Hola a todos ¿Qué les parece la batalla? Mañana hay más sorpresas, lo anuncio hoy en mis cuentas :) Bso Kika
AlaricEl aire cambiaba mientras Lucio se acercaba. Se movía con gracia como si hubiera nacido rey, como si supiera que el mundo era suyo y él solo tenía que tomarlo con un movimiento de su mano. Estaba vestido con un traje gris claro, igual que su lobo, una capa larga y su mirada en mí. Era tal cu
Fabrizio —Estaremos bien, Fabrizio——Solo cuídense Lunas —les digo cuando escucho un grito ensordecedor al otro lado de la batalla, se supone que yo iba a estar abajo, protegiéndolas, pero ahora algo llamaba mi atención y no podía dejarlo pasar.—Ve —me dice Carmen, y yo no pierdo tiempo y corro.
Carmen —Gracias por confiar en nosotros, Luna. No le puedo empezar a explicar con palabras lo importante que es para mi pueblo que hayas creído en nosotros —me decía Luna Blanca. Era una mujer pequeña y mayor, con algunas canas, y, sin embargo, se le veía que tenía una fortaleza interior que hacía
CarmenGerardo, dispara directamente en la pierna a Luna Blanca que cae.—¡Luna! ——¿Realmente creen que pueden mandarme? ¿Una Luna asquerosa? A mí no me vas a hacer eso. ¿Por qué lo haría? Yo soy el que está en posición de negociar— responde él mientras Luna Blanca está en el suelo llena de dolor.
Marina —Amelia, Amelia —Por fin se despertaba, había estado inconsciente por un buen tiempo. Estábamos en Colmillos Blancos; al parecer, este era el lugar final del enemigo y tenía sentido, todos se enfrentarían aquí.Pero nosotras seguíamos siendo prisioneras y a la vampira le habían torturado te
Fabrizio Estaba cegado por el odio, por la ira; me costaba entender lo que estaba sucediendo. Mi compañera... todos estos años buscándola y siempre la tuvo Sangreoscura. ¿Qué habrá pasado con ella? ¿Dónde estaba? ¿Habría sufrido?Eran preguntas para las que no tenía respuesta y me dolía. No podía
Marina No podía creer lo que había hecho a mi más querido amigo. Por mi mente pasaban todos los recuerdos que tenía con el vampiro: cuando me ayudaba y me daba consejos, cuando me decía que era una excelente rastreadora y me necesitaba. Había sido mi mentor, mi cómplice, me había hecho creer en mí
Marina— Marina… mi amor —me susurra Bruno, pero cada vez que estoy más cerca de él siento el pedido imposible de atacarlo, y yo misma me sorprendo cuando doy una vuelta y lo pateo, buscando golpearlo. Pero él me esquiva.—Estoy seguro de que puedes hacerlo mejor, mi guerrera... tienes que acabar co