Con un dolor de cabeza desgarrador, la mujer se despertó sintiendo su cuerpo entumecido. Al intentar moverse, una sensación de terror la paralizó: un desconocido desnudo estaba acostado a su lado. En medio de un pánico creciente, intentó recordar cómo había llegado hasta allí. Un escalofrío la recorrió al darse cuenta de la verdad: estaba desnuda, y había perdido su virginidad.El hombre se removió, sus ojos oscuros se abrieron con lentitud. "Lo de anoche fue espectacular. ¿Seguimos?", le dijo con total naturalidad, incorporándose y mostrándole su físico impecable. Sin inmutarse, tomó una botella de agua y se la ofreció. "Bebe, seguramente tienes sed. Podemos retomar donde lo dejamos si quieres".Dominada por el miedo y la rabia, la mujer actuó por puro instinto y le propinó una fuerte bofetada. "¿Quién eres? ¿Cómo llegué aquí? ¿Qué me has hecho?"Alexander Leonhart recibió el golpe, sintiendo arder su mejilla. La observó: era una belleza hipnotizante de cabello sedoso y un cuerpo perf
"¡Eres un ser completamente patético!", se burló Sofía con desdén. "Solo eres un simple don nadie que se cree ser el ombligo del mundo. ¡Detesto tratar con gente tan insignificante como tú!".Alex soltó una risita. "Te aseguro que estoy siendo completamente sincero"."¿Tú? ¿Poderoso?", lo miró con desprecio absoluto. "Ni siquiera tienes idea de las personas influyentes que conozco. Con solo una llamada, podrían borrarte de la existencia".Alex se rio. "Esos mismos hombres poderosos probablemente me rueguen que me case con sus hijas para congraciarse conmigo. Créeme, eres muy afortunada por cruzarte conmigo".¡Qué engreído! Sofía puso los ojos en blanco, rabiando de disgusto. Lo único que deseaba era estamparle algo en la cara de ese charlatán. ¿Cómo podía ser tan descarado, presumiendo de poder cuando solo cargaba una vieja mochila militar?"Puedes intentar atarme con este matrimonio para obtener mi dinero", replicó Sofía con frialdad, "pero te advierto que jamás lo permitiré. Si mi fa
"Señor, mi única hija nació enferma, y su condición está empeorando cada día", le dijo Alfred con los ojos anegados en tristeza. "Sufre constantemente. He consultado a todos los médicos, he gastado una fortuna, intentado absolutamente todo... y nada funciona. Aún sigue deteriorándose. Por favor, ayúdela. Haré cualquier cosa que me pida".Alex lo observó con una calma inquietante. "Veré a tu hija mañana".Alfred se quedó paralizado. Jamás esperó que él accediera tan fácilmente. Tomó la mano de Alex y se inclinó en una reverencia profunda de gratitud. "¡Gracias, mi señor!", susurró, con su voz quebrada por la emoción.Alfred no podía creer su suerte cuando su líder mencionó la visita de Alex a Vancouver. No conocía todos los detalles sobre quién era Alex, pero tenía certeza de una cosa: ¡su propio líder tendría que arrodillarse ante él! Si Alex se disgustaba, millones de vidas podrían desvanecerse. Pero si estaba complacido, ¡incluso los moribundos podían resucitar!Como jefe de la organ
Cuando Alex se acercaba a la entrada de la casa, Sofía lo notó detrás de ella."¿Aún no has tenido suficiente?", le preguntó ella con sarcasmo."Créeme", le respondió Alex, "encontrarte es lo último que quería hoy".Sofía se plantó frente a él, bloqueándole el paso. "¿Entonces a qué viniste? ¿Vienes a restregarme el mayor error de mi vida?"."¿Error?", el tono de Alex se endureció. "Podría decir lo mismo. ¿Crees que disfruté despertando y darme cuenta de que había desperdiciado mi tiempo con alguien tan superficial?""¿Superficial?", los ojos de Sofía despidieron chispas de rabia. "Solo estás amargado porque sabes que tengo razón. No eres más que un perdedor, un cazafortunas".Alex se rio, negando con la cabeza. "Estás delirando. No necesito absolutamente nada de ti, ni mucho menos tu dinero".Sofía se le acercó más, con su dedo señalándolo amenazante. "¿Entonces qué quieres? ¿Arruinar mi vida aún más?"."No, no estoy aquí para arruinarte nada", Alex le clavó su mirada en la de ella. "
"Viejo, ¿cómo puedes casar a Sofía, nuestra joya más preciada, con ese mendigo? ¿Se te ha ido la cabeza o qué?".Su ira iba en aumento. "Mi hermosa nieta jamás se casará con un don nadie. ¡Se casará con Chris Roland! Él es rico y poderoso, y puede asegurar el futuro de nuestra familia"."¿Chris Roland?", Abraham frunció el ceño.¿Ese playboy hipócrita?"¿No conoces a Jerry Roland?", le espetó Lady Lancaster. "Trabaja para Alfred Kingston, quien prácticamente es dueño de Vancouver. Chris es su único hijo. ¡Casarse con él conectaría a nuestra familia con los Kingston!".Los padres de Sofía miraron a Alex con evidente desprecio. Su vestimenta era un claro reflejo de su supuesta condición social: una camisa simple de clase media-baja, con zapatos viejos presuntamente comprados en una tienda barata. Nada en él sugería la más mínima prosperidad. Si Chris Roland era el joven rico dueño de una empresa, este hombre probablemente era apenas un empleado de limpieza, con el salario más bajo.Solo
Alex esbozó una suave risa y movió la cabeza, consciente del desprecio de Sofía."Sofía, déjame mostr—", intentó decirle, pero ella le dio la espalda y se dirigió al estacionamiento.En ese momento, un reluciente Porsche Panamera blanco apareció y se detuvo frente a ellos. De él se bajó una joven deslumbrante, que se movía con una elegancia natural. Su vestido de diseñador y sus joyas brillantes resaltaban su sofisticado atractivo."Sofía", la saludó con un abrazo."Lyra, gracias por venir", le respondió Sofía con alegría."Vine inmediatamente después de recibir tu mensaje".Lyra lo examinó de arriba a abajo, esbozando una sonrisa de desaprobación. No vio ni un solo artículo de valor en su atuendo. Más allá de ser atractivo y tener un cuerpo aceptable, aquel hombre le parecía completamente insignificante.Cuando Sofía le había enviado un mensaje contándole que la habían obligado a casarse con un perdedor y necesitaba ayuda, Lyra pensó que su amiga estaba exagerando.Pero al verlo en pe
Alex sacó su teléfono y marcó un número."Buenos días, Sr. Leonhart. Soy Julia, su asistente personal de First Royal Mastercard. ¿En qué puedo ayudarlo?""¿Sabes dónde estoy ahora mismo?""Sí, su tarjeta tiene GPS. Está en el Club Noble Knight de Vancouver.""Quiero hacerme miembro del club.""Lo estamos procesando en este momento. Puede usar su Mastercard como tarjeta de membresía", le respondió Julia.La puerta de vidrio se abrió de repente."Su membresía ha sido aprobada. ¿Necesita algo más, señor?""No, gracias."Alex guardó su teléfono en el bolsillo y se dirigió al club.El guardia se interpuso rápidamente en su camino."Creo que el sistema tiene un error. No puede entrar.""Ya me hice miembro", le explicó Alex. "¿Por qué crees que el sistema me dejó entrar?"El guardia parecía confundido, pero mantuvo su postura. "¿Tiene una tarjeta de membresía? Quiero verificarla. Si no tiene una, le pido que se retire."Alex sacó su First Royal Mastercard.El guardia nunca había visto antes u
"Hablas como si pudieras vencerme. ¿Quién te crees, un gran maestro?"Chris esbozó una sonrisa burlona, "Dudo que hayas jugado siquiera este tipo de juego".Estaba convencido de que solo los hombres ricos podían permitirse jugar en plataformas tan costosas, y Alex definitivamente no parecía estar en esa categoría."Hay una primera vez para todo, ¿no?", le respondió Alex con despreocupación.Chris se rio con desprecio.La victoria ya parecía completamente suya.Tocó su muñequera inteligente y un holograma 3D de una gran mansión apareció."Esta mansión en West Vancouver es mía. La apuesto. Si pierdes, te divorciarás de Sofía".Chris había comprado esa casa con sus ahorros personales, imaginándola como el lugar perfecto para llevar a Sofía, no muy lejos de su propia residencia. Ya se veía teniendo hijos con ella en esa propiedad.Apostaba su mejor casa porque estaba seguro de que no había la más mínima posibilidad de perder contra un completo novato."Trato hecho", le respondió Alex con u