Los días en la oficina de Anastasia solían ser muchas veces más caóticos de lo esperado, si iba a permanecer incapacitada por lo menos debía tratar de dejar trabajo adelantado.Tenía días de no pisar su propia oficina, Heaven Ligths estaba luciendo opaca, le solía encantar el brillo que guardaba aquel espacio. Había decorado su ambiente con un árbol en el centro del lugar que en ocasiones lucia florecido y en otras con frutos colgado de él.Mantenía mucha luz natural en el espacio, porque gran parte del techo estaba cubierto de bellos ventanales de vidrio traslucido, así como se colaban los rayos del sol, también se podía ver el cielo azul, las gotas de lluvia y el arcoíris cuando se combinaban ambos.Estos últimos días había permanecido gran tiempo en casa, y cuando no, había salido al parque cercano a caminar un poco y despejar su mente, realmente lo necesitaba.Los exámenes para detectar la reaparición de esta enfermedad que la aquejaba llegaban a ser muy dolorosos, por eso siempre
Corría tan rápido como sus pies lo permitían, incluso estuvo a punto de dar un traspié, pero eso no le importaba en lo más mínimo. La cometa apenas rebasaba su altura y la cola estaba cerca de rozar el suelo. Así que apresuró el paso, siguiendo con su andar hasta brincar un tronco.-¡Sigue corriendo, Nicolae!- Escucho le decían y acatando la orden de su hermano, dio más velocidad a su movimiento, como si nada más importara.Y de pronto, sentía como el aire de la montaña de Alberta hacia su magia. Sintió el tirón y giró a ver como la cometa estaba reluciente, volando en lo alto del cielo. Sus colores verde y naranja armonizaban con las tonalidades del manto celeste, en el que el sol estaba por ocultarse.-¡Está volando! -Exclamó feliz -¡Papá! ¡Mira!-El rostro de su padre tenía impregnada una gran sonrisa y podía notar el orgullo que sentía por ellos marcado en sus ojos, una sensación de indescriptible cariño lo albergó unos momentos, un instante suficiente para ignorar la piedra en el
-Perdóname…- Pronunció con debilidad, solo para ser escuchado por ambos, sintiendo la necesidad de disculparse y hacerla detener si eso fuera lo que ella pensaba hacer, pero fue callado de inmediato con una mano que cubría toda su boca.-No es necesario. No quiero tus disculpas, de verdad agradezco que estés aquí- Dijo sonando cansada.Podría, quizá, no tener sentido para los demás, pero para él lo tenía todo. Conocía bien esa faceta en Ann, la había visto con anterioridad. Así que la jalo consigo, acurrucándola en su regazo, sosteniéndola fuerte cuando percibió aquella clara necesidad de sentirse cobijada por él.-No es que necesitemos hablar si algo te está incomodando, pero de ser esto último, me gustaría escuchar lo que está sucediendo y buscar una solución en conjunto- Menciono acompañado de un sutil suspiro- Sea lo que sea, estoy aquí para ti, si es Jhonathan dímelo, si es mi familia también, si alguien quiere hacer cosas malas en contra tuya, bien sabes que no lo voy a permitir
-Yo no quería llegar a esto contigo- Hablo irritado – Arrastrándote cual ladrón a su escondite ¿No te das cuenta que me hace ver ridículo--Pues, técnicamente es lo que estás haciendo, solo que presento, que si limamos asperezas hoy, podre tener algo de paz--¿A qué te refieres con eso? ¿Tener paz?- Preguntó extrañado por el tono de voz que ella estaba usando con él.-Me refiero a que…los dos cometimos errores. Yo por casarme y pretender vengarme de ti de esa manera y tú por acosarme, acecharme todo el tiempo de una forma tan detestable. No debiste haberlo hecho, pero también te debo una disculpa, porque deseo que te detengas, ya es suficiente--Pero yo también te he pedido perdón- La interrumpió, interviniendo de inmediato. -¿Para qué? Para nosotros ya es tarde. Aunque intentara reconstruir esa relación, sería difícil, prácticamente imposible- Su grito lo alarmo, la vio cómo se impulsaba levantándose del suelo mientras sus lágrimas corrían libremente por sus mejillas.La miraba fija
Permitió un largo minuto en silencio, sólo su mirada, su pecho contra el suyo, le permitían saber que estaba ahí tan cerca de él, que lejos de un sueño, ella era real.-No puedo quedarme, no me iré contigo ni mucho menos volveré a tu lado- Percibió su respuesta con un timbre de voz trémula -Te bese esperando que sintieras que las cosas ya no son iguales, pero aún más importante, ahora me doy cuenta que en el tiempo que llevo conociéndote, sé tan poco sobre ti porque tú nunca depositaste por completo tu confianza en mí-Esa afirmación lo hacía sentir confundido, dolido y molesto, no sabía si le incomodara más que lo besara para dejarle saber que no sintió nada o si dudara de su conexión.-¿Tú crees que no confío en ti?- Respondió con vehemencia mientras hundía su rostro en su cuello, besándolo tiernamente -Ann, te entregaría todo lo que tengo, así de grande es mi amor por ti--No hablo de ahora, Jhonathan. Hablo de todo, de antes. Fuimos pareja y nunca me contaste nada, ni siquiera de
La llegada a la empresa fue de miradas curiosas, susurros, comentarios y analisis desesperados de la cara del hombre, estaba claro que habian pasado cosas que el no se habia enterado, la incomodidad era mucha.Las cosas iban mejor que nunca, por lo menos lo podia afirmar con su relacion con la pelinegra, solo faltaba poder llegar a un buen punto con su hermano, que para su mal se rehusaba a poder entender que cada uno era dueño de sus acciones.Mientras sus manos acunaban su rostro, apoyado en la gran mesa de juntas, esperando a los directivos para empezar la reunion, no podia apartar el pensamiento de su mente, y tomo la mejor decision para su tranquilidad.No se quedaria con la duda, asi que tomo el telefono en el centro de la gran mesa de cristal, y marco la extension.-Despacho presidencial ¿Cómo puedo asistirle?- Se escucho del otro lado de la linea.-Te habla Nicolae, me gustaria que hicieras el papel de detective para tu jefe, necesito saber que es lo que esta pasando y porque
-Amaria ver tu cuerpo atrapado entre otros dos, y yo, en el sofa de la esquina visualizando como te tocan y te hacen suyo- Le describió la escena en su oido y luego poso sus labios en la piel sensible de su cuello.Recordaría la cara de Nicoale como el gran tesoro que guardan los piratas al encontrar algo que atesorar para futuro venideros, es que era oro puro.¡Dios! El panico era visible sobre lo que le habia planteado, casi podia ver los pensamientos volando a su alrededor.-Solo quiero irme, porfavor- Susurro el hombre intentando danzar alejandose de la multitud.Cosa que ella no permitio, y en cada vuelta lo volvia a acercar, se estaba disfrutando el juego.-Vamos Ann, ¿Quieres algo a cambio? ¿Ropa? ¿Viajes? Pide lo que quieras, pero dejame huir--¿Quién crees que soy? ¿Berlin? - Menciono con desagrado.-¡Obvio no!- Lo vio saltar dandole una respuesta apresurada – No eres ni nunca seras Berlin, eres Ann, la mujer mas maravillosa del mundo, la que agradezco a la vida haberme regal
__________________________________________________________________________________Tenía días sin ver a la ahora “Nueva pareja famosa”, y es que luego de la discusión con su hermano en la oficina seguía reflexivo, aprehensivo, ya no sabía cómo calificarlo.El punto era que no encontraba motivación en nada de lo que hacía, no cuando Nicolae era feliz siendo esposo de Ann. No cuando todo cuanto deseaba estaba fuera de su alcance. Pero al mirar los números y la satisfacción de los clientes de la empresa en cabeza de castaño menor le era difícil no sentirse orgulloso de su hermano.Mal que bien empezaba a comprender el afecto que Ann sentía por él, mas no lo aceptaba, aún estaba al pie del cañón, dispuesto a luchar por ella hasta el final.Y si continuaba reflexionando se encontraría odiándose, era un imbécil, porque flaqueaba en sus malditas decisiones, ver a Nicolae blando con él lo molestaba infinitamente, no quería ceder, quería ser implacable, sacarlo de su camino y que dejara que qu