— ¡Una niña! — Kate repetía feliz, mientras caminaban por el pasillo del hospital.— No puedo creerlo. — Los ojos de Sofía llegaban a brillar.— Necesito comprar algo para ella. ¿Cómo será su nombre, Sofía?— Aún no lo sé. Con tantas cosas que pasaron, ni siquiera me detuve a pensar en un nombre para ella.— Entonces necesitamos encontrar un nombre rápidamente. ¿Qué tal Sky? — preguntó emocionada.— No se puede, ese es el nombre de una TV por cable en México. — Respondió.— ¿Y Honda?— Marca de automóvil.— ¡Vaya!— Quiero un nombre con un significado bonito — explicó.— Voy a investigar algunos para ti.Al doblar el pasillo, las dos acabaron topándose con Daniel.Al verlas, él pareció ponerse nervioso.— ¿Qué haces aquí? — Preguntó Daniel, dirigiéndose a Kate.Sabía que él no tendría el valor de hacer algo allí, ya que era su lugar de trabajo. Aunque el pasillo estuviera vacío, había cámaras por todos lados.— No es asunto tuyo — ella respondió.— ¿Por qué estás en el hospital, eh? —
— Pensé que no vendrías a trabajar hoy — dijo Sofía.— Y no lo haré — respondió. — Pero el director general del hospital me llamó, pidiéndome que viniera aquí por un momento.— Entiendo.— ¿Ya te hiciste tus exámenes?— Sí, acabo de hacerlos — respondió calmadamente.— ¿Está todo bien con él? — se refirió al bebé.— Con ella — lo corrigió. — ¡Acabo de descubrir que es una niña! — dijo sonriente.— Mis felicitaciones.Mateo percibió que aunque las circunstancias del embarazo de Sofía no fueran favorables, ella parecía muy feliz con ello. Aun así, no podía dejar de sentir un nudo en el pecho. Tal vez fueran celos, o indignación, por no ser él la persona que le traía esa felicidad.Cuando Sofía estaba feliz, sus ojos sonreían antes que sus labios, lo que le daba su manera única. Observar aquello lo hizo arrepentirse amargamente de nunca haberla visto como mujer.— Estábamos tan felices, cuando acabamos encontrándonos con ese monstruo.— Sofía, dime. ¿Qué tiene él contra ella que la hace t
Después de salir del hospital, las dos pasaron por una tienda departamental infantil y compraron algunas cosas para la bebé. Sofía compró varias prendas para vestir a la bebé en el día a día, mientras que Kate le regaló un conjunto rosado y unos zapatitos muy delicados.El ajuar se iría armando poco a poco, con cosas realmente necesarias, ya que debía ahorrar dinero para el parto. Aunque el seguro médico cubriera algunos gastos, era importante guardar dinero para cualquier imprevisto. La familia de Sofía también le envió dinero. Como además tenía participación en las acciones del hostal de sus padres, recibía una cantidad mensual. No era mucho, pues al convertir reales a dólares el monto quedaba bajo, pero en su situación, todo dinero era bienvenido.[...]—Amiga, creo que deberías ser maquilladora. Tus maquillajes son increíbles —dijo Sofía al mirarse en el espejo.Kate sabía maquillar muy bien y demostraba tener talento en esa área.—Solo le agarré el truco. Cuando era más joven, suf
Los dos ya estaban listos para salir de casa cuando Kate susurró al oído de Sofía:—Quisiera ser una mosca en la pared, solo para ver qué pasará allá —dijo ella.—Amiga, yo daría todo por no saber nada —respondió Sofía.—No te desanimes, y no dejes que nadie te menosprecie, ¿me oíste? —le advirtió.—Está bien.Subiendo al auto de Mateo, se dirigieron al lugar del evento.Mientras iban en el coche, los dos hablaron sobre lo ocurrido más temprano.—Creo que encontré una forma de ayudar a tu amiga —anunció Mateo.—¿Hablas en serio? —preguntó sorprendida.—Sí. Por coincidencia o no, ese hombre cayó en mis manos.—¿Cómo así?—Mi venida a Estados Unidos no fue solo para acompañar a los residentes —explicó—. Soy socio del nuevo hospital que se está construyendo en Boston.—Vaya, ¿qué tan rico eres?—Ni quieras saberlo —bromeó.—¿Y qué tiene que ver Daniel con esto?—Daniel está entre los candidatos para trabajar en Boston. Es una oportunidad única y exclusiva, cualquiera que la consiga despeg
En la cabeza de Sofía había surgido una idea que nadie podría quitarle. Quería juntar a Mateo y Kate, pues sentía que los dos podrían formar una hermosa pareja.—Te ves muy diferente hoy —comentó Mateo.—Solo estoy feliz por darme cuenta de que las cosas sí pueden volver a su lugar —explicó.—Qué bueno que pienses así, me gusta verte optimista.—Espero que después de este compromiso, pueda mantenerme bien lejos de todo lo que tenga que ver con la vida personal de Ethan.Él pensó en decirle que sería más fácil si renunciara a su trabajo, pero decidió que debía cuidar más sus palabras. Si ella había tomado esa decisión, solo debía aceptarla y respetarla, independientemente de lo que él considerara correcto o no.Cuando llegaron al salón donde se llevaba a cabo el evento, se sorprendieron por la cantidad de personas de la prensa que estaban allí.—Parece que a tu jefe le gusta llamar mucho la atención, ¿no? —comentó Mateo.—No es él, es la novia —explicó—. Eva quiere mostrarle al mundo en
Fuera farol o no, sabía que la única persona que perdería con toda esa exposición sería Sofía, quien le había confiado su secreto.Ella no lo perdonaría.—Eres realmente un hombre sin escrúpulos —dijo Mateo, sentándose en su silla y bebiendo su trago de un solo sorbo.Al ver que el hombre no tendría el valor de hacer lo que dijo, Ethan se sentó a su lado y comenzó a hablar.—Lamento lo que pasó ayer.—No quiero oír tus disculpas —respondió Mateo.Mateo intentaba no mostrar su enojo a las otras personas que los observaban cerca, pero era difícil estar al lado de Ethan y no querer golpearlo en la cara. Lo odiaba porque, además de ser culpable de todo lo que Sofía estaba pasando, fue Ethan quien hizo que ella dejara de amarlo.Como Sofía estaba tardando un poco, Mateo se quedó sin tema de conversación y pensó en qué podría decir.—Tu novia es muy bonita —comentó.—Sí, lo es —respondió Ethan.—Supongo que cuando se casen, tendrán hijos enseguida, ¿no?—No será así.—¿Oh, no? —preguntó curi
— Me enteré de que Ethan es bueno contigo. ¿Qué hiciste para ganarte el aprecio de mi yerno?¿Era su impresión, o esa mujer estaba tratando de insinuar algo?— El señor Smith es bueno con todos sus colaboradores, siempre que hagan sus tareas adecuadamente — resaltó.— Vaya, vaya, qué bien preparada estás en tus respuestas — comentó.— Solo me gusta dejar las cosas bien claras, para que no haya ningún malentendido — explicó.— ¿Cuántos años tienes, Sofía?— Veintisiete — respondió.— Casi la misma edad que Eva — comentó. — Tú también eres muy bonita y hablas muy bien.— Gracias.— ¿A qué se dedica tu novio?— Es médico — respondió.— Es increíble que con la buena profesión que tiene, aún te deje trabajar como secretaria. Debería cuidarte más, ¿no crees?— Bueno, nosotros no mezclamos las cosas, además, él es solo mi novio, no tiene ninguna responsabilidad sobre mí.— Aun así, como mínimo, deberías estar trabajando para él, no para otro hombre.— Ya trabajé con él por un buen tiempo, per
El ruido de las copas cayendo y rompiéndose llamó la atención de muchas personas en el salón, incluyendo a los dos hombres que estaban sentados a la mesa.Sofía estaba caída en el suelo. Además de haberse caído de mala manera, estaba empapada de bebida y con algunos cortes en el brazo y el hombro.Al ver la escena, Mateo y Ethan corrieron rápidamente por el salón, dirigiéndose hacia donde ella estaba.— Ay — dijo ella, quejándose de dolor.— Ya basta, levántate ahora, que estás llamando la atención. No seas dramática. — Dijo Eva, dándose cuenta de que había llamado más la atención de lo que imaginaba.— Sofía, ¿estás bien? — preguntó Mateo, agachándose a su lado.Pero antes de que pudiera responder algo, Ethan también se acercó. Al notar su expresión de dolor, no lo pensó dos veces y la tomó en brazos.Sin importarle la mirada de todos en ese lugar, Ethan atravesó el salón de fiestas con Sofía en brazos. La escena fue tan inusual que hasta la orquesta dejó de tocar.Aquella escena dejó