Capítulo 14Mina Simons El hombre que contrataron para matarme, frunció con violencia el entrecejo para luego apartarse con brusquedad de aquel sofá viejo en donde se hallaba hasta hacia algunos segundos leyendo un libro mientras buscaba la manera de ignorarme.—¡¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera?! —Su grito fue tan agudo que los tímpanos de mis oídos habían empezado a dolerme, —sigue siendo una niña a pesar de tener casi treinta años, señorita Simon, además, ¿Quién le ha dicho a usted que un hombre como yo pondría los ojos en una mocosa como usted?Mi rostro estaba rojo por la furia.—¡De todos modos! ¿Quién podría enamorarse de un viejo como usted? —usé el mismo tono de voz tosco que él.Dragón azotó la puerta de mi habitación apenas salió sin ni siquiera mirar hacia atrás, mientras que yo me cubría con las sabanas con tanta velocidad, quizás intentando olvidar todas las palabras que ese mal hombre me había dicho antes de marcharse de aquí.¿Sinvergüenza yo? ¡Sinvergüenza é
Capítulo 15Mina Simons—¡Yo también! —Mis manos la empujaron con tanta agresividad que ella terminó cayendo a un costado de donde nos encontrábamos, Jeremié me quedó viendo bajando las escaleras, pasé por encima de él, pero no me detuve. Mis piernas me ardían, algo dentro de mí quemaba y aunque no comprendía a que se debía, la necesidad de encontrar la verdad me obligó a instalarme en la entrada principal de la oficina de Dragón.Mis temblorosas y frías manos tocaron la perilla de la puerta para así abrirla y encarar a ese gilipollas, sin embargo, todo mi cuerpo colisionó al sentir como alguien me alejó de aquel lugar con salvajismo y precisión. Los ojos claros del hermano menor del dueño de este lugar, me observaron jugadores. La comisura de sus labios se elevó, bajando luego la cabeza y negando.—¿Qué crees que haces, Mina?—Necesito hablar con tu hermano.Solté colocando una vez más la mano sobre la perilla.—Mi hermano está ocupado.—¿Con qué?Mascullé arrugado el entrecejo.—Con
Capítulo 16Mina SimonsAntes, la confidencialidad era primordial para cerrar un negocio, jamás teníamos contacto directo con el solicitante, y nuestras identidades, como nombres verdaderos o información sobre nuestra familia nunca eran reveladas; pero ahora, este hijo de puta me tenía en sus malditas manos.—Mina estará muerta a más tardar mañana en la tarde…—Escupí dispuesto a salir de aquí, pero sus hombres bloquearon mi camino.—¿Por qué mañana y no hoy? —Carajo…—, ¿La piensas follar antes de matarla? —no pude evitar fruncir el ceño—, dios, esa Mina es una diosa chupándolo… ¿Ya se la metiste en la boca?¡Gilipollas!—Entonces, hoy mataré a la señorita Simon… Este atento a mi llamada…—Ignoré sus est
Capítulo 17Mina SimonsMi corbata me estaba asfixiando tanto que me la quité de golpe, mis piernas débiles me arrastraron hacia la entrada de mi oficina, pero sentí como mi mundo se vino abajo al ver a Jeremié ayudando a Mina a tomar su medicina; no solo me había faltado a mis propios principios como un asesino a sueldo, también le falté al respeto a mi difunta esposa y a mi propio hermano.Mina Simon se reía de Darién persiguiendo a Hinata por toda la casa, llevaba mucho tiempo que no veía a mi familia de esta manera, unidos por una mujer que les iba a arrebatar esta noche, pero debía entenderlo, ella era prestada. Ella no nos pertenecía.—Estás siendo demasiado obvio, señor…—Ignacio declaró colocándose sorpresivamente a mi lado.—Saca a los niños en media hora… Tengan todo listo para trasla
Capítulo 18Mina SimonsSus manos me soltaron logrando tambalearme un tanto, —Vete en silencio, Mina… Te prometo que no le diré a nadie lo que pasó entre nosotros, pero, por favor vete…—Le he hecho una promesa a Jeremié, no me iré de aquí hasta verle de nuevo…—Chillé de dolor mientras mis palabras se cortaban en el justo instante en que el rubio hombre tomó con agresividad mi muñeca, —¡¿Qué mierda te pasa?! —mi cuerpo se retorció buscando la forma de liberarme, pero Dragón intensificaba su agarre con más violencia. —¡Maldito!, ¡Suéltame!—¿Te gusta mi hermano? —Musitó logrando que su pregunta golpeara con rudeza mi cabeza, —no te quieres ir, ¿Por qué te gusta mi hermano?Aquellos ojos cafés, aquella mirad
Capítulo 19Mina SimonsMis ojos se abrieron de golpe a la mitad de la noche al escuchar unos pasos aproximarse hacia mi habitación. La ventana de mi cuarto se hallaba abierta mientras que las corrientes de aire lograban hacer eco dentro del silencioso lugar. Los vellos de mi piel se erizaron al sentir el frío corroer cada parte de mi cuerpo.Mis pies tocaron los azulejos del piso mientras que caminaba con algo de miedo hacia la entrada del lugar. Un espasmo atravesó mi estómago en el instante en que me percaté que Ignacio había dejado la puerta del lugar sin seguridad. El pasillo que daba hacia mi recamara junto a la de los hermanos noruegos se encontraba oscurecida y algo tenebrosa.De repente, escuché un murmulló que, helado cada fibra de mi piel, la curiosidad me orilló a caminar un poco más allá de donde me encontraba de pi
Capítulo 20Mina SimonsLo escuché gruñir, quizás sintiendo la intensidad de mi cuerpo, de un instante a otro todo se volvió silencio y un calor atroz nos invadió a ambos. Una de las manos de Dragón trazó delicadamente una línea imaginaria en toda mi espalda; el sujeto dejó reposando su mentón sobre uno de mis hombros, haciendo que mi intimidad comenzara a palpitar.—Esto es injusto…—Susurró tan cerca de mi oído, su aliento golpeó violentamente mis mejillas ahora acaloradas—, es tan injusto que solo yo pueda recordar como nuestros cuerpos se volvieron uno, dime la verdad, ¿no quieres recordarlo porque me odias?Bajé mi rostro al sentir sus brazos rodear mi estómago mientras que mis manos seguían tocando el cristal en donde guardaba celosamente la pieza antigua de Elizabeth Bathory. —Quisiste matarme…—Escupí mientras cerraba los ojos al sentir repentinamente sus labios sobre mi nuca—, me golpearon por tu culpa, y aunque no sé cómo pude tener sexo contigo, sé que ninguno de los dos tie
Capítulo 21Mina SimonsMe costó un poco abrir los ojos apenas amaneció en la ciudad de Paris; una pulsada dolorosa se clavó en mi centro en el justo momento en que intenté ponerme en pie. Mi cadera, espalda, brazos, nalgas y piernas me dolían demasiado para intentar tan siquiera huir de la habitación de Dragón.Me removí sobre la cama para buscar la manera de escapar de este lugar, pero una vez mis manos tocaron el espacio en donde me hallaba acostada en busca del hombre que me dejó en esta precaria situación, me percaté que el noruego ya no estaba aquí.Me senté de golpe en el borde de la cama, mis ojos buscaron desesperadamente mi pijama, pero solo vi una muda de ropa sobre uno de los sillones del sitio junto con una nota que decía: Baja en silencio, te espero para desayunar…Maldije por lo bajo, prometiéndome a mí misma que este tipo de cosas no podían volver a suceder. ¡Es que había perdido la cabeza!, debía ser lo más madura posible, ambos estuvimos de acuerdo en tener sexo, som