Ari. Sé que estás lejos... Pero te quería aquí conmigo...- Samantha... yo... me dirijo allí.- Temo perder a nuestro amigo.Me di cuenta de que estaba llorando. Sentí que mi corazón latía tan fuerte que podría tener un ataque.- ¿Dónde están ustedes? – alcancé a preguntar.- En el Hospital Madre T.- Estoy yendo.Cuando colgué el teléfono, no pude contener las lágrimas.- ¿Qué pasa, cariño?- Helena y Daniel tuvieron un accidente... Fue grave.¿Realmente me llamó cariño o me equivoqué? ¿Cómo en medio del caos de tristeza que sentía por mi
No sabía cuánto tiempo había pasado. Se sintió como una eternidad que estuvimos allí, sin noticias aún. Ya había llamado a mis padres diciéndoles que no tenía tiempo de regresar y explicándoles lo que estaba pasando, ya que ellos también estaban preocupados. Algunos ya se habían ido, pero allí seguíamos Gisa, Carlos, Samantha, Jonathan, Sadie, Luciano y yo. Jordany llegó temprano en la noche y se unió a nosotros. Estaba sentada sintiendo el peso de mi cuerpo. Había nadado mucho durante la mañana y me dolían los brazos.- Te traeré algo de comer. dijo Luciano. - No te voy a invitar a comer en la cantina porque seguro que no aceptarás salir de aquí.- Yo no tengo hambre. No te preocupes, Luciano.- Conseguiré comida y algunos analgésicos. Sé que tú también debes estar cansado.- ¿Tiene algún sentido decir que no? Pregunté mirándolo a los ojos.- No. – dijo saliendo.Convenció a Carlos y Jordany para que lo acompañaran a comer. Jonathan, por su parte, se negó. Me gustaba ver que los dos