Había una segunda intención cuando ella decidió revelar aquello. Quería dejar que Ethan pensara y creara varias teorías en su cabeza, después de todo, seguiría trabajando para él, así que debía tener un as bajo la manga en caso de que su embarazo fuera revelado de alguna forma.Claro que usar el nombre de Mateo en todo lo que estaba haciendo era incorrecto, pues él no sabía nada, así que buscaría una manera de recompensarlo por todo lo que estaba haciendo por ella, aunque fuera indirectamente.De todas las reacciones que esperaba de Ethan, la que él expresó fue inesperada. La miraba sorprendido, como si acabara de escuchar un absurdo.— ¿Desde hace cuánto tiempo? — Preguntó serio, después de un momento en silencio.— Hace solo unos días — respondió.— ¿Acaban de encontrarse y ya están viviendo juntos? — cuestionó.— Él no es un extraño, nos conocemos desde hace mucho tiempo, no estoy haciendo ninguna tontería.— Aun así, ¿no crees que estás siendo precipitada? — Indagó.— ¿Por qué dice
Mateo no podía creer lo que acababa de ver.—¿Qué crees que estás haciendo, desgraciado? —preguntó Mateo enojado.Sin pensarlo dos veces, se lanzó sobre Ethan y le dio un puñetazo en el ojo.—Mateo, por favor, para —suplicó Sofía desesperada.—¿Qué significa esto, Sofía? —preguntó furioso.—No es nada, vamos a hablar adentro —pidió ella.—¿Cómo que no? —la cuestionó—. ¿Este no es tu jefe que se va a comprometer mañana? ¿Qué se cree que está haciendo?—No es lo que piensas —respondió Ethan.Contrario a lo que Sofía pensó, Ethan no dio señales de querer devolver la agresión de Mateo.—¿Y tú acaso sabes lo que estoy pensando?Mateo intentó golpear a Ethan de nuevo, pero Sofía, desesperada, lo detuvo.—Creo que me lo merecía —comentó Ethan, refiriéndose al puñetazo.—¡Vete, Ethan! —le pidió Sofía.—Está bien —respondió—. De verdad, perdóname por esto —le dijo a Sofía antes de irse.Ethan subió a su auto, lo encendió y se fue de allí.Después de verlo alejarse, Sofía miró a Mateo, que la ob
El rostro de Mateo palideció tanto que parecía haber visto un fantasma.—Estás bromeando, ¿verdad? —rió nervioso.Pero notó que en ningún momento Sofía parecía titubear. La expresión seria de su rostro demostraba que no estaba bromeando.—No es una broma —respondió ella.—Sofía, ¿no te das cuenta de que estás arruinando tu vida?—¿Planeas decir eso a todas las mujeres que te digan que están embarazadas? —le cuestionó nerviosa—. ¿Recuerdas que le dijiste lo mismo a Aurora y después te arrepentiste?—Perdón —pidió apenado.—Mateo, ¿de verdad crees que puedes decir lo que quieras cuando te enojas? ¿Crees que es esto lo que una mujer embarazada quiere oír cuando te confía algo así? —Se levantó—. Me has decepcionado.Dejó a Mateo en la sala y caminó hacia su habitación. Contenía el llanto solo para que él no la viera en ese estado.Ya no bastaba con lo que había pasado entre ella y Ethan, ahora estaba Mateo diciendo aquello.¿Qué tan insensibles podían ser los hombres?Sabía que su reacción
Por la mañana, el celular de Sofía no paraba de sonar, despertándola de un sueño profundo y perturbado.Al mirar la pantalla, casi le da un mini infarto. Era Eva.El reloj marcaba las cinco de la mañana. ¿Qué diablos quería esa mujer a esa hora?—¿Hola?—¿Por qué tiene Ethan el ojo morado? —preguntó Eva directamente, del otro lado de la línea, sin ninguna ceremonia.—¿Qué? —preguntó confundida.—Ethan llegó ayer con el ojo hinchado y hoy amaneció morado. ¿Qué pasó?—No lo sé —respondió asustada.—No seas cínica, Sofía, es mejor que no me ocultes nada. Sé que trabajaron juntos hasta tarde, no es posible que no hayas visto nada.—Sí, trabajamos juntos —explicó—. Pero no vi nada extraño hasta el momento en que estuvimos juntos.Claro que no le contaría a Eva lo que pasó, no estaba loca.Ethan cometía sus tonterías y al final todo recaía sobre ella.—¿Crees que soy idiota? —preguntó Eva.Aunque parecía estar nerviosa, la voz de Eva estaba muy baja. Seguramente estaba en el apartamento de E
— ¡Una niña! — Kate repetía feliz, mientras caminaban por el pasillo del hospital.— No puedo creerlo. — Los ojos de Sofía llegaban a brillar.— Necesito comprar algo para ella. ¿Cómo será su nombre, Sofía?— Aún no lo sé. Con tantas cosas que pasaron, ni siquiera me detuve a pensar en un nombre para ella.— Entonces necesitamos encontrar un nombre rápidamente. ¿Qué tal Sky? — preguntó emocionada.— No se puede, ese es el nombre de una TV por cable en México. — Respondió.— ¿Y Honda?— Marca de automóvil.— ¡Vaya!— Quiero un nombre con un significado bonito — explicó.— Voy a investigar algunos para ti.Al doblar el pasillo, las dos acabaron topándose con Daniel.Al verlas, él pareció ponerse nervioso.— ¿Qué haces aquí? — Preguntó Daniel, dirigiéndose a Kate.Sabía que él no tendría el valor de hacer algo allí, ya que era su lugar de trabajo. Aunque el pasillo estuviera vacío, había cámaras por todos lados.— No es asunto tuyo — ella respondió.— ¿Por qué estás en el hospital, eh? —
— Pensé que no vendrías a trabajar hoy — dijo Sofía.— Y no lo haré — respondió. — Pero el director general del hospital me llamó, pidiéndome que viniera aquí por un momento.— Entiendo.— ¿Ya te hiciste tus exámenes?— Sí, acabo de hacerlos — respondió calmadamente.— ¿Está todo bien con él? — se refirió al bebé.— Con ella — lo corrigió. — ¡Acabo de descubrir que es una niña! — dijo sonriente.— Mis felicitaciones.Mateo percibió que aunque las circunstancias del embarazo de Sofía no fueran favorables, ella parecía muy feliz con ello. Aun así, no podía dejar de sentir un nudo en el pecho. Tal vez fueran celos, o indignación, por no ser él la persona que le traía esa felicidad.Cuando Sofía estaba feliz, sus ojos sonreían antes que sus labios, lo que le daba su manera única. Observar aquello lo hizo arrepentirse amargamente de nunca haberla visto como mujer.— Estábamos tan felices, cuando acabamos encontrándonos con ese monstruo.— Sofía, dime. ¿Qué tiene él contra ella que la hace t
Después de salir del hospital, las dos pasaron por una tienda departamental infantil y compraron algunas cosas para la bebé. Sofía compró varias prendas para vestir a la bebé en el día a día, mientras que Kate le regaló un conjunto rosado y unos zapatitos muy delicados.El ajuar se iría armando poco a poco, con cosas realmente necesarias, ya que debía ahorrar dinero para el parto. Aunque el seguro médico cubriera algunos gastos, era importante guardar dinero para cualquier imprevisto. La familia de Sofía también le envió dinero. Como además tenía participación en las acciones del hostal de sus padres, recibía una cantidad mensual. No era mucho, pues al convertir reales a dólares el monto quedaba bajo, pero en su situación, todo dinero era bienvenido.[...]—Amiga, creo que deberías ser maquilladora. Tus maquillajes son increíbles —dijo Sofía al mirarse en el espejo.Kate sabía maquillar muy bien y demostraba tener talento en esa área.—Solo le agarré el truco. Cuando era más joven, suf
Los dos ya estaban listos para salir de casa cuando Kate susurró al oído de Sofía:—Quisiera ser una mosca en la pared, solo para ver qué pasará allá —dijo ella.—Amiga, yo daría todo por no saber nada —respondió Sofía.—No te desanimes, y no dejes que nadie te menosprecie, ¿me oíste? —le advirtió.—Está bien.Subiendo al auto de Mateo, se dirigieron al lugar del evento.Mientras iban en el coche, los dos hablaron sobre lo ocurrido más temprano.—Creo que encontré una forma de ayudar a tu amiga —anunció Mateo.—¿Hablas en serio? —preguntó sorprendida.—Sí. Por coincidencia o no, ese hombre cayó en mis manos.—¿Cómo así?—Mi venida a Estados Unidos no fue solo para acompañar a los residentes —explicó—. Soy socio del nuevo hospital que se está construyendo en Boston.—Vaya, ¿qué tan rico eres?—Ni quieras saberlo —bromeó.—¿Y qué tiene que ver Daniel con esto?—Daniel está entre los candidatos para trabajar en Boston. Es una oportunidad única y exclusiva, cualquiera que la consiga despeg