Sara está nerviosa, su mano le tiembla, a duras penas puede sostener el teléfono, su mirada está fija en la puerta, su corazón bombea sangre con más rapidez, presiente que de un momento a otro él entrará y la descubrirá. Aunque sus ganas de saber de cómo está su nana, es más fuerte que el miedo. —Hija, me has tenido con el Jesús en la boca, ¿Cómo estás, cariño? Meses sin saber de ti. —Estoy bien nana, soy la asistente del jefe, ya sabes mucho trabajo, él me trata bien, y ahí ¿Cómo estás? —Qué bueno, me siento más tranquila sabiéndolo. Hija, estaba preocupada, sin saber nada de ti. Aquí todo está funcionando bien, el señor Sergio me trae la provisión quincenal, paga la luz, el agua y el gas, la casa la tengo en buen estado, todo está bien hija. No quiero que te preocupes por mí. —Cuídate nana, pronto te veré, no te llamo a diario porque con el jefe paso viajando, te contaré que conozco muchos lugares lindos, me he divertido mucho, él es un hombre muy importante aquí, por eso pasó me
“Dios ayúdame, no quiero hacer enojar a este hombre, no sé qué hacer, ignoro lo que me pide, yo le toco donde me dice, pero en vez de que este conforme su rostro me refleja enojo, temo por mi vida al lado de él” —Quiero que te esfuerces en acariciarme. ¡Maldita sea! Enrollo su mano en el cabello de ella e hizo que levantara su rostro y lo viera fijamente, le beso el cuello dejando marcas rojas en él, ella se quejaba por lo brusco que él estaba haciendo. Llevó su mano hasta uno de los pezones de ella estrujándolo a su antojo, hasta meterlo en su boca, Sara sabía que hasta que él estuviera satisfecho la dejaría en paz. Dejo de llorar, dejando que él se desquitara su enojo con su cuerpo, en su mente se repetía «Pronto terminara, este momento horrible, pasará rápido» Ella se queja cuando siente las mordidas que le da con agresividad, lo que nunca se esperó que él le introdujera dos de sus dedos en su interior, haciéndola gritar y brincar del dolor. —¡Ahí no, por favor! Duele mucho, det
Aarón está muy enojado al ver que ella se refugiaba en Erick, eso lo ha sacado de sus casillas. La mira fijamente mientras ella se oculta en Erick, quien desea ayudar a Sara. —¿Qué haces? —Sal un momento déjame hablar con ella. Tienen que tranquilizarse los dos. —Que, te quieres quedar solo con ella, en tus sueños, Sara camina, es una orden. —ella le tiembla el cuerpo y el dolor es intenso, se aferró a la camisa del doctor refugiada en su espalda. —¡Doctor, ayúdeme! —Aarón la logra escuchar. Sin más él la tomó del brazo y con fuerza la jalo hasta sacarla del baño, ella suplicaba que la dejara en paz, él está a punto de perder la paciencia con ella, la tomo del cuello con furia. Erick quiso intervenir. —Sal del dormitorio Erick, quiero hablar a solas con ella. —le dijo sin mirarlo, su vista está en ella. —Aarón, no hagas nada que después te arrepientas. Deja que la atienda primero. —Yo no me arrepintió de nada, sal de aquí o te mueres. —saco su arma y le a punto a la cabeza al m
*SARA* Pero que el día en que te despiertes, esté yo aquí, y conocer tu mirada. Me hubiera encantado haber tenido un hermano mayor para que me protegiera, pero no fue mi suerte esa. Ahora solo dedícate a recuperarte, despierta pronto y nos conozcamos porque el propietario de este sitio me puede matar en cualquier momento. Sara, cada día estás peor y más loca con lo que estás diciendo, no sé por qué las uñas te crecen con rapidez. Si fueras una mujer, los hombres te admirarían por tus manos, que son preciosas. Le suelto la mano para alcanzar la toallita con que le limpio el rostro cuando me sujetan de la mano, eso hace que la sangre se me hiele, y los nervios se me disparen, lo primero que se me viene a la cabeza es él, otra vez me hará daño. —¿Quién eres tú? —una voz suave y amigable, volteo despacio para ver el dueño de esa voz. —¡Dios santo! Has despertado. —¿Quién eres? ¿Dónde estoy? —Soy Sara, la encargada de mantenerte aseado. —me siento nuevamente, tiene unos hermosos ojos
*AARÓN* He estado fuera del país durante cinco semanas y todos los días checaba las cámaras, le seguía cada paso que daba, aún no sé cuál es su pensar, pero de algo estoy seguro: no debo quitarle los ojos de encima. Como ha mejorado, no permitió a Erick revisarla, ella ha vuelto a cuidar a Fabricio. El mal nacido tiene una suerte con su carita de ángel que envuelve a cualquiera, si tan solo no se hubiera unido a mis enemigos no estaría en esas condiciones. Lo que me amarga de ella, es su manera de tratarlo, ese chico aún dormido es un bribón. Odio a mi padre por haberse metido con esa mujerzuela y haber permitido que esa mujer me dañara a mí y a mi madre. Es algo que llevo clavado en mi corazón, porque esa mujer es la responsable de la muerte de mi madre. FLASHBACK Un cuarto oscuro, en el que apenas podía verla, tirada en una cama sin poder moverse, debido al té envenenado que recibe a diario por manos de mi padre. Lo supe gracias al jardinero, quien, por accidente, encontré una r
*SARA* Tengo la peor pesadilla de mis pesadillas, no sé si resistiré por mucho tiempo, pensé que si él estuviera lejos yo estaría tranquila, sin embargo, estoy muy preocupada y cansada desde que sé que hay cámaras vigilándome todo el tiempo. Mi vida no es la misma ahora que me muevo al ritmo de las cámaras. Me he dado cuenta de que la luz que me dijo Fabricio no se ha apagado, será que las ha puesto directas, ahora me cambio de ropa en el baño por vergüenza de que me esté viendo. Al entrar al dormitorio de Fabricio me limito hacer mi trabajo, él no se mueve ni pestañea, sabe muy bien controlarse, me pregunto como un chico como él puede hacer esas cosas. Aquí también, las cámaras se mantienen encendidas, no hemos podido hablar, tengo tantas preguntas qué hacerle, pero tendrán que esperar, al verlo que es tan joven. Me desilusionó un poco, porque veo muy lejos que él pueda ayudarme a huir de aquí, aunque pensándolo bien a donde iría si lograra escapar, además él le haría daño a mi nana
Aarón, término su gira, es hora de regresar a casa, noto que las cámaras de seguridad estuvieron todo el tiempo encendida desde su computador de escritorio. No se percató de eso, al menos grabaron todo ese tiempo. Se sirvió un whisky, se sentó frente al computador y retrocedió las cámaras para ver que habían grabado, en el dormitorio de Fabricio todo sigue igual, Mira la cámara del dormitorio de Sara, la ve hacer sus quehaceres normalmente, aunque se ve que anda torpe, le da un sorbo a su bebida, y mira con atención lo que ella hace. Mira que ella es como siempre, adelanta un poco la grabación, la ve abrir la puerta, habla con alguien, él no ve de quién se trata, ella mira a la cámara con los ojos cristalizados, ve que mueve sus labios como si le dijera algo. No se escucha lo que ella dice, mira los movimientos corporales de ella y no son inusuales, eso llama su atención, se toma de un solo el whisky. —Descubriste la cámara, eso no me lo esperaba, no eres ninguna tonta. Retrocede
Sara está preparando su mente y su cuerpo para el nuevo reto que está a punto de enfrentar, engañar al demonio no le será fácil, más por el miedo que ella le tiene, sabe que cuando está frente a él, su cuerpo le tiembla involuntariamente. Al aparecer Josh se la creyó, el reto más fuerte está por venir. —Buenos días, señora, voy a revisarla, al parecer sus heridas están reaccionando favorablemente al medicamento, ¿ha recordado algo de su accidente? —Nada doctor, ¿sabe si llego mi supuesto esposo? —No, solamente el empleado de su esposo, pero él salió hace un buen rato y no ha regresado, ¿Recuerda algo de su esposo? —No puedo recordar nada, ¡¡Ahora que haré doctor!! No sé nada de él, como podría irme con un extraño. —esperando que consejo le da el médico, para poder guiarse de cómo actuar con amnesia. —Tranquila, solamente tiene que adaptarse a su nueva vida, tome su papel de esposa, atender a su esposo, ver que todo esté en orden en el hogar, no sé si hay hijos, pero si los hay int