NARRADORAUlric y Damon eran fuertes, pero no lo suficiente como para derribar a una criatura ancestral.Damon yacía en el suelo a cuatro patas, como un animal salvaje, aún rugiendo, sangrando sin cesar por las heridas que atravesaban su cuerpo.Entre las llamas, vio cómo la bestia alada emprendía el vuelo, buscando escapar. Fue como si una chispa volviera a encenderle el alma.Se impulsó con toda su fuerza.Sus fauces ensangrentadas se clavaron en una de las garras del Amo con tanta rabia que casi se la arrancó.El Amo bramó furioso. ¡Estaba harto de ese pulgoso tan resistente! ¡¿Por qué no se moría de una vez?!Sacudió la garra con violencia y lanzó al lycan por los aires.Damon se estrelló contra un tronco. El impacto hizo que el árbol se estremeciera.Una bocanada de sangre brotó de su hocico. Sus pulmones luchaban por seguir bombeando aire.Las pupilas lobunas se estrecharon al ver al titán planeando sobre él.No podía moverse. Su cuerpo estaba al límite.La garganta del dragón c
NARRADORAUn rugido desgarrador retumbó dentro del volcán."¡Eldora! ¡Me engañaste, maldita bruja!" gruñó apretando los colmillos."¡No lograrás encerrarme con estos trucos baratos!"Eldora tembló. Las maldiciones del Amo golpeaban su mente, pero no retrocedió.Siguió firme, mirando la luna manchada de sangre.Robaba su energía.Cada palabra del cántico lo debilitaba más.Entonces, detrás de cada conjurador, surgieron sombras con forma femenina.Las esclavas del Amo."¡Sometanlos!"Las sombras se lanzaron, pero una no obedeció.Isolda Vane, antepasada de Eldora, era libre."¡Aaahhh!" el grito fantasmal estalló cuando una sombra fue atravesada.Isolda atacó sin piedad.Se enfrentaba sola, pero no por mucho tiempo.Desde el bosque, la ayuda llegó.Criaturas feroces emergieron entre los árboles.Aladas, terrestres, de garras afiladas, lanzándose con furia sobre las sombras del Amo.—¡Protejan a los conjuradores! —rugió Asher, su voz expandiéndose con fuerza entre el trueno.Sus ojos rojo
DAMON"¿Ca… cachorritos? " me quedé tartamudo.Como si vencer en la guerra no fuese una buena noticia, ahora me daban otra mejor.El cuerpo de mi dragona brilló intensamente y, sobre los brazos de lycan, se arrojó una hermosa mujer, mi vida entera, la madre de mis hijos, mi Lorien.La abrazamos con cuidado contra nuestro pecho, aspirando su aroma a frescura y a hogar.Busqué la conexión en su interior y encontré dos pedacitos de ella y mío que crecían en su vientre.Los cuidaría y amaría por igual. Jamás repetiría los errores de mi padre.Una cola escamada me rodeó y fui alzado sobre el lomo de mi poderosa dragona, cargando a Lorien."Asher, hablaremos después en el palacio del Rey Lycan. Las cosas cambiarán en el reino. Nunca olvidaré la ayuda de los seres del Bosque Oscuro”Le dije al hechicero, mirándolo entre su gente y a esa Neira valiente que se había arriesgado engañando al Dragón de Fuego.Se llevaron las manos al pecho e hicieron una reverencia con respeto.—¡Larga vida al re
NARRADORATravis se asombró demasiado, incluso intentó frenar la avanzada, pero ya las herraduras estaban manchadas con la sangre de la princesa.Lo peor es que vio desaparecer en medio de la oscuridad el cuerpo desnudo de Tavian, que se había escabullido como la rata que era.O al menos eso creyeron todos.Tavian cayó con un golpe sordo en el nivel subterráneo. Encima de él, la roca con minerales se cerraba.El túnel oscuro lo llevaría lejos de las tierras del palacio, hacia un lugar seguro.Sin embargo, cuando se levantó mareado por la pérdida de sangre y las costillas astilladas de la pelea con Damon, una sombra se cernió sobre él.“¡Alguien más estaba aquí adentro! ¡Es Axton!”Tavian convocó al cambio enseguida, pero su cuerpo se quedó a medio camino de la transformación.Una mano llena de garras lo inmovilizó por el hombro y el frío metal de una daga atravesó su pecho.Axton empujó con saña hasta la empuñadura, sintiendo el latir del corazón de su hermano, siendo atravesado.—Ax…
NARRADORAEra su padre, su imagen espectral con la apariencia de muchos años atrás. Bailaba con una hermosa mujer de cabello azulado y ojos índigos.Se reían enamorados y danzaban por todo el salón, que ahora parecía animado por una fiesta de espíritus alegres. ¿Era un recuerdo o algo más?Repentinamente, la música flotando en el aire cesó y las siluetas resplandecientes de sus padres aparecieron frente a Damon. —Ma… má —con un nudo en la garganta la llamó.Ya no recordaba el calor de las caricias de su madre, pero cuando ella puso la mano en su mejilla fue como si regresara de nuevo a su infancia.—Todo está bien, hijo mío. Estamos juntos de nuevo… —ella miró a los ojos enamorados de su mate. El antiguo Rey Lycan también la observaba y luego se giró hacia Damon. —Cuida de nuestros nietos. Haz las cosas mejor que tu anciano padre. Serás un rey increíble —le dijo y el pecho de Damon se contrajo al verlos desaparecer en la nada. La música, el salón de fiesta, los recuerdos del aye
NARRADORA—Asher, yo… —de repente la hechicera se volvió tímida, ella que siempre había sido tan atrevida y seductora. Pero no más dudar. —¿Qué haces aquí, Eldora? —No quiero que te emparejes con esa mujer —le dijo la verdad, con egoísmo, con el derecho que le daba amarlo como una demente. —Yo no quiero, Asher, yo… yo te amo, te amo tanto… Sus palabras se quebraron, y al fin pudo soltar lo que tanto había retenido en su corazón. Caminó hacia él, que no solo esperaba al final del pasillo. Sus ojos carmesíes la miraban intensamente, pero no se apresuró a perdonarla como antes. —Eso no era lo que me decías… Sabía de tu maldición, estaba dispuesto a todo por ti. Tú fuiste la que siempre renegaste de este amor… —¡Porque no te quería hacer daño, entiende! —Eldora lloraba, las lágrimas rodaban sin cesar por sus mejillas de porcelana. —Odiaba en lo que me convertía. Si me hubieses tenido muriendo en tus brazos ¡¿acaso continuarías con eso?! Le preguntó, deteniéndose a menos de un m
NARRADORAUNOS MESES DESPUÉS…Bajo las capas y capas de pisos, en las profundidades del castillo lycan se cavó una enorme guarida, llena de oro y joyas resplandecientes.Porque hay pocas cosas que le gusten más a los dragones que el brillo y el esplendor.Sin embargo, los ojos de Shunayá ni siquiera se fijaban en el tesoro bajo su enorme cuerpo, sino en la mujer que tenía protegida contra su vientre.—Nena, respira profundo, ¿necesitas más de mi sangre? Damon y Ulric estaban nerviosos, sudando más que su hembra embarazada. Metidos entre las piernas abiertas de Lorien, que pujaba con jadeos contenidos. El vestido blanco de algodón se le pegaba a la piel y el cabello a la frente perlada por el esfuerzo. —Estoy… bien… ¡aaahhh! —rugió cuando sintió que más líquido escapaba de su interior. —¡¿Estás seguro de que esto funcionará?! ¡¿No era mejor traer una partera?! —Damon subió la cabeza para mirar a los ojos hermosos de su dragona, estaba angustiado. “Ella estará bien, no sufre, sol
NARRADORASu mate colocó sobre el cojincito preparado el huevo grande y brilloso, que al sentir el corazón mágico, se quedó tranquila cerca de la madre dragona.El agua purificadora lavó las heridas internas de Lorien y curó cada desgarro, limpiándola de sangre y residuos.Damon arrojaba las cosas sucias al recipiente bajo la montaña dorada, cambiando a su pareja para que estuviese más cómoda.Se habían preparado durante semanas para hacer esto ellos solos.Los dragones eran muy celosos con sus partos, y los lycan también.Un llanto y gimoteos agraviados les dijo que su hijo mayor ya requería atención.Lorien se giró de lado para agarrar a la cosita.Damon la ayudó a incorporarse y se sentó detrás de su espalda, pegándose él a Shunayá."Suave, cachorro, no desesperes, no puede herir a la madre" Ulric le daba instrucciones al espíritu inmaduro de su hijo.La boquita hambrienta se pegó del seno materno y comenzó a alimentarse.Damon rodeaba a Lorien con sus brazos y acariciaba con los