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Capítulo 4 "Hannah"


En estos momentos estoy viendo asombrado a mi mate porque diosa, no es normal que una niña de dos ya tenga a su loba, siempre aparece un día antes de la transformación tanto para los hombres y mujeres lobo y eso solo pasa a los 16.


Joder no se qué hacer, yo no recuerdo que Dylan haya aparecido en mis primeros años de vida y que ella ya tenga a su loba, me asusta, no sé que podría causar esto a su edad.


"Tranquilo Blake, te aseguro que no le pasara nada, Hannah jamás le haría daño a Mack"


¡Demonios Dylan! tu dijiste días no minutos.


"Lo se lo sé, pero de seguro la Diosa Luna la envió antes"


-¿Blake estas enodado con nosotas?- me pregunta Mac triste haciendo que deje de hablar con Dylan.


-No mi niña solo... Estoy preocupado por ti - le digo esto porque sé que Hannah está escuchando.


-Hannah dice que no pasada nada, no si usdedes están con nosotas- tal parece que si estaba en lo cierto, Hannah me estaba escuchando y mi reconforta saber que mi niña va a seguir siendo una, ya que se le traba la lengua con algunas palabras.


-Claro que vamos a estar con ustedes, ahora cambiando tema ¿no tienes hambre? - le preguntó algo animado ya que no he comido desde hace unas horas y con esto me vendría bien ya que es mucha información que asimilar y todavía falta más porque no me voy a conformar con lo que me diga Dylan.


Las penas con pan son menos y espero que se compla.


-No, comí con nana antes de que tu llegadas.


-Bueno, entonces hermosa lobita, ¿te gustaría acompañarme a comer?- pregunto mientras la vuelvo a cargar y salimos de la habitación.


Diosa me empalaga todo esto y eso que solo son palabras, no me quiero imaginar lo que será más adelante- habla de pronto Hannah en mi cabeza.


Cariño, tanto nosotros como ellos disfrutaremos lo que hagan más adelante- le contesta Dylan seductoramente a Hannah, creo que se va hacer costumbre que aparezca en mi mente de ahora en adelante.


Dejen sus coqueteos fuera de mi cabeza-les digo algo molesto porque no me dejan pensar.


-¿Qué te pasa Blake?- pregunta inocente mi niña ya que cada que cualquier licántropo habla con su lobo, es como si se perdiera un momento de todo lo que pasa a su alrededor pero esto no quiere decir que dejemos nuestros instintos a un lado.


Si estamos hablando con nuestros lobos y hay peligro, lo detectamos inmediatamente.


-Nada princesa sólo que Dylan y Hannah no dejan de molestar- le digo divertido ya que se que esos dos nos escuchan.


-Hannah dice que edes un idiota- dice mientras me da una sonrisa como si me hubiera dicho algo bonito.


-Dile a Hannah que no te haga decir esas cosas- le digo algo molesto por que la haga decir palabrotas para una niña.


-¿Idiota es mala palaba?


-Si mi niña y no deberías volver a decir esa palabra otra vez, ¿de acuerdo?


-Si Blake- dice besándome la mejilla, logrando una sonrisa en mí, por fin puedo vivir lo que desde adolescente soñé.


Con toda esa plática llegamos a la cocina, dando gracias a la Diosa porque mi madre no está aquí, ya me imagino la regañada que le dio mi abuela porque a su parecer no es bueno que trate a un Alpha así.


-Bueno princesa, ¿segura de que no quieres nada para comer?-le preguntó en lo que la siento en una silla para bebés que creo que mi nana ya le consiguió.


-galetas- me dice mientras aplaude con una sonrisa.


-okey, deja veo si tenemos- me volteo a buscar en la alacena pero antes de acercarme siquiera mi nana entra junto con una malhumorada madre.


-Pero claro que hay galletas, las acabo de hornear- nos dice nana sacando un frasco grande lleno de ellas, Mac nunca sufrirá de postres como estos , a mi nana le fascina la repostería, de niño siempre me preparaba mis pasteles de cumpleaños y cuando llegaba con Bruno y Daniel de la primaria nos recibía con muffins o cualquier tipo de postre y para mi mamá era una pelea diaria con nana por que no le gustaba que nos diera tanta chuchería, sólo la diosa sabe como extraño esos momentos, aquellos en los que todo era fácil, mi hermano no era rogué, yo no tenía tantas personas dependiendo de mi.


-Tengo que revisar unos papeles- les digo a las mujeres y próxima mujer de mi vida.


Ninguna dice nada cuando salgo de la cocina hacia mi despacho, no estoy seguro de que sea buena compañía cuando pienso en el pasado, la verdad me agobio mucho con el "hubiera".


Al entrar a mi despacho me sorprendo encontrándome con mi padre sentado en unos de los sillones que se encuentran del lado derecho de mi despacho, en el lado izquierdo se encuentra la pared llena de libros y al fondo, en el centro está mi escritorio con papeleo que claro esta Bruno no realizo.


-Papá, que haces aquí, creí que estabas siguiendo la pista de Daniel- le pregunto dándole un abrazo.


-Hola a ti también hijo, ahora respondiendo a tu pregunta, estaba siguiendo su pista pero la perdí en México y pensé en regresar a casa para decirle a tu madre, sabes que sigue con la esperanza de que tu hermano recapacite.


-Si lo sé -antes de añadir otra cosa, tocan la puerta.


-Blake, alguien quiere verte- dice mi madre del otro lado de la puerta y al abrirla me encontré con mi madre y a mi mate en sus brazos no muy feliz, ya me había comentado que no le era de su agrado desde que me mandó a encerar.


-Blake no estes tiste, no te lempase por unas galetas-me dice tiernamente mi lobita, pero lo que no sabe es que no es por ella por lo que me puse triste pero que lo pensara me hace feliz de nuevo.


Aun siendo una niña ya se preocupa por mí, sé que es lo mismo que puedo recibir de mi familia pero el cariño de una persona fuera de ella se vuelve especial, mas cuando se que ella es la indicada, que con ella está mi futuro.


-Es que...te olvidaste de mí por unas galletas hace dos días-le digo fingiendo estar triste y casi no lo logró por la cara de mi niña ya que puso una de cuando te atrapan en una travesura y es la cosa más divertida que vi.


-Hijo ¿Quién es la niña?- pregunta mi padre interrumpiendo mi actuación.


-Stephen ¿Cuándo volviste?- dice feliz mi madre mientras me da a mi mate y camina hacia mi padre para después abrazarlo mientras le da un beso.


-Hace poco querida, sólo que quería hablar antes con Blake - le dice después de terminar su beso.


-Me alegro mucho de que hayas vuelto y dime ¿lograste ver a Daniel?- le pregunta esperanzada, por eso creo que es momento de interrumpir ya que se, que a mi padre le cuesta mucho decirle cada vez que pregunta eso que no ha podido encontrar a su hijo.


-Padre, te presento a Mackenzie, mi mate- fue lo único que se me ocurrió para interrumpir su plática.


-y Hannah- continua mi lobita algo enojada por olvidarme de su loba.


-y quien es Hannah- preguntan ambos al mismo tiempo e igual de confundidos.


Contestó antes que mi mate.


-creo que tenemos que hablar, porque tal parece que Mack y yo no somos del todo normales entre los licántropos.


-¿Cómo lo supiste?- pregunta mi padre sorprendido.


-bueno es que....esperen ¿ustedes lo sabían?- creo que este día está lleno de sorpresas.


En un solo día descubro que mi mate es especial al igual que yo, que tanto Dylan como Hannah son unos de los primeros lobos en existir y que mis padres sabían sobre esto.


¿Qué más puede pasar?

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