Álex dudó. "Pero...""No hay peros. Este es un asunto familiar", lo interrumpió Charles bruscamente."Está bien", suspiró Álex, retrocediendo, prefiriendo mantenerse al margen de aquel complicado conflicto familiar.Charles volvió su atención a Cathy mientras le gritaba furiosamente: "¿Acaso piensas que no me enteré de lo que andabas haciendo? ¡Amenazaste y torturaste a toda la gente cercana a mí! ¡Hasta a mi ex novia! ¡Eres un monstruo, eso es lo que eres!"Charles descargó sus puños contra su cuerpo inmóvil, liberando años de resentimiento acumulado."¿Sabes cuánto daño me has hecho? ¿En serio piensas que con dinero se arregla todo? ¿Para qué me sirve tener plata si no puedo ser feliz?"Agarró un jarrón de la esquina de la habitación, con la cara contraída por la rabia. "¿Crees que soy tu sirviente, tu esclavo, tu maldito juguete?"Con un último rugido, estrelló el jarrón contra el cuerpo inmóvil de ella, haciendo que los fragmentos se dispersaran por todo el suelo.Cuando el silenci
Unos minutos antes, Bruno se había enfurecido en el momento que recibió el mensaje de su hermana."¿Quién se atreve a amenazar a mi hermana? ¿Acaso no temen al Sindicato Black?", gruñó Bruno con ira desde el asiento trasero de la limusina.Descargó su furia contra su guardaespaldas personal. "Brad, necesitamos mostrarles quiénes somos realmente y tomar control del bajo mundo de Vancouver!""Sí, señor", respondió Brad mansamente."¡Por culpa de tu actitud tan dócil es que la gente no nos respeta!" Espetó Bruno, mirándolo con desprecio.Brad asintió. "Lo siento, jefe"."Tú... ¡Si no fuera por ese cuerpazo que tienes, nadie te daría trabajo!" Bruno se puso cada vez más furioso. "¡Hablar contigo es como hablar con un toro grande y estúpido!""Sí, señor".Bruno lo abofeteó con furia. "¡Cierra la boca. Me estás irritando!"Brad solo asintió nuevamente, tan silencioso como siempre.De no ser por sus dos metros de altura y su capacidad para moverse con la fuerza de un tren, Bruno nunca hubier
Álex irrumpió en la oficina de Kingston con el corazón acelerado. Momentos antes, Jasmine lo había llamado entre lágrimas, un comportamiento que nunca habría esperado de ella.Al entrar, él sintió una tensión tan densa que casi podía palparse. Jasmine estaba acurrucada en el lujoso sofá de cuero con el rostro oculto entre sus manos temblorosas, mientras Kelly tecleaba rápidamente en su reloj inteligente.Al ver a Álex, Jasmine se incorporó bruscamente y corrió hacia él, lanzándose a sus brazos mientras sollozaba con tanta intensidad que sus temblores resonaban en el pecho de él. Aquella mujer desesperada que se aferraba a él como a un salvavidas no se parecía en nada a la Jasmine serena y controlada que conocía."Jasmine", murmuró, esforzándose por mantener la voz firme, "¿qué pasó?"Ella no pudo responder, ahogada por los sollozos. Entonces, él se dirigió a Kelly, quien los observaba con indiferencia."Kingston acaba de perder casi mil millones de dólares", respondió con tono seco.L
En el silencio del auto, Sofía recostó la cabeza contra la ventana mientras pensaba en el desconocido que había venido a ayudarla antes.'¿Será cosa del destino? ¿Y si este misterioso benefactor es mi alma gemela, esa persona que siempre he soñado encontrar para compartir mi vida?'Soltó un suspiro hondo para deshacerse de esas ideas. Después de todo, ni siquiera sabía quién era él realmente."Te veo algo desanimada", dijo Álex, rompiendo el silencio.Sofía logró esbozar una débil sonrisa. "No, estoy contentísima. Alguien soltó cien millones para pagar mi deuda y libró a los Lancaster y a mí de ese tormento".Una sonrisa se dibujó en el rostro de Álex mientras sentía que un peso se le quitaba de encima. Le reconfortaba ver que su esposa por fin había aceptado recibir ayuda.Más tarde ese día, mientras ella se quedaba dormida, él curó sus heridas y la arropó con una manta, asegurándose de que descansara cómoda y abrigada. Mientras tanto, había instruido a Carlos en secreto para apodera
Sofía tomó el menú y miró de reojo a Lyra, con la mente llena de confusión.Lyra estaba casi pegada a Álex, mostrando una intimidad tal que cualquiera que los viera pensaría que ellos eran la pareja, y no ella con Álex."Álex, esta debe ser tu primera vez aquí, ¿verdad?", dijo Lyra con entusiasmo. "Sofía y yo somos VIP aquí. Déjame recomendarte algunos platos, que te van a encantar".Álex forzó una sonrisa cortés. "Gracias".Lyra sonrió radiante mientras hojeaba el menú. "Pide lo que quieras. No te preocupes por la cuenta, yo invito hoy".Sofía casi se ahoga de la impresión. '¿La tacaña y ahorrativa Lyra paga la cuenta? ¿Y por un hombre, precisamente?', se preguntó.Lyra jamás gastaba dinero en hombres. Al contrario, todos los lujos que poseía eran regalos de ellos. Era la primera vez que la veía dispuesta a pagar algo a un hombre.Sofía entrecerró los ojos. "Lyra... ¿estás bien? ¿Se te olvidó tomar tus medicinas hoy?"Lyra levantó una ceja con frialdad. "¿De qué te sorprendes, Sofía?
Esa mañana, un ambiente tenso invadía la mansión Lancaster.En la gran sala de estar, Florence temblaba de la ira mientras enfrentaba a Justin."¡No sirves para nada como padre!", le gritó. "¡Solo te la pasas sentado viendo programas sin sentido en la televisión!"Justin frunció el ceño, más irritado que sorprendido. "¿Y qué quieres que haga?""¿Por qué no te comportas por una vez como un verdadero padre? Nuestra hija está metida en un lío por esa deuda gigante. Tienes que ayudarla a buscar una solución", explicó con frustración.Justin dejó escapar un suspiro cansado. "¿Y según tú, qué puedo hacer yo?""¡Abre bien los ojos! Tu hermano está esperando que Sofía falle para entregarle su puesto a Mike. No podemos dejar que eso pase".Justin rodó los ojos mientras revisaba distraídamente su celular. "No cuento con esa cantidad de dinero, y tú lo sabes bien".Florence lo fulminó con la mirada. "¡No puedes hacer nada más que alardear de tu masculinidad!""¡Bien!", espetó Justin. "¿Qué quiere
"¿Casarme contigo?" Álex arqueó una ceja con expresión severa.Las mujeres que deseaban casarse con él podrían formar una fila tan larga que haría parecer diminuta a la enciclopedia más grande."¿De verdad me amas?" Preguntó Álex con tono inexpresivo."Amo el dinero, sobre todo el tuyo", respondió Lyra con expresión seria."Mira, al final nosotras las mujeres siempre debemos decidir: o nos casamos con quien amamos, o con quien nos ama y aprendemos a amarlo después".Lyra se encogió de hombros sin mostrar arrepentimiento alguno."Puedo dejarte estar a mi lado, quererme y mimarme, tal como lo hiciste con Sofía. Tu forma de amar es tan... generosa. Hasta te daría el privilegio de amarme"."¿Te han dicho alguna vez que tienes una cara dura?" Replicó Álex con incredulidad.'Esta mujer es a veces fugitiva, engañosa, aguda, voraz, feroz y cruel, pero posee un gran espíritu'.Lyra esbozó una sonrisa burlona sin apartar la mirada ni un instante."Con todo el maquillaje que me pongo a diario, se
Sofía frunció el ceño. "¿Hablas en serio, Lyra? Esto no es nada típico de ti"."Te lo juro", respondió Lyra mientras se reclinaba en su silla con una sonrisa despreocupada. "Nunca he hablado tan en serio en mi vida".Miró directamente a los ojos de Sofía. "Vamos a ser sinceras, no vamos a ser jóvenes toda la vida. Necesitamos un lugar, y a alguien que nos dé seguridad cuando empecemos a envejecer".Lyra soltó un suspiro mientras su rostro reflejaba nostalgia. "Siempre he soñado con tener mi pequeña familia perfecta, ¿me entiendes? Un niño guapo, una niña preciosa... y verlos crecer y salir adelante. Con eso podría irme tranquila de este mundo".Sofía arqueó las cejas, sorprendida. "¡Pero siempre andabas diciendo que querías un montón de plata para poder 'comprar' a cualquier hombre que se te antojara!"El rostro de Lyra se ensombreció por un momento. "Todos teníamos sueños locos cuando éramos jóvenes. La gente cambia, Sofía. Ya encontré a mi alma gemela y quiero algo real"."¿Te refier