América despertó un tanto desorientada se encontraba en una habitación del hotel pero no era la suya, de repente recordó lo ocurrido el día anterior, se preguntó ¿Qué hora era?, ¿Cómo podría dar la cara ante Hans y sus compañeros?, se sentía avergonzada y molesta consigo mismo por no saber manejar la situación, en definitiva Juan tenia razón si no lograba controlarse perdería no solo esa oportunidad sino las siguientes.

Se levantó de la cama y miró por la ventana, respiró profundo debía afrontar las consecuencias no había nada más que hacer, entro al baño y después de enjuagarse la boca con dentífrico se vio una última vez en el espejo y salió de la habitación, por un momento pensó que estaba sola hasta que llegó a la terraza.

—Buen día, por favor ven a servirte—, dijo amablemente Juan.

—Pensé que estaba sola.

—No, por favor siéntate y lo más importante, relájate, hable con Hans y le pedí un par de días para que te recuperes.

—¿Qué le dijiste que tengo?

—Un problema estomacal, le dije