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Revelaciones desafortunadas

Despierta mi amor. Capítulo dos.

Demian escuchaba a su hijo horrorizado, le resultaba difícil de creer que ese chico al qué él le dio la vida hubiese podido llegar a tal extremo, desde que su madre los abandonó, se había esmerado por darle todo lo necesario tanto en lo material como en forma afectiva, acciones que al parecer no fueron suficientes, ya que la rebeldía de David había ido en aumento, Y no sólo se había convertido en un joven irresponsable y sin oficio, Sino también adicto al alcohol y a las drogas, Y ahora esto, ¿Cómo podía ser qué el hijo de un médico, acostumbrado a salvar vidas y a darlo todo por sus pacientes, hubiera podido cometer tal atrocidad?, Definitivamente era algo que no tenía explicación. 

–¿Pero qué rayos estás diciendo David?, Dime que no es verdad por favor hijo, tú no pudiste hacer semejante cosa, vamos, dime que no lo hiciste, Dijo Demian con un profundo pesar–.

– Quisiera decir que no fue así papá, pero si lo hice, era una mujer joven por lo que alcancé a ver, fue horrible, yo he hecho muchas cosas malas, pero nunca, jamás había matado a nadie –.

–¿Y qué hiciste?, ¿La ayudaste?, Dime que le llevaste a un hospital, ¿está viva? –.

 – No lo se papá, cuando la atropellé, el pánico se apoderó de mí, así que salí huyendo, no sé si la gente que presenció el accidente pudo anotar las placas de mi coche, yo no quiero ir a la cárcel papá, por favor ayúdame, no me dejes solo en esto, te lo suplico –.

– Debes enfrentar las consecuencias de tus actos, tenemos que ir a las autoridades y contar todo lo que pasó, entiende hijo, tal vez esa chica tiene familia, y si está viva debemos ayudarla –.

– estás loco papá, yo no me voy a entregar, quieres que vaya como oveja al matadero, para que me encierren y podrirme en una cárcel, no, eso sí que no, olvídalo, si esa mujer está muerta, pues qué pena, y si está viva, no, no puede estar viva, no, eso sería terrible para mí, manifestó David enloquecido–.

Al escucharlo, Demian perdió los estribos y abofeteó a su hijo, quería hacerlo entrar en razón a como diera lugar, pero no sucedería si se comportaba amablemente, tenía que meterlo en cintura, y evitar que siguiera causando más daño y destruyendo su vida. 

– Escucha lo que dices, acaso eres un monstruo, no tienes conciencia, lo que acabas de hacer es una aberración David, estás enfermo hijo, necesitas ayuda, y esta vez no voy a dejar pasar por alto lo que hiciste –.

-tú siempre comportándote como un buen samaritano, haciendo todo por los demás, y en mi nunca piensas, yo que soy tu hijo siempre he tenido que mendigar tu cariño, para ti lo más importante son tus estúpidos pacientes y tu profesión, yo jamás te he importado, por eso mi madre nos dejó, por tu culpa, dijo David al borde de la histeria y luego salió corriendo–.

Demian quiso detenerlo, pero le fue imposible alcanzarlo, David salió a toda velocidad en su auto, iba como alma que lleva el diablo, estaba fuera decí y ya nada le importaba, sin duda con lo que sucedió David había terminado de perder el poco juicio que le quedaba. El dolor embargaba al doctor, el solo hecho de pensar que su hijo se hubiese convertido en alguien sin escrúpulos le dolía profundamente, se encontraba sumido en sus pensamientos, cuando de repente… Pensó en la chica que había atendido, pero el destino no podía ser tan cruel con ellos, no podía tratarse de la misma chica, la sola idea lo aterraba, pero necesitaba despejar esa duda que lo estaba carcomiendo por dentro. Al día siguiente, lo primero que hizo al llegar al hospital, fue ir a la habitación de Miranda, realizó los controles médicos de rutina, pero nada había cambiado, ella seguía sumida en ese profundo letargo y eso lo entristeció.

– hola bonita, allá afuera hace un día muy hermoso, si despiertas podría llevarte para que lo veas, dijo Demian dulcemente sin recibir respuesta–.

– Pobrecita, seguro su familia debe estar muy preocupada por ella, intervino la enfermera en turno –.

– ¿Encontraron alguna identificación entre sus cosas? –.

– Si doctor, se llama Miranda, ya en recepción deben haberse comunicado con sus familiares, y no tardarán en estar aquí para verla –.

– Miranda, lindo nombre, tan lindo como ella, pronunció Demian mientras la miraba con admiración –.

Mientras tanto en la recepción del hospital, se encontraban dos mujeres sumamente preocupadas, estaban presas de la desesperación, cuando les informaron lo que sucedió, no tardaron en acudir para ver cómo estaba. Ese día del accidente, llamaron del colegio para pedirle a Margarita, madre de Miranda, que pasara a recoger a Daniela, ya que su madre nunca llegó, y la niña no podía permanecer por más tiempo allí, esta situación les resultó sumamente extraña, pues Miranda  siempre se caracterizó por ser la más abnegada de las madres, y el máximo ejemplo de responsabilidad, por lo que algo muy malo tuvo que haberle pasado para que no acudiese a recoger a su hija. Tristemente el presentimiento era verdadero, y lo supieron cuando les habían avisado del hospital que Miranda se encontraba entre la vida y la muerte, que su situación era sumamente grave, y que muy probablemente no lograría sobrevivir.

–¿Ustedes son familiares de Miranda Molina?, Dijo Demian a Natalia y Margarita, que esperaban muy preocupadas en la recepción –.

– por fin, si doctor, somos nosotras, yo soy su hermana y la señora es su mamá –.

– Como ya les informaron, el panorama es bastante complicado, Miranda se encuentra en estado de coma, hasta el momento va reaccionando favorablemente a todos los medicamentos, pero su cerebro aún sigue muy inflamado, su estado es grave, por lo que deben estar preparadas para todo –.

– No doctor, no diga eso, mi hijita no puede morir, ella es tan joven, además tiene una hija que la necesita, mi Danny, si algo le pasa la niña no lo soportaría, y yo tampoco doctor, como es posible que algo como eso nos haya pasado a nosotros–.

– ¿y su esposo porque no está aquí? –.

– Ella es divorciada doctor, respondió Natalia entre lágrimas –.

Demian no podía sacar a Miranda de sus pensamientos, lo que le había dicho Natalia sobre que ella era divorciada, definitivamente lo dejó pensando, lo entristecía en gran manera el saber que tenía una hija, y lo mal que se pondría al enterarse de lo que le sucedió a su madre, automáticamente, lo que ocurrió con la chica que atropelló David llegó de golpe a su cabeza, se sentía muy culpable y con una gran impotencia por no poder hacer nada al respecto.

– ¿Quién será la chica que atropellaste David?, Dios mío, por favor que ella esté bien, que no haya muerto, te lo suplico, no, no puede tratarse de la misma chica, no puede ser Miranda, ella no, por favor Dios mío –.

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