—Oh... es lo que Julia colocó en mi equipaje y, como dijiste, que íbamos a un lago...——Sí, claro, Julia quiere matarme de un infarto... —susurró él.—¿Cómo?——No, nada, mi mate. Mejor es que te coloques algo un poco más abrigado —dijo. —Está bien…— y volví al baño. Me pareció haberlo escuchado qu
CarmenNo sé cuánto tiempo ha pasado cuando veo que la luz de la superficie se va alejando cada vez más, y solo hay un azul oscuro y frío que me congela hasta los huesos. Suelto mi última bocanada de aire y pienso, en muy pocos segundos… que necesito verlo a él, aunque sea una vez más antes de que
—Por la diosa te amo con todo mi ser— dice y yo me inclino para besarlo. Él responde rápidamente y sus manos van por mi espalda y mi cabello.—Estás helada, mi mate… mi preciosa Carmen —dice preocupado, mientras sus manos van quemando por donde pasan.—Te sientes tan cálido —digo yo, pegada a su cue
XavierHabía pasado de la mayor y más oscura preocupación, de las ganas de meterme en el lago y quedarme ahí para siempre con ella si algo le pasaba, a la locura y el mayor éxtasis.Por si fuera poco, me había dicho que me amaba, yo la adoraba con todo mi ser… pero ella me dijo que me amaba. Yo tení
—Eres la criatura más hermosa que he visto en toda mi vida... —le susurro completamente embobado y ella se inclina extendiendo sus manos para tocar mi pecho, mi cuello, mi abdomen, viendo mis tatuajes y comienza a moverse sobre mí de una forma que hace que peligren todas mis decisiones.—Por lo más
Aníbal—¿Cómo que has venido a ayudarme? ¿Te envió Sangreoscura? —le pregunto. El vampiro se mandaba solo a decidir sobre mi vida como si fuese mi dueño y señor, y ahora venía esta mujer loca a ofrecer su ayuda. A ningún Alfa le gusta que lo estén tratando como si fuese un tonto, gobernándole su v
—Quizás nosotros podríamos incumplir el contrato cuando podamos y simplemente tomarla —decía mi lobo. Yo nunca fui de jugar mucho por las reglas y en mi cabeza la idea de llevármela cada vez me parecía la mejor opción.La única buena noticia es que estando ellos lejos, la seguridad de la manada se h
Carmen Aníbal estaba desnudo y se tapaba con sus manos mientras estaba tan en shock como nosotros.Por supuesto que yo ya no sentía lo mismo por él. Debía reconocer que cuando estaba en la manada lo veía e inclusive lo admiraba, pero hace tiempo eso había desaparecido.—Carmen, esto no es lo que tú