Mónica Calor, lujuria, extremidades, sudor, placer, deseo, crudo y salvaje, el sexo es muchas cosas entre esos delicioso si ambas partes entregan una ínfima parte de su mismos para entregar placer, aunque de un tiempo para acá sólo busco mi placer y con ello viene el regalo extra de su propio placer. La vida de muchas vueltas, en eso estaba pensando mientras salía a escondidas de la habitación de semejante semental que me acabo de comer, pero yo no me quedó a dormir en casa de nadie, me gusta mi cama, mi almohada y mis cosas. — No tienes por qué irte a escondidas — la voz adormilada de dicho semental se escuchó en la oscuridad de la habitación, dándome un susto de muerte. Me asusté por sus repentinas palabras y pasaron varias cosas, se me cayó lo que traía en mi manos, apareció mágicamente algo con que golpearme el dedo pequeño de mi pie y caí de culo maldiciendo como un camionero. — ¡Por Dios! Casi me matas de un infarto— me queje mientras intentaba ver a oscuras y recuperarme
ROMINASólo quería llegar a mi casa, no era mucho pedir. Sentía que el taxista iba en modo caracol, y todos los semáforos iban en rojo en cada puta calle, me palpitaban la sien de lo mal que me había salido esta noche.Que él fuera el hombre de la discoteca ya era una cosa, pero que también fuera el hombre que deje plantado por accidente y que posterior a eso me plantó él a mí, ya me parecía demasiado hasta para mí y mi bendita suerte.Desde pequeña supe que está vida era de tiburones y pececillos y que a mi me consideraban un pequeño pez y no me importo, mi madre siempre me dice que todos tienen un lugar en la vida y siempre creí que ese era el mío, pero estaba comenzando a cansarme de que siempre quisieran pisarme, por que tuvo que cobrarse de esa manera el que lo dejara plantado, con decir que no bastaba.Le di un puñado de billetes al hombre que me acompañaba y que no dejaba de mirar mis tetas por el retrovisor, busque mis llaves y me bajé para no tener que andar despistada en la
ROMINA Al salir del la casa decidí tomar un taxi, nos internamos al tráfico de la ciudad para llegar lo más rápido posible al zoo, sería más rápido en metro, pero me daba pánico perder a Luciano en este. Mi hijo estaba extasiado en el auto mientras mamá y yo reíamos viviendo su felicidad y su parloteo incesante y lo hacía cada vez que estaba emocionado, hasta el taxista estaba sonriendo mientras lo veía por el espejo retrovisor y era en esos momentos que pensaba mucho en el padre de Luciano. Me hubiera gustado que lo conociera y que viera lo maravilloso que es nuestro hijo. —¿ Estás bien mami? — preguntó mi hijo casi llegando al zoológico— te pusiste triste, ¿ Estás triste? Todos nos quedamos callados en el taxi y sentí más de una mirada puesta en mí. —Es solo que todavía tengo sueño, pero nada que otra taza de café no quite, mi cielo lindo —me excusé abrazandolo. Él iba en el medio de mi mamá y yo en la parte de atrás del taxi, él recibió el abrazo con gran afecto como siempre
ROMINALuciano y yo teníamos una rutina cada domingo, yo despertaba a eso de las ocho y él me seguía poco después, desayunamos panqueques yo con fruta y miel y el con jarabe chocolate, yo venía café y el su chocolate frío o caliente dependiendo del clima, él se iba ver unos documentales mientras yo me ponía a lavar ropa, organizar la nevera y ver si debíamos comprar algo, limpiar la casa y otras cosas más.— Me gusta mucho ver a los elefantes — mi hijo seguía extasiado con el zoo y así sería por unos días más — sabias que se organizan en manadas de unos 20 miembros, miden casi 4 metros los ejemplares más grandes y pueden llegar a pesar más de 6.000 kilos. Suelen vivir alrededor de 70 años y tienen el periodo de gestación más largo de todos los animales: 22 meses. Nada más nacer, las crías ya pesan más de 100 kilos. La— Es genial mi amor, no sabía— en serio no sabía nada de eso excepto por lo del embarazo más largo.— Es que soy muy inteligente — se le inflo el pecho como un gallo. Or
CARLOTAUn cosquilleo en mi espalda me hizo estremecer trayendo me a la tierra de los vivos el sábado por la mañana, el cosquilleo se repite al costado de mi acariciando también un de los senos, me remuevo, pero manteniendo los ojos cerrados.— La bella durmiente no quiere despertar — susurro alguien en monóxido y sonreí por inercia.— A la bella durmiente no la dejaron dormir anoche — replique con los ojos aún cerrados.Escuché una carcajada resonando en toda la habitación que me hizo sonreír ampliamente y abrir los ojos y allí estaba Viken gloriosamente desnudo, con una linda sonrisa y sus ojos brillantes, seguía acariciando mi espalda para mi total deleite, la noche anterior fue fantástica y terminó aún mejor, este hombre era insaciable y me encanta que fuera así, pero todo llega a su fin y es hora de irme.—Debo irme —me levante estirando mi cuerpo.—¿Cual es la prisa? — preguntó nunca dejando su sonrisa.—Ninguna, todo lo lindo tiene fin— fue mi respuesta.—No, si no quieres. — r
ROMINAAl parecer tenía aún mi trabajo con Mon y estaba aliviada y contenta por esa parte, pero la otra parte en la que tenía que verlo seguido no me gustaba mucho, mientras más lejos este de mí mejor. Al parecer el universo no quiere cumplirlo.Aún seguía callada y cuando se me había ocurrido una buena respuesta mi jefa salió de su oficina interrumpiendo el momento .El sábado Genoveva tuvo no se que percance y no pudieron firmar contrato por lo que lo están haciendo hoy.— Pasen a sala B les tenemos unos aperitivos mientras revisamos el contrato — pidió Genoveva en cuanto se dio cuenta que él estaba aquí— lamento mucho no atenderlo el sábado.— No se preocupe, el sábado también tuve un compromiso— incumpla cabeza en saludo. Manteniendo una distancia prudente de Genoveva.Mi jefa tenía la mala costumbre de acariciar demás a quien le guste y al parecer el señor Collins no es la excepción.— Bueno, me alegra a ver solucionado todo y ahora me tienes para ti solita — suelta como si yo no
2 2ROMINAMónica llegó a lo mucho tres minutos después y nos preguntó si estábamos bien.— ¿ Estás bien?— Preguntó con su carita de hada preocupada — Paco llamo y dije que el ascensor había perdido energía.Mónica sabe de mi aberración a los lugares reducidos y oscuros, trate de tragar con dificultad y no por estar encerrada en un ascensor, el beso aún resuena en mi mente como un Gong en el que las imágenes de ese beso se repiten una y otra y otra vez hasta la eternidad, su sabor ventilado y como a café por el desayuno aún persisten en mi lengua y creo que cepillarse no va hacer que me olvidé de como sabe o como se sintió.— Estoy... — carraspeo y me muevo incómoda por mis arruinados bragas. Sólo bastó un mísero beso para eso — bien, bien... Asustada yo, odio los elevadores por lo mismo.— Una caja de metal andante que en cualquier momento de te deja caer y te hace puré— repite mis palabras de otras muchas veces mi amiga cansada de la misma cantaleta.La— Pues es la verdad — me cruc
Mónica Se me había olvidado la cartera así que devolví mis pasos para recuperarla, en eso estaba cuando mi celular comenzó a sonar, extrañada lo saque de mi cartera y camine dos pasos cuando vi el destinatario, era un número no agendado y mi ceño se profundizó más. Conteste para ver quien está más por curiosa que otra cosa.Normalmente sólo me escriben y llaman mi madre cada tres meses a ver si aún sigo viva, Carlota y Romina y no creo que me estén llamando ninguna de ellas.— Aquí Mónica Marshall, ¿allá quién? — contesté alegre como siempre.Escuche una risita baja y gutural y el vello de mi cuerpo de levantó en reconocimiento a esa risa, la escuché en mi oído todo el fin de semana.— De este lado Makim Babatunde — seguía riendo divertido arruinando mis bragas.— Makim... Hola — estaba encantada con su llamada y extrañada al mismo tiempo — ¿quién te dio mi número?— Hoy cuando te fuiste a bañar robe tu teléfono y me marqué a mí..., muy de psicópatas ahora que lo digo en voz alta — s