Carmen Salí corriendo por el pasillo, descalza, despeinada y con el vestido claro con el que había salido en la mañana, arrugado luego de secarse al sol. Ahora quería estar con él. ¡Debí haberme quedado con él! Había pasado noches con Aníbal en la manada, otros días sola... pero parecía que solo m
—Por la diosa…— digo agitada sujetándome a él y aprovecho de seguir tocándolo como si fuese una oportunidad que se me puede escapar de las manos en cualquier momento y no lo quisiera por nada del mundo. —Por todos los cielos respondes a mis caricias mejor de lo que había soñado —dice con la voz ron
Marina — ¿Cómo se encuentra Marina? — preguntaba el rey a la doctora, que estaba tan aterrada de tenerlo cerca que ni siquiera lo miraba a los ojos. — Lo siento Su Majestad, no son buenas noticias. Marina no ha mejorado en su cuadro de enfermedad y lamentablemente no sabemos cuánto más se va a ex
¡Por la diosa, cómo puedo imaginar ahora mismo, despertarme todas las mañanas viendo esos ojos fantásticos, sería la mujer más feliz de este mundo! — Por favor, solo escúchame, te lo suplico, sé que lo que hice estuvo mal, aunque fuera en el pasado y aunque yo no te hubiese conocido. No tengo excus
Aníbal Sabía que el estúpido Alfa había llevado a Carmen un lugar especial, no tenía información de qué habían hecho, pero ella estaba encantada y por el olor que ella tenía en la mañana sabía que había pasado la noche con Xavier. De ahora en adelante tenía que vigilarla más, tenía que utilizar
Francamente, odio estos jueguitos tontos. Misterios y más misterios. Pónganme una buena pelea lobo a lobo con Xavier y lo acabo en segundos. —¿Preparados? ¿Listos? ¡ahora! —grita ella, y el resto aplaude, y yo comienzo a correr. El bruto está muy cerca, cuando de repente un viento atroz casi nos ti
Xavier Los elementos... definitivamente, esta era una prueba donde nos enfrentábamos a todos los elementos. El viento había sido sorpresivo, pero lo había logrado combatir igual que el agua turbulenta que casi me había ahogado. Pero en cuanto encontré ese tronco, aproveché el viento que me había
No lo pensé mucho y simplemente me adentré en el fuego, el calor era horrible y por un momento temí, pero sin pensarlo mucho había pasado y del otro lado estaba el castillo, pero en el medio había mucho más fuego. Me quité mi chaqueta chamuscada, y ahora solo tenía mi pantalón. —Un laberinto — Por