Lilian los buscó y los encontró ahí dormidos, abrazados, ella también sentía mucho la muerte de su amiga, habían pasado muchas aventuras juntas a lo largo de su vida, ella y la madre de Ana eran como sus hermanas, no podía creer que se hubiera ido, ya estaría en ese momento contándole a Alicia todas sus aventuras, sonrió al imaginárselas juntas.Afortunadamente, Carmen se hacía cargó de los pequeños, en la casa nadie parecía tener ánimos de nada, cuando los gemelos preguntaron por lo que había pasado con su abuela, Ana y Antón hablaron con ellos sobre eso, ya no eran tan pequeños como para no entenderlo, lloraron al saber que ya no podrían verla.Pasaron unos días después del sepelio de Sandra, Cristina y Rob solo estarían un par de días más, querían continuar por su viaje alrededor del mundo.Primo, no quisiera dejarlos, pero aquí no me dejaran en paz mis padres ni mi hermano, saben que los amo infinitamente, para mí ustedes son mis hermanos.Dijo con profunda tristeza, abrazó a Antó
Poco después trasladaron al bebé a una habitación, se quedaron los dos con él, estaría en observación por esa noche, aparentemente no quedarían secuelas por lo que había ocurrido.En Sicilia, Ana estaba muy contenta, era la primera vez que Javi y Laura la visitaban, hablaban continuamente por teléfono, tenía tiempo de no verlos, antes de ir le dijeron que le tenían una sorpresa, no supo que era hasta que fue a recogerlos al aeropuerto, cuando los vio acercarse no lo podía creer, Laura estaba embarazada.—Amiga, no puedo creerlo, estás embarazada.—Así es, y mucho, gracias a este.—Dijo señalando a Javi mientras reía ampliamente.—Ella es la autora intelectual y ahora me culpa.—Ja, ja, ja, ustedes dos no cambian, genio y figura.La visita de sus amigos había logrado darle un poco de alegría en medio de su tristeza, Antón ahora que veía que Javi era pareja de Laura lo empezó a tolerar, sobre todo al ver que la chica estaba embarazada, eso quería decir que iban en serio.—Amiga, te tene
Cuando llego a la villa subió a su habitación, ahí estaba Alondra sentada sobre la mecedora con su bebé en brazos, se quedó escuchando la canción que le cantaba, era muy bonita y ella tenía una voz preciosa, pensó que bien hubiera podido ser cantante, sonrió ante ese pensamiento, afortunadamente no lo fue por eso podía estar ahí con él y pudo darle ese precioso hijo, jamás había pensado en tener otro hijo de nuevo, sin embargo, ahí estaba y era muy feliz por ello.Ella, al notar que él estaba ahí, se quedó callada enseguida y volteó hacia otro lado, estaba muy molesta, como podía tratar a Eva con esa sutileza después de lo que había hecho, debería tenerla internada en un manicomio, mientras estuviera libre sería un peligro constante para su hijo.Volteó a ver al bebé que dormía en sus brazos, una tierna sonrisa apareció en su rostro, no podía creer que de ella hubiera salido un ser tan perfecto, tan hermoso, en ese momento olvidó por completo que estaba molesta.—Aún no puedo creer qu
Rob y su padre investigaron el paradero de Cristina, la familia Mondragón era muy fácil de localizar, sobre todo porque a los padres de la chica les gustaba llamar la atención para aparentar, querían hacer todo lo posible porque creyeran que ellos eran los herederos universales de la abuela, así se les abrirían muchas puertas.Cuando localizaron a la familia de la chica, se presentaron inmediatamente en su casa, afortunadamente Lucas no se encontraba ahí, Rob sabía que con él no se jugaba y podría ser un gran problema, no quería poner en riesgo a su padre.Los padres de Cristina conocían a la familia del chico, habían escuchado hablar mucho sobre ellos, eran unos prestigios arquitectos, además tenían una empresa de arte y diseño, la cual había ganado varios premios, haciéndose con ello fama a nivel internacional.—Buenos días, señor Milano, es un gran gusto tenerlo aquí en nuestra casa.—No puedo decir lo mismo señor Mondragón, su hijo ordeno golpear a mi hijo, eso no voy a pasarlo po
Ana palideció también al escuchar aquella terrible noticia, Mondraco era la mano derecha de Antón, en ocasiones hasta él parecía el jefe, Antón tenía puesta toda su confianza en él, era de la vieja escuela, un hombre que respetaba su palabra cuando la daba.—¿Mondraco ha muerto?—No, afortunadamente aún no subía a su camioneta, pero estaba cerca, la explosión lo aventó varios metros, su estado es reportado como grave, voy a hora mismo al hospital.—Irá contigo.—Está bien, solo hay que pasar a dejar a tu tía con Carmen y nuestros hijos a la casa.Después de hacerlo se dirigieron al hospital, Antón se sentía muy nervioso, al llegar los dos hijos de Mondraco ya se encontraban ahí, Dido en cuanto vio a Ana se acercó a saludarla ignorando a Antón a propósito, su hermano también lo hizo.—Hola preciosa, gracias por venir. —Antón intentó tranquilizarse, no haría un escándalo en la sala de un hospital y menos en medio de lo que estaba pasando con Mondraco.—Hola Dido, ¿Cómo está tu padre?—A
Teo entró de nuevo en el hospital, ahora estaba apenado con Antón, recordó lo que le decía su padre, no es bueno formar parte de los líos de otros y si te ves obligado a hacerlo, debes primero escuchar las dos versiones, no todo es lo que parece, ni es cierto todo lo que algunas personas dicen.Se sentó en la sala de espera junto a los hermanos de Elena, ellos estaban tan metidos en sus pensamientos que no ponían atención en quién iba o venía, la chica entró un poco después, él ni siquiera volteó a verla, Antón estaba sentado junto a Ana, Teo los observó por un momento se veía que se amaban, el rostro de ella reflejaba mucha paz y calma, en cambio, Elena era un terremoto, hacía temblar todo por donde pasaba, quizá era su inexperiencia y juventud, o tal vez la manera en la que había sido criada.Antón notó la manera en que Teo miraba a Ana, se le quedó viendo de mala manera obligándolo a bajar la mirada, quizás había malinterpretado su intención, tomó la mano de su esposa para besarla
Dido se había instalado en la casa con Elena, Teo seguía en la casa de los guardaespaldas, su novia lo visitaba todos los días por la tarde, hacían juntos los trabajos de la universidad, Elena los veía por la ventana, casi siempre se sentaban en la mesa del jardín.Le llamaba la atención que jamás veía alguna interacción entre ellos, que fuera más allá, nunca se abrazaban o daban un beso, con un novio como Teo ella no lo dejaría ni un solo momento, le tendría las manos encima todo el tiempo, se ruborizó al pensar en eso.El chico se daba cuenta de que ella siempre estaba observándolos, ¿Acaso no tenía otra cosa que hacer Elena? Se preguntaba.—Tienes que ayudarme. —Elena se acercó para hablar con Dido.—¿Para qué quieres mi ayuda Elena? —Preguntó, desconfiaba de Elena, siempre trataba de inmiscuirlo en sus caprichos.—Para alejar a una persona de otra. —Dijo, haciendo un puchero, eso siempre le funcionaba cuando quería algo.—Ja, ja, ja, ¿A quién harás sufrir ahora hermanita?—No es g
Al llegar a su casa, poco después de que entraron, Gabriel recibió una visita inesperada, al abrir la puerta pudo ver que su casa estaba prácticamente rodeada, sus hombres habían sido sometidos fácilmente, y ahí estaba ese hombre, era alguien a quien no pensaba que volvería a ver jamás, no podía creer que estuviera ahí en su casa, eso indicaba que después de tantos años lo habían encontrado, el consejo no perdonaba, la presencia de ese hombre frente a él le indicaba que estaba en graves problemas.—Qué tal Santoro, ¿Creíste que nunca te encontraríamos?—Mondraco, ¿Qué hace una alimaña como tú en mi casa?—Me ha enviado el consejo a darte un ultimátum, tienes una semana para entregarte o tu linda familia pagará las consecuencias, acabaste con la familia de nuestro jefe, y eso tienes que pagarlo.—Se me olvidaba que eres el perro faldero de la organización, al que siempre envían a hacer el trabajo sucio porque no sabe hacer otra cosa.—Ja, ja, ja, puedes decir lo que quieras, me alegro